Alfonso Arenas Marín (A. Mira Renans) Por JOSÉ PUCHE ACIÉN
No son pocas las páginas dedicadas en distintas ocasiones a la prensa antigua de Villena, ni escasas las referencias acerca del periódico «El Bordoño», magnífico semanario local del que entre 1906 y 1913 se publicaron -sin contar los tres extraordinarios de las fiestas patronales de Septiembre- 170 números. Sin embargo, nadie ha mencionado el nombre de Alfonso Arenas Marín como uno de los fundadores, sino el principal artífice del semanario (en su casa se pergeñó el noticiero), ni se ha referido a su persona, ni figura en la extensa nómina de colaboradores que escribieron en la excelente publicación, que debe su nombre a la popular fuente de agua que existió en La Losilla.
Atribuyo la omisión —que considero tan involuntaria como injusta—al hecho de que firmara varios de sus escritos bajo el pseudónimo A. MIRA RENANS, locución formada mediante un juego de palabras en el que se combinan algunas sílabas de sus apellidos, en orden inverso, empleó además otros sinónimos como VIRIATO en una ocasión (periódico «El Bordoño»), o CAGARNERA (en «El tío Juan»).
Datos biográficos
Nació en Villena el día 11 de septiembre de 1887.
Tras realizar los estudios primarios, cursó bachillerato, cuyo título obtuvo en abril de 1904 en el Instituto General Técnico de Alicante. Posteriormente estudió Derecho en la Universidad de Valencia, y cuando terminó, ejerció como Abogado en Villena en el mismo domicilio donde vivió (calle de Joaquín María López, n.º 7), y donde posteriormente ha continuado desarrollando la misma profesión su hijo D. Alfonso Arenas García, también colaborador de la prensa local.
A los 28 años de edad, precisamente el día 28 de octubre de 1915, se casó en la Parroquia de Santiago de Villena con Isabel García Lillo, con quien tuvo a sus hijos: Alfonso y Antonio; uno de los testigos del enlace matrimonial fue Francisco Hurtado Blanes (El Lolo), quien también publicó artículos y poesías en varias revistas de la ciudad.
Fue concejal del Ayuntamiento de Villena entre 1914 y 1916, y posteriormente en 1918, y desde el 20 de abril de 1928 hasta unos meses antes de morir; y también Alcalde-Presidente en el año 1917 y 1918 (1).
En las páginas de la prensa local, donde Alfonso Arenas participó activamente, abundan las alusiones a su persona, y muestran tanto su perfil humano, como su actitud crítica y tendencia liberal en cuestiones políticas (2).
Baste como muestra las siguientes referencias, extraídas de varios periódicos de Villena; algunas de ellas tan chocantes como curiosas:
El Bordoño, n.º 20 (28 de octubre de 1906), «Noticias»: Se encuentra entre nosotros, por unos días, nuestro apreciable paisano y compañero de redacción D. Alfonso Arenas Marín. En breve marchará a Valencia a continuar sus estudios; n.º 50 (26-5-1907): El jueves, en el tren corto, llegó a esta nuestro querido amigo y compañero de redacción D. Alfonso Arenas Marín, el cual ha obtenido tres matrículas de honor, después de unos brillantes ejercicios. Damos nuestra enhorabuena a su apreciable familia; n.º 100 (1-11-1908): Constituida la Academia Jurídico-Escolar, de Valencia, ha sido nombrado vicepresidente de ella, nuestro querido compañero de redacción, D. Alfonso Arenas Marín, a quien felicitamos sinceramente...; n.º 130 (18-7-1909): Círculo La Unión: Esta tarde, a las tres y media, dará una conferencia en este Círculo nuestro compañero D. Alfonso Arenas Marín sobre impuestos; en el número siguiente D. Tomás Giner Galbis dedica un artículo a comentar la disertación. También es mencionado en otros ejemplares, como en los números 43, 152; mención que se extiende a su hermano Regino y a otros familiares. En las noticias del n.º 157 se escribe: Nuevo colega: según verídicas noticias, el próximo domingo aparecerá El Liberal de Villena, órgano del partido liberal local que actualmente manda. Su director será nuestro querido amigo y culto abogado D. Alfonso Arenas y Marín, antiguo redactor de El Bordoño; y en el número 158, se alude a Arenas como director de «El Liberal Villenense»; semanario que comenzó a publicarse el domingo 13 de julio de 1913, cuya redacción y administración estaban en el número 7 de la calle Joaquín María López (domicilio de Alfonso Arenas).
