El joven de Villena que con una bici y una actitud sorprendente me ha regalado lecciones de enorme valor.
Hoy conocemos al joven David Domene Domene, cuya historia enmarcada en la cotidianidad y la humildad recuerda qué es lo verdaderamente importante en esta vida.
Por Victor Gil – Octubre 2024 – Fuente: La tinta de Almansa.
Entrevista a David Domene Domene, joven de Villena. | Cojo el coche y me voy hacia la vecina Villena. Me adentro al corazón del barrio de Las Cruces, donde en una acogedora casa me espera el joven protagonista de nuestra entrevista de la semana.
Lo conocí durante el desarrollo de un interesante proyecto llamado «Aula Sobre Ruedas», donde un grupo de jóvenes recorrieron en bici la comarca del Corredor de Almansa en lo que fue una semana de promoción de la vida sana, el intercambio cultural y evolución en la autonomía e independencia de los chavales.
Ya en esos días me sorprendió mucho la actitud de este villenero, pero más me iba a fascinar tras la conversación que a continuación vais a leer, que tuvo lugar en el salón de una casa que es todo hospitalidad, junto a su padre Ginés.
Amante del deporte, sin competir ni ser participe de ningún club, tan solo por amor propio y para seguir descubriendo lo precioso de la vida más allá de la reclusión a la que nos condenan las nuevas tecnologías.
Tiene 17 años, las ideas muy claras con respecto a su futuro y nos ha regalado algunas de las mejores reflexiones que hemos podido escuchar en estos cuatro años de La Tinta de Almansa. Hoy conocemos a David Domene Domene, un chaval ejemplar y que queremos reconocer y hacer conocer con esta entrevista.
¿De dónde te nació la pasión por la bicicleta?
Gracias a mi padre, Ginés, que me inculcó la práctica. Aunque cuando era pequeño no me gustaba mucho. Ya siendo más mayor le pillé el truquillo y pensé: «¡Esto está guapísimo!». Eso sería hace unos tres o cuatro años. Poco a poco fui haciendo más y me me fui a la playa dos veces con una bici Orbea, unos 70 km de recorrido. Un día me caí con la bici, se reventó el manillar y yo me lesioné la mano, además en esa época practicaba voleibol. Fue entonces cuando mi padre pensó que ya era momento de tener una bici mejor y me compró la que tengo ahora de fibra de carbono. Desde ese momento empecé a darle más fuerte a las rutas.
Llevas 3 años realizando rutas y me han comentado que ya le exiges mucho a tu padre cuando salís juntos con las bicis.
Sobre todo en la subidas [risas]. Las piernas ya no le dan para tanto.
A parte del ciclismo ¿has practicado algún otro deporte? ¿compites de alguna manera con la bici?
Practiqué voleibol hasta hace muy poco y también fútbol, aunque no era la mío… Con la bici no compito ni pertenezco a ningún club. Aquí en Villena el club de ciclismo es para adultos entonces todo lo hago por gusto, como ir al gimnasio o salir a correr o andar por el monte en mi tiempo libre.
A los que somos más jóvenes se nos achaca que estamos muy acomodados o que las nuevas tecnologías nos separan de la vida activa ¿cómo es que tu siendo tan joven te gusta tanto el deporte?
Sinceramente es una buena pregunta, pero no sabría que decirte. Mi madre me lo suele decir, que no paro quieto, siempre de aquí para allá… Creo que me mueven las ganas que tengo de explorar y conocer lugares. Por ejemplo, hace unas semanas me fui a un pueblo que está a 7km de Villena que se llama Cañada donde hay un lugar llamado la Casica del Guardia encima del monte, me fui andando hasta este lugar y aproveché para ver a una amiga un rato que vive por ahí y luego me volví para Villena, unos 18 km a pie. Aunque ese día para mi es algo «normalico».
También hubo un día que me fui a Peñarrubia yo solo andando para ver el atardecer, quería ir con mis amigos pero les daba mucha pereza. Disfruté de unas vistas de toda la sierra, fue una experiencia genial.
[En este momento de la entrevista le suena el móvil] Cógelo si quieres, no hay problema
No, ya luego le llamo, es un amigo que me pregunta si voy a quedar hoy.
Es que hoy es viernes eh…
Sí, hoy es día de salir… y mañana toca fiesta, aunque no sé si saldré. [Mira a su padre de reojo y con media sonrisa] La Cábila, día 5… [Le dice informando]
«¡Ah! Pues no tenía ni idea» [Responde con sorpresa su padre que está acompañándonos en la entrevista] «A mí no me habías dicho nada, ya lo veremos…» [dice con una sonrisa]
Eso no se avisa, a eso se va y ya está [Contesta con otra risa David]
David junto a su padre Ginés en el castillo de Villena | La Tinta
¿Tenéis tradición festera aquí? En Villena también hay fiestas de Moros y Cristianos como en Almansa ¿no?
Que va, que va. No somos festeros, mis padres sí que lo eran antes de que naciéramos yo y mis hermanos. Aunque este año he desfilado por primera vez sustituyendo a un amigo de la familia, fui el más pequeño de la fila pero… ¡Anda que no me lo pasé bien!
Entonces, volviendo al tema del deporte ¿te llama la atención la competición?
No la verdad es que no, me gustaría probarlo solo por conocerlo un poco ya que nunca he tenido la oportunidad. A mi padre le gusta más el plan de dominguero… salir con los amigos, darse un buen almuerzo…
Cuéntame alguna ruta destacada que hayas hecho con tu padre.
