Por Mariana Alpañéz Tomás
En mi alma en pena
quisiera
que enjuagaras tu dolor,
el agua que se formara
sería una fuente en flor.
Tus palabras fueron sueño
cuando yo ya no soñaba,
luz y paz para mi alma
vida toda y esperanza.
Ser un nido yo he querido,
para albergar tu estupor,
tu esperanza se apearía
en la estación de mi amor.
Encanto tenía tu voz,
reposada y tranquila
sonora y escogida
apoyo era en mi vida.
Para ti quisiera yo ser
como tú en aquel día
fuerza que animó mi alma,
Extraído de la Revista Villena de 1997
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