La siguiente cita de «El Liberal Villenense», n.º 12 (5-10-1913) indica que también ejerció la docencia en el ámbito local: «... han dado comienzo las clases de segunda enseñanza en el Colegio de San José, cuyo director y profesores... vienen a instruir, exclusivamente; a producir con su esfuerzo un centro de educación que sea digno de Villena; a impedir, si le es posible, esa dolorosa peregrinación de jóvenes escolares que se inicia, con el curso, hacia los colegios de Pego, Onteniente y tantos otros más. Profesores: director, D. José Gómez Ros, Profesor de Instrucción Primaria. D. Antonio Amorós Hernández, Presbítero. D. José Ramiro de la Cruz, Presbítero. D. Regino Arenas Marín, Licenciado en Medicina. D. Antonio Núñez Fernández, Auxiliar de Obras Públicas. D. Ernesto García Camarasa, Licenciado en Farmacia. D. Alfonso Arenas Marín, Doctor en Derecho. D. José Menor Hernández, Bachiller».
En el semanario La Cantárida, n.º 2 (18¬1-1914, notas municipales) se escribe: «El Sr. Arenas propone al señor Alcalde que no canten los serenos, acordándose dar un voto de confianza a dicha Autoridad, para que disponga lo más conveniente acerca de lo propuesto». Y en el número 4 del mismo periódico: «La descarga cerrada que el Sr. Arenas dirigió contra la avanzada Belga que se aproxima, debe haber causado alguna baja. El miércoles dio a entender este joven tirador, que si quiere da en el blanco».
En La Piqueta, n.º 8 (28-8-1915), «Junta Municipal de Asociados», a propósito de una votación se manifiesta: ... votaron... el concejal que tanto se interesa por la clase trabajadora, Sr. Arenas.
También en la sección MÚNICIPALERIAS de «Villena Joven» se alude varias veces a Alfonso Arenas, a propósito de su gestión como concejal en el Ayuntamiento de Villena. Por ejemplo en el n.º 1 (7 de junio de 1914) se escribe: El Sr. Arenas ruega a la presidencia modifiquen el alumbrado del paseo y las aceras de la calle Ramón y Cajal. Después el mismo señor tiene una feliz idea; se acuerda de su estatura y de unos andamios de la calle de D. J.
López y pide que los eleven, pues se ha de inclinar cuando pasa por debajo. Nosotros pensamos que al construir los andamios no tuvieron en cuenta la estatura del Sr. Arenas.
Igualmente se cita su participación como concejal en el Ayuntamiento de Villena, en el n.º 3 de La Lucha (6-1-1917), único ejemplar que conozco con este título.
En el n.º 1 del periódico La Corona (1 de septiembre de 1921) Alfonso Arenas figura como Secretario de la «Junta de Caballeros» nombrada en 1917.
Murió el 27 de octubre de 1930, a la temprana edad de 43 años, como consecuencia de una «tuberculosis pulmonar».
Su actividad periodístico-literaria
Su afición literaria se manifiesta por él mismo en un diario manuscrito que conservan sus familiares, en el cual recortaba y pegaba fragmentos de los periódicos donde aparecían sus publicaciones; diario que he podido consultar gracias a la gentileza de su hijo D. Alfonso y su nieto Francisco Arenas Ferriz, quien desde el año pasado subscribe algunos de sus interesantes artículos de opinión con el nombre F. Renans Rifez, pseudónimo que remeda el de su abuelo.
En el diario escribió Alfonso Arenas Marín: «... Mis aficiones a la literatura y a la lucha me han llevado siempre a exteriorizar mi pensamiento por medio de la palabra escrita. Siendo muy niño, recuerdo que tenía un pequeño libro de apuntes en el que llegué a recoger mi vida sensitiva de dos años, pero se me perdió y por muchos trabajos que me he tomado para recuperarlo, no he podido conseguirlo. Después en el año 1900 ó 1901, publiqué en «Juventud», periódico de tendencias avanzadas un artículo muy bonito que no tengo inconveniente en alabar, porque a fuerza de correcciones que manos ajenas hicieron en él, me lo transformaron por completo. Si acaso para hablar con propiedad diré, que aunque firmado por mí, estaba hecho (en) colaboración con media docena de compañeros. Yo puse la materia prima; y ellos, de aquí corto, allí añado, esto lo reformo, lo otro conservo, dejándolo como distinto.
Más tarde, siendo estudiante del Preparatorio de la Facultad de Derecho, me habló Miguel Segovia, todo corazón e inteligencia, pero un tanto desequilibrada, para que hiciéramos un periódico. Me puse a su disposición y a los pocos días se publicaba «El Tío Juan» que sólo vivió dos números.