Pues fuimos una vez a Gandía, otra a Valencia y otra a Almería. Y ahora me encantaría poder hacer el Camino de Santiago, es algo que tengo apuntado en mi checklist. Ojalá algún día poder hacer una maratón. También me gustaría mucho ir a los Picos de Europa, en plan mochilero, a descubrir el mundo.
David me señala el punto de su última ruta: «Allá donde se ve la antena encima de la montaña del fondo»
Ahora que dices lo del plan mochilero ¿qué tal fue la experiencia del Aula Sobre Ruedas?
A mi me encantó, no suponía ninguna dificultad a nivel de exigencia física. Nos levantábamos muy temprano eso sí, pero por lo demás fue genial. Charlando con los amigos, yendo cada día a conocer un pueblo nuevo… Molaba porque cada uno del grupo era de un pueblo distinto, entonces cada vez que llegábamos a un destino allí había gente nueva que conocer. Desde Alpera a Bonete, Pozo Cañada o Almansa, estuvo muy chulo.
¿Te esperabas que era así la comarca del Corredor de Almansa?
Me lo imaginaba como con más campo, lo que se dice de Castilla-La Mancha. Me sorprendió cómo eran los pueblos, eso de llegar a uno de 2.000 habitantes y ver que tenía una pedazo de piscina municipal me sorprendió mucho, además también tenían muchos negocios y servicios.
¿Qué destacarías o qué es lo que más te gustó de hacer estas rutas de Aula Sobre Ruedas?
Me gustó esa especie de experiencia de supervivencia, el adaptarse a las circunstancias que te encontrabas cada día. El cambiar de horarios, hacer tu mismo la compra, cocinar para el grupo, repartir las tareas, organizarte el tiempo libre… Fue como vivir una vida juvenil a tu medida, como querías, con tal de llegar de un punto a otro con la bici, podías hacerlo como quisieras.
«Es más satisfactorio una hora de ejercicio físico que una hora en el móvil»
¿Crees que proyectos como este, el deporte o la bicicleta tal y como la practicas es bueno para ganar en autonomía e independencia como persona y joven que eres?
Te diría que sí. Una persona que está acostumbrada a que sus padres le hagan todo no sabe luego como actuar en situaciones como esta en la que nos organizábamos nosotros mismos, comiendo lo que tocaba cada día, lavando la ropa y no olvidando nada del equipaje nunca… Mantienes en todo momento las ganas de probar cosas nuevas, aprendes a valorar las cosas.
Por curiosidad: ¿Cuántas horas le echas al móvil cada día?
Depende de qué época, me lo controlan mucho mis padres, cuando tengo tiempo libre y no es temporada de exámenes puedo echar unas 5 o 6 horas al día.
Yo soy el primero que le pasa lo de estar mucho mirando pantallas, pero me sigue sorprendiendo lo fácil que es estar 1 hora en redes sociales y lo que cuesta estar la misma hora haciendo ejercicio, cuando el tiempo es el mismo y las consecuencias radicalmente distintas.
El otro día cuando fui a Peñarrubia me daba pereza empezar el camino al pensar que era una hora todo cuesta arriba. Pero al llegar al final de la ruta, miré el móvil y lo hice en 50 minutos y lo pensé: «En Tik Tok este mismo tiempo se me hubiera pasado volando». Pero ahora que he llegado al objetivo de toda la semana de ejercicio me siento saciado para más de siete días. Por eso es importante tenerlo claro, es más satisfactorio una hora de ejercicio físico que una hora en el móvil. Y más aún corriendo, el otro día me hice 11 kilómetros en una hora [afirma sonriendo y con orgullo], para mí es una marca muy importante.
Suelo hacer siempre las misma preguntas a las personas que me parece más interesantes. La primera: ¿Qué le dirías a un chaval más joven que tú o de tu edad que está pensando iniciarse en el deporte por su cuenta para animarle a hacerlo?
Que deje los vicios de lado como es salir a beber los findes o fumar tabaco, es algo que te aleja del buen estado físico. Que piense en lo bonito que es estar vivo, ser libre para poder hacer lo que quieras, depende de ti cuidar tu cuerpo, tus relaciones, lo que serás en el futuro y de lo que vas a hacer. Además, es muy bonito empezar desde abajo y ver cómo llegan los resultados con el tiempo y el esfuerzo. Sentir esa mejoría es buenísimo, solo se sufre un rato pero la satisfacción dura para siempre. Somos afortunados de poder tener control sobre nuestro cuerpo y sobre nosotros mismos.
David he hecho un montón de entrevistas y esta respuesta es una de las mejores que he escuchado nunca, muchas gracias. La última pregunta, la de oro: ¿Cuándo has sido realmente feliz?
La mejor semana de mi vida fue cuando me fui de Erasmus a Budapest. Mi sueño sería irme a viajar por el mundo, conocer lugares y personas, tomar vuelos baratos sin maleta o hacer el Interrail. Vivir la experiencia, salir de aquí y explorar. Pasarlo bien, conocer un lugar nuevo y acudir con amigos… Cada vez que veo la galería de fotos de ese viaje a Hungría soy muy feliz, la verdad es que fue algo precioso.
Al terminar la entrevista, Ginés y David me acompañaron por el casco histórico de Villena, nuestra conversación continuó siendo muy interesante y volví a refrescar las valiosas conexiones que mantienen unidas por los siglos a nuestras dos ciudades. Una experiencia genial con la que también recuperé la fe en la nueva generación, donde jóvenes están creciendo en un entorno que les invita al mínimo esfuerzo, pero en la que siguen levantándose ejemplos como el de David, que mantienen el foco en lo verdaderamente importante.
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