Algunos apuntes sobre la descendencia de Joaquín María López y López. Por ROBERTO MARCO AHUIR
No es nuestro propósito realizar un detenido estudio sobre la descendencia habida del matrimonio del Excmo. Sr. D. Joaquín María López y López con Manuela López y Fernández de Palencia. Desde la distancia que nos separa del tiempo en que vivieron, y de los exiguos datos de que disponemos, el análisis, necesariamente, será incompleto Y falto del rigor que desearíamos.
Aunque convivieron cierto tiempo en Madrid, las frecuentes discordias entre ambos determinaron que muy pronto la relación se deteriorara, hasta tal punto que D.ª Manuela, probablemente con todos sus hijos, abandonó la capital y fijó su domicilio en Villena.
A la hora de la muerte del insigne político villenense, ocurrida el 14 de noviembre de 1855, solamente le acompaña su hija Loreto, que acaba de enviudar, Feliciano, convaleciente de una grave enfermedad, y Pascasio, Juez de Mula, que llegó precipitadamente de dicha población. Su esposa y su hija María Concepción residían en nuestra ciudad, y Modesto, Joaquín y Agustín, se hallaban cumpliendo sus obligaciones militares.
María Loreto
Nació en Villena el 15 de septiembre de 1820. Es muy probable que, durante su estancia en Madrid, cuando su padre fue elegido diputado a Cortes Constituyentes, o en alguna visita posterior, se enamorara del abogado D. Ruperto Navarro Zamorano, con quien más tarde contrajo matrimonio.
Poco más sabemos de María Loreto, si exceptuamos que su esposo, según Fermín Caballero, falleció el 23 de octubre de 1855. Ignoramos si tuvo descendencia y en qué lugar, a su muerte, recibió sepultura.
María Concepción Rosa Ramona
La segunda hija del matrimonio vio la luz asimismo en Villena, el 30 de agosto de 1822; permaneció soltera y acompañó a su madre hasta el 14 de enero de 1857, fecha en que ésta falleció.
En el padrón municipal de 1861 figura conviviendo con su hermano Pascasio en la casa paterna, situada en la calle Puerta de Almansa, n.º 4, hoy Joaquín María López número 2, pero en el realizado en 1866, ya habitaba en la calle de San Sebastián, n.º 3, con la sirvienta Virtudes López.
El óbito se produjo el día 31 de octubre de 1884, cuando contaba 61 años de edad, como consecuencia de una bronquitis aguda. Su cadáver fue inhumado en el panteón familiar del cementerio villenense.
Pascasio Alfonso Joaquín
El día 4 de diciembre de 1825 nació, también en nuestra ciudad, el tercer vástago de D. Joaquín María y D.ª Manuela.
Al igual que su padre y hermano Feliciano, cursó los estudios de Derecho y, desde 1855, ejerció de Juez, como ya hemos indicado, en el pueblo murciano de Mula. Lamentablemente no hemos podido averiguar datos más amplios de su trayectoria profesional.
Contrajo matrimonio con D.ª Aurelia Santonja Belda, natural de Biar, y no debió tardar muchos años en trasladarse de Mula a Villena, ya que aparece censado, junto con su esposa, en el padrón municipal de los años 1861 y 1863, domiciliado en la calle de Puerta de Almansa, n.º 4.
De la revista semanal villenense EL RECREO, en la que colaboraban firmas locales y foráneas de indudable prestigio, surgió la idea de colocar una lápida conmemorativa en la casa donde nació su padre, que fue costeada por el pueblo que le vio nacer. Añadiremos que el croquis lo realizó D. José Novaes y fue esculpida en los talleres del escultor madrileño D. Juan Estrada.
El acto, según relata el periódico EL BORDOÑO en su número 65, resultó brillantísimo. Después de situar la placa en su lugar, reunida la familia, autoridades y distinguidos invitados en un salón de la vivienda, tomó la palabra, entre otras personalidades, D. Juan Bellod Herrero, «amigo, correligionario y pasante del ilustre D. Joaquín», de cuyo discurso destacamos las siguientes palabras que son una apasionada apología y, al mismo tiempo, una semblanza exacta de nuestro insigne político: «Era el Excmo. Sr. D. Joaquín María López, un hijo privilegiadísimo de la naturaleza, cuya madre, ciegamente apasionada, le colmó de todos sus honores, sin poner en ninguno de ellos tasa ni medida: dióle inteligencia extensa, penetrante y profunda; brillantísima imaginación; memoria vasta y tenaz, juicio recto y seguro; palabra fácil, seductora y por demás elocuente; y una voz de tal manera templada, que no hay matiz del sentimiento que no encontrara en ella el registro más propio para llevarlo al corazón de sus oyentes. Con tan aventajadas dotes, era no sólo natural, sino necesario que brillara y sobresaliera en las lides de la tribuna y en los debates del foro».
Finalizó el acontecimiento, celebrado el 6 de septiembre de 1882, con unas palabras de su hijo Pascasio, que agradeció la presencia de todos y el testimonio de afecto y recuerdo que Villena sentía hacia su progenitor.