Después publicamos El Bordoño... Mi última producción periodística ha sido La Tribuna que todavía sigue publicándose y que nació con inmejorables auspicios. Hoy peca de sosa, de anodina y de cobarde. Advierto que soy el alma de la publicación, pero me encuentro solo, no tengo a nadie que me apoye y me hallo sometido a muchas presiones. Sin embargo, de sus defectos ha hecho mucho y bueno. Con capa de sensatez ha sabido captarse la simpatía de la inmensa masa de población y si tuviera más independencia, sería una fuerza respetable.
Pues bien, a recoger una parte de mi obra, vertida en dichas publicaciones, dedico este libro. La verdadera labor que realicé, está en sueltos, noticias y fondos que no recojo apenas. Únicamente alguno que otro, por causas que explicaré, he tomado. Como se verá doy preferencia a mi labor literaria.
Cese, pues, de hablar mi pluma de hoy, para que lo haga la de ayer. ¿Estará callada siempre? ¡Quién sabe! 27 de marzo de 1911».
Comentario a sus publicaciones en la prensa local
Los setenta y un textos de Arenas que he encontrado publicados en las páginas de los periódicos de Villena a principios de siglo manifiestan que no fue escasa su participación en la prensa local.
En conjunto predominan los escritos en prosa sobre el verso, y los artículos de opinión sobre los de creación literaria. Están distribuidos de la manera siguiente:
• 35 publicados en El Bordoño
• 21 en La Tribuna
• 3 en El Tío Juan
• 2 en El Liberal Villenense
• 1 en Juventud
• 1 en El Villenero
• 1 en El Orejón
• 1 en El Único
• 1 en Villena Joven
En la relación final de este trabajo puede verse el conjunto de publicaciones ordenadas cronológicamente; he respetado la grafía original, por eso el título aparece escrito unas veces con letras mayúsculas y otras con minúsculas, tal como aparece impreso.
Composiciones en El Bordoño
De «La canción del prisionero» (n.º 1) manuscribe Arenas: «Siendo esta mi primera producción en El Bordoño es de las que más me satisfacen y halagan mi vanidad. Quizá porque está en prosa rimada y soy un empedernido amador de la forma poética». En esta composición aparecen los celos y el arrepentimiento.
«Las piñitas de San Juan» (n.º 2) versa sobre costumbres populares, y contiene el subtítulo «Casi leyenda».
El embargo es el tema de la «Declaración» (n.º 4); y la venganza por engaño el de «El manicomio» (n.º 6); mientras que «La apariencia» (n.º 10) habla precisamente del engaño de las apariencias.
Hay varios textos referidos a personas concretas, como «El castigo» (n.º 14) dedicado al maestro D. José Campani, destacando su bondad; «Muertos ilustres» (n.º 95) dedicado a Salmerón y Sarasate; «¡Descanse en paz!» (n.º 113), «Necrológica —afirma Arenas— escrita desde Valencia, en donde me encontraba cuando falleció mi buena tía» (se refiere a Salustiana Marín de Ocaña).
En «Amor paterno» (n.º 16) aflora la alegría por la vuelta de un hijo; y en «Amigos del alma» (n.º 19) aparece la justicia, valiéndose de un diálogo ficticio entre un poeta y un aldeano.
«Jacinto» (n.º 28) es la decepción de una persona; en «Crónica» (Noche de Reyes)» (n.º 31) aparece la frivolidad.
«Cómo aman ellas (Esbozo de drama)» (n.º 37) lleva el subtítulo: «Para mi querido amigo R.G.A.», texto dialogado con acotaciones sobre la venganza y los celos; y «Cómo aman ellos» (n.º 39) también subtitulada en esta ocasión «Para mi querido amigo R.M.C.» es un diálogo sobre el amor.
Las relaciones amorosas o relaciones hombre-mujer aparecen además como meollo de las siguientes composiciones: «Declaración» (n.º 43), «La última entrevista» (n.º 52), «Mi novia (rápida)» (n.º 74), unos versos publicados sin título en el número 86, y la composición «De la vida» (n.º 87), dedicada a su amigo P. Soler.
«¿Por qué?» (n.º 53) reflexiona sobre la vida; «La presente Rápida —manifestó Arenas— fue escrita en 15 minutos, con ocasión de una apuesta que gané. Publicóse primeramente en un periódico de Elche, de donde la reprodujo un diario de Alicante. Finalmente la publiqué en El Bordoño.
