El Maestro Carrascosa. Por ALFREDO ROJAS
Había terminado la guerra fratricida del trienio 1936-1939 y Villena se recuperaba lenta y difícilmente de sus heridas y de sus aflicciones. No pocos de sus hijos, de entre las dos facciones enfrentadas, habían muerto durante la contienda. Sufrían uno el forzado destierro al que se vieron abocados para evitar la cárcel o tal vez la muerte; padecían otros, prisión con la angustia de la posibilidad de la pena capital o de una dilatada condena. Cientos de familias lloraban a los desaparecidos y a los ausentes, y entre tanto, la falta de alimentos, y la de aquellas personas que pudieran aportar a la economía familiar lo indispensable para seguir subsistiendo, llevaban el dolor y la tribulación a los hogares. Los primeros años que siguieron a la guerra fueron agobiantes en todo el país, y por consiguiente, en nuestra ciudad.
Pero la vida continuaba. El sombrío fantasma de la guerra se había alejado, y la población aun en medio de enormes dificultades, volvía poco a poco a la normalidad. Se prepararon de nuevo las Fiestas de septiembre, y la banda de música local se reorganizó. Sus componentes habían vuelto de la guerra, en la que habían actuado como banda militar, entera en principio, y partida en dos después, sin que hubieran llegado a combatir. El director de la Banda de un pueblo cercano, Pinoso creo recordar, fue el que actuó provisionalmente a su frente durante la Fiesta de 1939.
Era entonces concejal de la Banda municipal, designado como tal por el primer ayuntamiento formado después de la guerra, Juan José Amorós, dueño de la imprenta que existe en el paseo de nuestra ciudad. Consciente Amorós de la necesidad de un director estable para la banda de música local, fue a Valencia con el fin de encontrar a alguien que pudiera desempeñar tal función. Conocía allí al gerente de una casa de música, apellidado Blasco, a quien se dirigió con la petición de un director para la banda de música villenense. Puso como única condición la de que fuera joven, y con la promesa de Blasco de buscarlo, regresó Amorós a nuestra ciudad. Días después se presentó D. Manuel Carrascosa en Villena, y el Ayuntamiento local llegó a un rápido acuerdo con él: ocuparía la plaza provisionalmente, y ambas partes, el Consistorio y el flamante director, ya decidirían más tarde si consideraban conveniente mantener la situación y tal vez llegar a estabilizarla firmemente.
El día siguiente, que casi aseguro debió ser el veintipocos de septiembre, fue el maestro a la Academia, un vasto y destartalado local en la calle de doña Isabel, frente al Banco Hispano Americano, y se dispuso a dar lección a unos niños que habían manifestado su deseo de aprender música para ser más tarde componentes de la Banda. Éramos, pues yo estaba entre ellos, ocho o diez. Aquella tarde, el maestro Carrascosa dio su primera lección en Villena, y yo entoné con voz insegura las redondas de una octava ascendente y otra descendente que constituyen la primera lección del venerable método de solfeo de Hilarión Eslava.
D. Manuel Carrascosa había nacido en Buñol, cerca de Valencia, el 17 de noviembre de 1911. Su vocación musical y su destino están configurados desde muy corta edad: a los siete años ya sorprende a sus familiares con un concierto de bandolina, fruto de las sigilosas lecciones de un tío suyo; a los ocho, alterna los estudios de violín con los de requinto, y hasta tal punto domina este último instrumento, que ingresa como solista en la banda "La Armónica" de Buñol. Paralelamente a sus posteriores estudios de armonía e instrumentación, funda y dirige, a los trece años, una pequeña orquesta en la población, estudia piano y dirección y perfecciona la composición con D. Manuel Palau, toda una institución en el Conservatorio valenciano. Dirige ya su banda en Buñol en 1930, y lo sigue haciendo hasta 1935. En el periodo comprendido entre los dos años citados consigue varios premios al frente de esta Banda, "La Armónica", en diversas actuaciones. En 1935 es contratado por el "Círculo Musical" de Tabernes de Valldigna para dirigir la Banda de aquella población, y en 1936 la guerra civil interrumpe su actividad, como la de tantos otros. Durante la contienda dirigirá la banda militar de la 46 Brigada Mixta del Ejército de la República. Finalmente, como queda dicho, seis meses después de hacerse la paz, llega a Villena. Antes, en plena guerra civil, había contraído matrimonio, y su primer hijo, Manuel, todavía nacería en Buñol, tres semanas después de la llegada de su progenitor a nuestra población.
El maestro Carrascosa dirigiendo un concierto de la Banda Municipal Villenense en el Teatro del Colegio Salesiano.