D. Pascasio expiró el 8 de abril de 1904, a los 78 años de edad, a causa de una hematocefalia, dejando cuatro hijos: Pascasio, Carmen, Emilio y Rafael.
Sus restos mortales reposan en el panteón familiar de los López, al igual que los de su esposa que le había precedido el 31 de agosto del 896.
Modesto Joaquín
No tardó mucho tiempo D.ª Manuela en traer al mundo a este nuevo hijo, nacido el 15 de junio de 1828.
Desconocemos el nombre de su esposa, pero según un miembro de la familia, parece ser que era natural de Aragón y descendiente de D. Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Asimismo no tenemos noticia de la fecha en la que celebraron sus nupcias, pero sí de que tuvieron una hija: Manuela López Vivar, que casó con el Excmo. Sr. D. Rafael del Nido Segalerva.
Como sus hermanos Joaquín y Agustín siguió la carrera militar. Resultaría prolijo referir con detalle toda ella, por lo que sólo destacaremos lo más sobresaliente:
El 24 de julio de 1845, por gracia especial, se afilió como cadete. El 29 de septiembre de 1868 fue ascendido a Comandante, por adherirse al Alzamiento Nacional que se produjo en dicho mes. El 20 de marzo de 1876 se le nombró Teniente Coronel en recompensa por los servicios prestados, y el 21 de junio de 1879 solicitó el retiro del ejército, siéndole concedido el 2 de julio de ese mismo año.
Tuvo una hoja de servicios impecable: fue condecorado con la Cruz de la Orden Militar de San Hermenegildo y la Cruz de segunda clase de la Orden del Mérito Militar.
D. Modesto murió el 13 de marzo de 1892, a los 63 años de edad, y sus cenizas descansan en el panteón que la familia del Nido posee en Jaén.
Feliciano
El día 8 de junio de 1830, D.ª Manuela alumbra a su quinto hijo.
D. Feliciano se desposó con D.ª Javiera Díaz en fecha que no hemos podido determinar.
Cursó los estudios de Derecho, y el 9 de abril de 1853 solicitó el ingreso en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, exhibiendo el título expedido el 19 de junio de 1852 por el Excmo. Sr. Ministro de Gracia y Justicia.
En el mes de noviembre de 1854 se hizo cargo del bufete de su padre, cuando éste tuvo que abandonarlo a causa de la grave enfermedad que contrajo y de la que ya no se recuperó. En 1 856 recopiló los discursos, defensas forenses y obras literarias de su progenitor, que fueron editados en la imprenta de D. Manuel Minuesa de Madrid.
El 22 de marzo de 1862 comunicó al Ilustre Colegio, que S.M. había tenido a bien nombrarlo Registrador de la Propiedad del partido de Albacete, pero que deseaba continuar inscrito en el Colegio de Abogados aunque no ejerciera su profesión.
Y, por último, el 20 de octubre de 1870, cursó instancia al Excmo. Sr. D. Manuel Cortina, Decano del Ilustre Colegio de Madrid, pidiendo «se le expida certificación relativa a la época en que se inscribió y actuó».
Desconocemos la fecha de su fallecimiento y el lugar en que sus restos recibieron sepultura.
Joaquín Alonso
El 2 de febrero de 1834, el mismo día en que nació, fue bautizado en la Iglesia Arciprestal de Santiago de Villena, cuando su padre todavía no se hallaba en Madrid y ejercía de abogado en Alicante, de cuyo Ayuntamiento fue síndico personero hasta el 2 de mayo de ese mismo año.
Se desposó el día 9 de junio de 1872 en la parroquia de San José de Barcelona con D.ª María Rosa Ferrer Moratal, natural de Pego (Alicante), siendo D. Joaquín Comandante graduado y Capitán del Regimiento de Infantería de Saboya número 6 de guarnición en dicha plaza.
El 13 de marzo de 1850, cuando contaba 16 años de edad, inició su carrera militar en el Arma de Infantería como Subteniente de milicias disciplinadas. El 12 de diciembre de 1859 es nombrado Capitán por méritos de guerra. El 20 de marzo de 1876 asciende a Teniente Coronel por la terminación de la campaña carlista, retirándose del servicio con esa graduación el 17 de septiembre de 1892.
A finales de 1859 y principios de 1860 combatió en Ceuta contra fuerzas marroquíes, y en el verano de 1872 en la provincia de Gerona contra facciones carlistas, donde resultó herido de bala, demostrando su «buen comportamiento y distinguido cargo».
Las condecoraciones que obtuvo durante su servicio en el ejército fueron las siguientes:
• La Cruz de San Fernando de 1 clase.
• La Cruz del Mérito Militar de 2.ª clase, con distintivo blanco en dos ocasiones.
• La sencilla de San Hermenegildo, y La Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
D. Joaquín, en opinión de sus jefes, poseía un carácter díscolo y rebelde y, posiblemente por ello, estuvo sujeto a tres procedimientos militares que, sin embargo, no fueron obstáculo para la concesión de las condecoraciones a las que hemos hecho mención.
