20 mar 2025

1997 JOSÉ MARÍA SOLER Y EL PREMIO MONTAIGNE

José María Soler y el Premio Montaigne Por ALFREDO ROJAS
Quiero apartar de mí, cuando escribo estas líneas, la parcialidad que inadvertidamente, sin yo pretenderlo siquiera, pudiera modificar mis juicios acerca de la obra realizada por José María Soler sobre nuestra ciudad. No es, pues, el afecto, ni los incontables recuerdos a que ha dado lugar una amistad de muchos años lo que me lleva hoy a proclamar algo que, por otra parte, es conocido por buena parte de los villenenses: la enorme tarea efectuada por Soler a lo largo de toda una vida dedicada íntegramente a Villena, tarea enteramente personal, prácticamente sin ayuda de ninguna clase y en precarias condiciones de todo orden.
No obstante haber llegado Soler a los noventa y un años, un superficial inventario del resultado de su labor asombra por su pluralidad a la vez que por su fecundidad. Citaré como uno de tantos ejemplos que pudiera aducir, el hecho de que muchos de los que consideran importante el conjunto de materiales que recoge el Museo Arqueológico que lleva su nombre, recogido por él durante muchos años de prospección y excavaciones, ignoran que todo ello constituye una pequeña parte de lo que existe en los sótanos del Museo esperando su clasificación y estudio.
A esa gran obra, abierta a diversos propósitos, disparada en múltiples direcciones, se unieron su talento natural, su clara inteligencia, su constancia, su férrea voluntad, su generoso desprendimiento, sus grandes valores humanos. Y no es ésta una relación de tópicos, sino la exposición de unos valores que me constan personalmente en cada uno de los términos que acabo de citar. Mi relación con él, que invoco más arriba con el temor de mi parcialidad, me autoriza, sin embargo, para asegurar estas circunstancias intrínsecas de su personalidad.
Hans Werner Ludwig, vicepresidente de la Universidad de Tubinga, entrega a José María Soler el Premio «Montaigne».
Soler se nos murió a todos los villenenses el 25 de agosto del año pasado. Pienso yo que esta Revista, en la que tantos años colaboró, y de cuya creación y confección fue "alma mater", podía haber tenido carácter monográfico en 1997 en relación con su persona y su obra, dados los múltiples aspectos que ésta abarca. Por mi parte voy a referirme en este artículo a algo que se cita con frecuencia en relación con las distintas que Soler recibió, y cuyos detalles se ignoran casi por completo. Me refiero al Premio Montaigne, prestigioso galardón de cuya importancia da idea el hecho de que, cuando fue concedido a Soler, solamente lo habían recibido dos españoles: el poeta catalán Salvador Espriu y el médico y escritor español Pedro Laín Entralgo.
La Fundación F.V.S., creada en Hamburgo por los años treinta, ligada estrechamente a la Universidad alemana de Tubinga, ha desarrollado una gran labor cultural en Europa, e instauró este premio, el llamado Montaigne, en memoria de este gran humanista francés del siglo XVI tan caro para nuestro comprovinciano Azorín, que muchas veces manifestó su predilección por él en sus escritos. El premio fue establecido en 1968, y se dedicó a "distinguir a personalidades de la cultura en los países europeos de lengua románica". Está dotado con 25.000 marcos, o al menos lo estaba en 1981, y el premiado tiene, además, el derecho a designar un becario para que realice estudios científicos o artísticos en Alemania durante un curso.
La propuesta para la concesión del Montaigne 1982 partió de D. Antonio Tovar, miembro del Patronato del Premio, catedrático, filólogo y académico de la Real Academia Española, que vivió varios años de su niñez y adolescencia en Villena, pues era hijo de un notario que realizó funciones como tal en nuestra ciudad. De similar edad a la de Soler, tuvo amistad con él y la mantuvo a lo largo de su boda hasta su fallecimiento en 1985. Entre las propuestas presentadas, un jurado de la Universidad de Tubinga concedió en 1981 el premio Montaigne para el siguiente año a nuestro paisano.
La entrega del galardón tuvo caracteres de verdadera solemnidad. Para este acto, la Fundación alemana requirió el auxilio de una organización española de carácter similar, la Fundación Juan March, y la ceremonia se efectuó el 11 de diciembre de 1981 en el domicilio de este último organismo en Madrid. Allí, en la calle de Claudio Coello, del barrio de Salamanca, la Fundación española posee un edificio en cuya segunda planta sótano hay un espacioso salón de actos donde se llevó a cabo la entrega del premio.