«Moros y Cristianos» apareció en el Número Extraordinario del 5 de septiembre de 1907 con ocasión de las fiestas patronales; un año después escribió otro texto: «He aquí el artículo preferido de cuantos hice —afirma refiriéndose a «Cuadros de fiestas» del Extraordinario del día 5 de septiembre de 1908—. Ninguno de los que mi pluma trazó —continúa— han dejado satisfecha mi vanidad como el presente. Busco la explicación, el por qué y recuerdo que lo escribí poniendo en sus palabras el corazón.
Los números 67, 68, 69 y 72 «Vestir al desnudo» tratan de la solidaridad humana ante el pobre; están sin firmar. Arenas Marín recortó y pegó el correspondiente al n.º 67 y escribió a continuación: Únicamente como recuerdo de la campaña que con este objeto llevé, me atrevo a recortar el anterior artículo. Sus resultados fueron mediados, pues se recogieron 287 ptas. y regular cantidad de ropa blanca, que fue distribuida entre los necesitados. El n.º 72 lleva incorporado el subtítulo «triste estadística».
De la «Crónica (El jorobadito)» (n.º 73) manifiesta Arenas: «Con esta crónica he pretendido fijar de un modo exacto, el caso del desdichado jorobadito, que se dedica a vender, participaciones de lotería, por nuestras calles.
«Nuevos horizontes» (n.º 75) habla de un certamen escolar.
Sobre «La cuestión del Teatro Chapí» (n.º 90) escribe: «Este artículo fue el primero de una campaña tenacísima acogida con entusiasmo por la opinión. Sólo a título de recuerdo lo reproduzco».
En «Rebeldías» (n.º 99) denuncia las desigualdades sociales.
«Despedida y protesta» (n.» 102): tras este escrito, y refiriéndose tanto a «Despedida y protesta» como a «No vaticinemos», escribe Arenas Marín en su diario: «Digo, que mi labor está en sueltos, artículos de fondo, etc. Recojo de estos últimos los dos presentes». Habla del fin de una etapa del periódico.
«Balas perdidas» (n.º 102) son unas décimas sobre la maldad.
«Ripios y verdades» (n.º 106) tiene como telón de fondo el problema del agua en Villena; dice Arenas: «La tercera etapa de El Bordoño consumióse en la campaña de aguas. Mi intervención fue bastante escasa y oculta porque temía un traslado de mi padre. Recojo a guisa de recuerdo estos versos»; es una composición de estrofas heterométricas.
En «No vaticinemos» (n.º 127) manifiesta su opinión ante unas elecciones próximas a celebrar.
«El artículo "Ellos y nosotros" (n.º 130) —dice— fue el último fondo que publiqué en El Bordoño y al que atribuyo el desbordamiento de la inquina que se nos tenía, manifestado en los procesamientos de que fueron víctimas Ernesto García, José Menor por los versos y la Crónica que copio» (3), y unas «Coplas de guerra», aparecidas también en el mismo número, sin firma, atribuidas en el diario a J. Menor Hernández (El Aguaor).
Publicaciones en La Tribuna
«La mujer» y su belleza, las relaciones amorosas o relaciones hombre-mujer se hallan presentes también en los textos siguientes de este semanario: «Dulces recuerdos (envío)» (n.º 1); «La oración del cuitado» (n.º 2); «De mi huerto (a unos ojos)» (n.º 3); «Resurrexit» (n.º 3); «Mujeres» (n.º 17); «Crónica» (n.º 19); este último —firmado con sus iniciales A.A. se complementa con el subtítulo «Matadores de mujeres».
Hay artículos dedicados a la defensa y solicitud de indulto al rey Alfonso XIII de Francisco Pérez Amorós, condenado a 12 años de cárcel por golpear con una silla a un guardia civil durante los sucesos ocurridos en las fiestas de septiembre de 1909. Son los siguientes: «Misión sagrada» (n.º 1, 7, 8, 9, 14 y 1 6), «Acta de Escrutinio» (n.º 14) y «Misión gloriosa» (n.º 3).
Los problemas «De alumbrado» se abordan en los números 4, 6 y 12, bajo el mismo epígrafe.
En «El Molino de la Virgen» (n.º 5) Arenas propone dedicar una calle de Villena a D. Cristóbal Amorós por haber realizado la compra de este molino, tras varias gestiones en Madrid con sus propietarios.
«La manifestación» (n.º 6) refleja lo que podíamos denominar ecos de sociedad. «La comisión» (n.» 8) el problema de las aguas.