El primero de ellos se le instruyó el 15 de agosto de 1863, sobre la conducta observada durante una revista de Inspección; no obstante, el sumario fue sobreseído.
El 10 de julio de 1873 se acordó imponerle un mes de suspensión de empleo por infracción de las ordenanzas, y el 8 de abril de 1881, el Tribunal Supremo de Guerra y Marina aprobó el sobreseimiento de otro expediente instruido, disponiendo que este Jefe fuera amonestado «para que en lo sucesivo no haga manifestaciones respecto a hechos que no pueda probar».
El 28 de enero de 1884, encontrándose enfermo, solicitó del Excmo. Sr. General Gobernador de la plaza y provincia de Barcelona, se dignara ordenar el oportuno reconocimiento médico. Varios doctores del Hospital Militar de Barcelona diagnostican que, como consecuencia de una herida de bala en la cabeza, el paciente «se halla padeciendo una neurosis encefálica», por lo que recomiendan para su restablecimiento el pase a la situación de reemplazo.
Según fotocopia de la certificación del Juzgado Municipal de la Villa de Madrid, D. Joaquín López y López, natural de Villena, provincia de Alicante, de 58 años de edad, casado, militar, domiciliado en la calle de Jesús y María, n.º 8, 4.º, 2.º, dejó de existir a las seis de la tarde del día 17 de septiembre de 1892 a consecuencia de un sarcoma abdominal. Se hace constar igualmente que estaba casado con D." Rosa Ferrer Moratal, conviviendo ambos en el mismo domicilio y de «cuyo matrimonio quedan dos hijos mayores de edad llamados D. Tomás y D. Luciano».
En otro apartado se lee «que no consta haya otorgado testamento. Y que a su cadáver se habrá de dar sepultura en el cementerio municipal de Nuestra Señora de la Almudena».
Con fecha 20 de septiembre de 1892, a petición de su hijo D. Luciano López Ferrer, se inició un expediente en averiguación de quienes eran los herederos de su padre, para el cobro de las cuotas de la Asociación de Socorros Mutuos a la que como socio de número pertenecía. Llama la atención que viviendo su madre solicitara estos antecedentes.
Agustín de la Paz
El 24 de enero de 1837 vino al mundo el último de los hijos legítimos de D. Joaquín y D.ª Manuela. Nació en Madrid en el número 8, 4.º principal de la calle de Leganitos, y no en Villena como erróneamente habíamos supuesto. Fue bautizado en la Iglesia de San Martín, siendo sus padrinos el Excmo. Sr. D. Agustín Argüelles, íntimo amigo de su padre y D." María Loreto, hermana del recién nacido.
El 11 de diciembre de 1882, en la Iglesia de Santiago de Villena, se unió en matrimonio con D.ª Joaquina Pérez Navajas, natural de esta ciudad, cuando contaban 45 y 30 años de edad, respectivamente, y ambos eran de estado solteros. El 4 de junio de 1883 se inscribe civilmente, señalándose como residencia la casa de la calle Zamarramala, n.º 5.
Ingresó en el ejército el 1º de mayo de 1853 como Subteniente de Infantería, y el 29 de septiembre de 1868 ascendió a Comandante del 10.º Tercio de la Guardia Civil de León, grado con el que se retiró el 30 de septiembre de 1875.
Su expediente militar es excelente. Se le concedieron las siguientes condecoraciones:
• La Cruz roja de 1.ª clase del Mérito Militar.
• La Medalla conmemorativa del levantamiento del sitio de Bilbao, y
• La Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
Pero su salud se quebranta y el día 23 de agosto de 1875, dirige una instancia al Excmo. Sr. Capitán General del Distrito Militar de Castilla la Vieja, rogando ordene un reconocimiento de su salud por los facultativos que estime conveniente, y que éstos emitan el preceptivo informe. El diagnóstico, firmado el 31 de agosto de 1875 por los Profesores del Cuerpo de Sanidad Militar de León, D. Julián Sánchez y D. Lucio García, no es muy esperanzador. Padece una hepatitis crónica con tendencia a degenerar, y por ello creen que «no puede dedicarse a las fatigas propias del Instituto de la Guardia Civil».
El 10 de septiembre del mismo año solicita de S.M. la separación del servicio, que le es concedida, y el día 30 de dicho mes da fin a su carrera militar.
En el Padrón Municipal de 1885 lo vemos censado en nuestra ciudad habitando la casa de la calle del Raso, sin número, donde fallece el 29 de agosto de 1905, a los 67 años por un catarro intestinal.
Su cadáver fue depositado en el panteón que la familia tiene en el cementerio de Villena, dejando a su fallecimiento como descendencia a Joaquín, Agustín y Manuela.
Elisa López Díaz de Molín
En 1848 nació esta niña fruto de la relación amorosa de D. Joaquín con D.ª Ana Díaz Molín. Como los hijos ilegítimos quedaban fuera del amparo de las leyes, su progenitor ordenó una serie de recomendaciones a su hijo Pascasio para que Elisa no quedara totalmente desprotegida.
Lamentablemente no poseemos más amplia información.
Extraído de la Revista Villena de 1995
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