Una vez posesionado Carrascosa de su cometido como director de nuestra Banda municipal, la continua referencia de los músicos villenenses a su primer maestro, el fundador en 1922 de la banda actual, le llevó a escribir un pasodoble con el nombre de aquél, Francisco Bravo; seguidamente compuso, no recuerdo ya si por este orden, otro titulado Túrbula, uno de los nombres que se han atribuido a nuestra ciudad, y "La Morenica", que se estrenó la tarde del día seis de septiembre de 1940. Las singulares circunstancias que conciernen a la creación y difusión de este pasodoble, están ampliamente descritas por mí, como testigo de excepción de varias de ellas, a lo largo de dos artículos publicados en la revista "VILLENA" de los años 1975 y 1990.
El maestro Carrascosa dirigió la banda municipal de nuestra ciudad con carácter provisional hasta 1944, en que el Ayuntamiento villenense le concede la titularidad con carácter definitivo, y empieza una larga historia de logros artísticos de premios y recompensas para el maestro. La Banda concurrió a cinco certámenes a lo largo de la etapa en que fue dirigida por él; tres de ellos en Alicante los años 1946, 1947 y 1968, en los cuales se concedió a la Banda el primer premio. Y obtuvo dos segundos en Elche (1950) y Almansa (1953). Al frente de la "Agrupación Teatral Ruperto Chapí" consiguió ésta igualmente un primer premio en el Certamen Nacional de Zarzuela de Torrelavega (Santander) y dos segundos galardones, en los años, respectivamente, 1962, 1959 y 1960.
Menos conocidos son otros premios conseguidos por el Grupo de Coros y Danzas local cuando actuaba el maestro como director musical, en la década de los cincuenta. Tampoco es de dominio público su frecuente actuación en tribunales y jurados musicales en diversos lugares de la entonces región valenciana, y su condición de Director de Honor de la Asociación Musical "La Armónica", de Buñol, la Banda en la que dio sus primeros pasos como ejecutante cuando contaba con ocho años de edad.
Su labor creadora ha sido notable, y no solamente la Banda de Villena, sino otras muchas de nuestro país interpretan hoy sus composiciones. Ha escrito numerosos pasodobles, entre otra música de diversos géneros, y buena parte de las Comparsas de Moros y Cristianos villenenses tienen como pasodoble o marcha mora oficial una composición del maestro. A ello me refiero detalladamente en el número extraordinario del boletín festero "Día cuatro que fuera..." de este mismo año. Y es casi innecesario citar "La Morenica", que desde 1940 hasta hoy no ha dejado de sonar en nuestra población y constituye ya para todos nosotros un compendio de las más acendradas esencias locales.
El maestro Carrascosa recibe en el escenario del Teatro Chapí los aplausos del público al final de una de las numerosas zarzuelas que dirigió representadas por el Grupo Lírico «Ruperto Chapí».
Don Manuel nos dejó definitivamente este año, y el acto de su sepelio, el día 11 de mayo, fue una demostración del afecto que había conquistado en Villena, y que llevó a que se le tributara un homenaje en 1965 en el que le fue concedido el título de Hijo Adoptivo de la Ciudad, homenaje repetido en 1978 con motivo de su jubilación. Cuando ésta se produjo, siguió viviendo en nuestra población, que ya era también la suya, hasta su muerte. Tres Bandas, la municipal villenense, la "Armónica" de Buñol y la Agrupación Musical local "Ruperto Chapí", interpretaron composiciones fúnebres mientras se celebraba la misa de "corpore insepulto" en la Parroquia de Santiago, en la que asimismo intervino la Coral "Ambrosio Cotes" de nuestra ciudad.
Muchas más circunstancias podrían manifestarse acerca de la figura de D. Manuel Carrascosa, de sus casi sesenta años de permanencia en Villena y de su preponderante actuación durante ese dilatado plazo, que harían este trabajo demasiado amplio. Baste citar, para terminar, su amor a nuestra ciudad, la importante labor que efectuó en ella, el cariño que le profesamos aquellos que nos movimos en torno a él y la consideración con la que todos los villenenses le distinguieron. Se dedicó plena y exclusivamente a la música y ésta fue su única actividad; fuera del entorno familiar, pocas cosas llamaron su atención, y todas ellas en mucha menor medida que la música, pues a ella dedicó su existencia y para ella estaba especialmente dotado. Hemos perdido su familiar figura, pero ha dejado innumerables discípulos. Nos queda asimismo a todos el recuerdo de su actuación y una importante obra, que hará perdurar su presencia en la memoria de muchas generaciones de futuros villenenses.
Extraído de la Revista Villena de 1997
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