En su Rápida «Los intelectuales» (n.º 10) habla de la consideración del trabajo intelectual.
Tres artículos tratan de la mendicidad: el primero —cuyo título es una retahíla de puntos, precedidos y seguidos de signos exclamativos— «¡...!» (n.º 15) sobre los verdaderos y falsos mendigos, y «Asociación de caridad» (n.º 19 y 23), donde plantea la posibilidad de crear una asociación para ayudar a los realmente necesitados.
«Pro cultura» (n.º 32) es un artículo dirigido al presidente del Círculo Villenense manifestando la escasa utilización de la biblioteca del círculo.
Tema de las publicaciones en otros semanarios:
• «Debo padecerlo yo» (El Tío Juan, n.º 1): el amor.
• «El mendigo» (El Tío Juan, n.º 2): la desgracia.
• «De 40 y 20» (El Tío Juan, n.º 2): la mujer. Escrito en pareados de arte mayor.
• «Mi pueblo» (El Liberal Villenense, n.º 9): canto a Villena.
• «A moro muerto gran lanzada» (El Liberal Villenense, n.º 16) es una queja ante la publicación de un suelto, contando verdades a medias.
• «Pinceladas (un reino feliz)» (Juventud, n.º 10): reflexiones generales.
• «Vi llena; su carácter» (Villena Joven, n.º 4) constituye un canto a Villena.
• «Cooperativas de consumo» (El Villenero, n.º 3): ventajas del cooperativismo. El artículo está firmado por A.A.; lo atribuyo a Arenas, porque además de coincidir con sus iniciales, trata de una cuestión abordada en varias ocasiones como el de las ventajas que reporta el cooperativismo.
• En «La cuestión del hoyo de la virgen» (El Orejón, n.º 8), aparece de nuevo el problema de las aguas de la Laguna.
«Pro cooperativas» (El Único, número extraordinario y único, 5 de septiembre de 1918) se declara una vez más en pro del cooperativismo.
• El número 3 de «Nosotros» (10 de septiembre de 1922) inserta un «Remitido» de Alfonso Arenas en el que alude a las mejoras introducidas en la Ley de Accidentes de Trabajo, con el fin de que los obreros puedan beneficiarse de su aplicación.
Y estoy convencido de que publicó otros artículos no incluidos en la relación siguiente por el rigor, a la hora de atribuir los textos a sus respectivos autores; y realizo esta afirmación basándome en el hecho de que en el semanario «La Tribuna» donde Arenas trabajó asiduamente aparecen publicados muchos títulos sin firma; varios de ellos están en la misma línea de crítica constructiva marcada por Alfonso Arenas. Además, en asuntos como el «De alumbrado» sólo le he atribuido la autoría tres veces —basándome en su firma manuscrita o mención en su diario, cuando aparecen varios textos más con el mismo epígrafe, firmados por Don-Din. Resulta difícil adivinar quién se esconde detrás de este pseudónimo, o de otros como Fray Adverbio o «Perico el de los Palotes», que aparecen en La Tribuna.
NOTAS:
(1) En los números, 2, 7 y 8 correspondientes a la 2.ª época del semanario «El Orejón» aparecen referencias a su gestión como alcalde. Concretamente en las NOTICIAS del n.º 8 (1 de julio de 1917) se publica el texto siguiente: Nuevo Alcalde... El Sr. Arenas presentó la dimisión de su cargo; y los conservadores, después de algunas vacilaciones, acordaron dar el nombre de D. Miguel Esquembre Fita para ocupar el primer puesto de la administración local. En el Ayuntamiento de Villena, el 6 de julio de 1917 se lee una Real Orden del día 3 anterior por la que se admite a Alfonso Arenas la dimisión de su cargo de Alcalde-Presidente. Es sustituido por el conservador Miguel Esquembre, quien ejerce el cargo hasta el 21 de septiembre del mismo año, que es reemplazado por el también conservador José Hernández Villegas.
El día 30 de diciembre de 1918 en 2.ª votación Alfonso Arenas es nombrado nuevamente Alcalde, hasta el 2 de enero de 1920 que es cesado de su cargo por oficio del Gobernador Civil.
(2) Fue jefe de filas de esta zona de los partidarios de Alcalá Zamora.
(3) Se refiere a Rápida (El espíritu de D. Quijote) publicaba en el número 131, firmada por NORESTE, pseudónimo de Ernesto García Camarasa, desvelado por Arenas Marín en el Diario.
Extraído de la Revista Villena de 1995
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