Con este fin, se constituyó una presidencia compuesta por D. Hans Werner Ludwig, vicepresidente de la Universidad de Tubinga, D. José María Soler, D. Gratiniano Nieto, D. Antonio Tovar y D. Ramón Navarro, en aquellas fechas alcalde de la ciudad, fallecido hace unos años. Abrió el acto el Director de la Fundación March, que manifestó su agradecimiento a la Fundación F.V.S. por permitir al organismo anfitrión colaborar en ocasión tan señalada. A continuación fue Tovar quien se refirió a Soler, al nacimiento de su antigua amistad y a la población donde ésta se fraguó. Y seguidamente intervino Gratiniano Nieto, que glosó ampliamente la obra de Soler, sus libros, sus trabajos y la historia del hallazgo del Tesoro de Villena, que conocía muy bien porque salió a la luz cuando Nieto era Director General de Bellas Artes.
José María Soler pocos meses antes de su fallecimiento.
Seguidamente, intervino Werner Ludwig, en alemán, discurso que pudimos seguir los presentes por los auriculares de traducción simultánea. Realizó un cumplido elogio de Soler y de su obra, y como colofón de sus palabras entregó la medalla y el pergamino que constituyeron los testimonios del premio. Contestó Soler, emocionado, para dar las gracias, y para reafirmar su dedicación a Villena, a la cual había consagrado todos sus trabajos.
El Sr. Werner Ludwig volvió a intervenir, brevemente, para entregar la beca de estudios al pintor villenense Pedro Marco, a quien Soler había designado para recibir tal honor. Marco estuvo después, en efecto, durante varios meses, dedicado a su tarea artística en Hamburgo.
A continuación, la Fundación March había preparado un concierto músico vocal compuesto exclusivamente por composiciones del músico villenense Ambrosio Cotes, interpretado por la Capilla Musical del Seminario de Estudios de la Música Antigua, con voces e instrumentistas que permitieron a los asistentes conocer la obra de este remoto villenense.
No obstante lo espacioso del salón, que permitía la presencia de varios cientos de personas, se llenó totalmente, y fueron bastantes los asistentes que tuvieron que seguir el acto desde el vestíbulo. Asistimos, junto a varios representantes del Ayuntamiento villenense, familiares y amigos de Soler especialmente desplazados a Madrid, y no pocos villenenses más residentes en la capital de España.
Del acto se grabó un video que lo recoge en toda su extensión. La grabación es estática; la cámara, fija, recogió todo el desarrollo desde un único punto central. Este vídeo fue proyectado en Villena públicamente en cuatro ocasiones, las cuales constaron de una sucinta presentación inicial y de algunos comentarios sobre la misma proyección en todas ellas. Fueron organizadas por el Casino Villenense, el Círculo Agrícola Mercantil, la Caja Rural Provincial y la entonces Caja de Ahorros de Alicante y Murcia en sus respectivos locales, con el fin de que los villenenses pudieran conocer la importancia del premio concedido y el desarrollo del acto en el que fue entregado.
La prensa se hizo eco del acto ampliamente. Además de la de carácter provincial, hubo reportajes de la nacional en los periódicos "Ya", "El País" y ABC. Este último diario reflejaba a Soler en sus páginas de huecograbado, y al reproducir su imagen lo incluía en su sección "Hombres del día" junto a otras figuras como Miterrand y Ramallo Eanes.
De este acontecimiento existe abundante documentación que pongo a disposición de quien desee conocerla. Existe un folleto de la Fundación F.V.S. editado en Alemania, de 30 páginas, con los discursos del acto. La Fundación March, por su parte, realizó una publicación de 40 páginas, que se inicia con una nota sobre su homóloga alemana, además de una relación de las personas que recibieron el premio hasta 1982; una biografía y relación de obras y trabajos de Soler; un artículo referido a nuestro paisano firmado por Tovar, bajo el título de "Un ejemplo español", y dos colaboraciones de Gratiniano Nieto y de Soler sobre el Tesoro de Villena. La publicación se complementa con el programa del concierto, con la letra de las composiciones en latín y su traducción al español actual, para acabar con unas extensas notas al programa de la audición y un estudio de la personalidad musical de Cotes, debido todo ello al director de la agrupación que efectuó el concierto.
No hay duda de que entre los galardones que recibió Soler a lo largo de su vida éste posee, por diversas circunstancias, un indudable relieve. He querido resumir brevemente en la Revista "VILLENA" cuanto concierne a esta recompensa para conocimiento de muchos villenenses que tal vez ignoren estos aspectos y, asimismo, como homenaje en relación con nuestra ciudad, de todos cuantos hemos nacido o vivimos en ella.
Extraído de la Revista Villena de 1997 

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