Don José Serra Dalmau, un pedagogo injustamente olvidado.
Por VICENTE PRATS ESQUEMBRE
La amplia biografía de este ilustre y prestigioso maestro necesariamente habrá de ser breve, dadas las características de esta revista y el espacio de que dispongo para ello.
EL día 12 de enero de 1874 en la villa de Cambrils, provincia de Tarragona, ve la luz por primera vez un niño al que se le bautiza con el nombre de José Carlos Pedro. En su infancia, su innata inteligencia y constante dedicación al estudio, pronto le hacen destacar entre los compañeros de su escuela.
A los 12 años de edad ingresa en el Seminario Pontificio de Tarragona, donde termina el bachillerato con excelentes calificaciones. Después de atender las obligaciones y prácticas religiosas, su afición por la música sacra y el canto es tan grande que dedica a ello buena parte de su tiempo libre.
A los 21 años, tras una profunda reflexión y con el consentimiento de sus padres, decide abandonar los estudios eclesiásticos, e ingresar en la Universidad de Barcelona para cursar la carrera de Filosofía y Letras. Sus ratos de ocio y también buena parte de sus vacaciones, los destina a la lectura, composición poética, visita a museos, investigación histórica... e incluso colabora con la prensa de la capital. Las retribuciones alcanzadas en estos trabajos le permiten vivir con mayor independencia económica. Al cabo de unos pocos años, no solamente consigue terminar la licenciatura, sino también el doctorado, que concluye con toda brillantez.
No tengo noticias de que D. José hubiera mantenido contactos con algún miembro de la educación privada de nuestro pueblo, pero sí sé con certeza que la decisión de dedicarse a la enseñanza en Villena no fue fruto de la improvisación, sino de un meditado análisis de las condiciones que debía tener el lugar donde ejercer su actividad. Villena las reunía: cabeza de partido, excelentes comunicaciones, gentes hospitalarias y otra serie de circunstancias que fueron determinantes para fijar aquí su residencia.
A finales del siglo XIX dos eran los colegios privados establecidos en nuestra ciudad, que se dedicaban a impartir la 1ª y 2ª enseñanza y preparación para carreras especiales: el de San Fernando, fundado el 15 de octubre de 1885 y el de Nuestra Señora de las Virtudes, el 26 de agosto de 1898, cuyo primer domicilio se situó en la calle de San Francisco, n.º 2
También se dedicaban a la educación privada el de niñas de las Hermanas Carmelitas; el de párvulos de ambos sexos de las de María Inmaculada del Calvario; la nocturna de niños de la Sociedad de Socorros Mutuos «El Porvenir» para los hijos de los socios, y la del caserío de La Encina, sufragada ésta última por la Compañía del Ferrocarril para los hijos de sus empleados. El cuadro educativo villenense lo completaban cinco escuelas públicas para varones y cuatro para hembras. Años más tarde, concretamente en 1906, comenzó su actividad la del Centro de Sociedades Obreras. Como dato complementario añadiremos que en 1903 los habitantes de Villena, incluyendo los de sus partidas rurales eran 14.397, de los cuales figuraban en el padrón 1.486 niños y 1.229 niñas comprendidos entre 6 a 12 años.
El creciente número de alumnos que se inscribía en el de las Virtudes, aconsejan a su director trasladar sus instalaciones a un local más espacioso y alquila, para ello, una casa propiedad de D. Manuel Ritas, situada en la Plaza de Juan Ros (hoy de Las Malvas).
En 1901 D. José Serra llega a Villena alojándose precisamente en una vivienda de la misma plaza. Habitaba en casa contigua a la suya Estefanía Hernández Hurtado. No tardarían mucho tiempo en iniciar relaciones amorosas, ya que el 5 de febrero de 1902 se unen en matrimonio. Su primera hija, Josefa Gertrudis Ana, nace el 11 de agosto de 1903 en el domicilio de los padres de Estefanía, con quienes convivían los recién casados.
D. José y su esposa deseaban tener su propio hogar para llevar una vida independiente. En 1905 tiene la ocasión de conseguir su objetivo y trasladan su domicilio a una casa situada en la calle de San Sebastián, n.º 14, hoy Avenida de la Constitución. Allí nace el 28 de noviembre del mismo año su hijo Francisco José Juan.
En 1908 siendo ya D. José Serra Director del Colegio, cambian su residencia a la calle Echegaray, n.º 5 (hoy de Doña Isabel), lugar donde se encontraba la academia. Allí fallece el 22 de julio de 1909 su hija Josefa, cuando contaba 6 años de edad.
El colegio va logrando tanto prestigio, que el número de alumnos se va incrementando notablemente. D. José, que por aquel entonces ya era director-propietario del mismo, decide, ante tal circunstancia, establecerse en un edificio más espacioso. Lo encuentra en la calle Baja, n.º 10, donde marchan a vivir los esposos e instalan también la academia. Pero el destino no les va a ser propicio, porque el 3 de diciembre de 1910 muere su hijo José, que había nacido cuatro días antes, y su mujer el 22 de enero de 1911, a los 44 años de edad.
No tengo constancia de la fecha exacta en la que el ilustre maestro contrae nuevas nupcias con Virtudes Cartagena Escarbajal, natural de Redován (Alicante), porque, salvo error, no figura inscrita en este Registro Civil, pero sí que consta que el 21 de marzo de 1913 nace una hija, Josefa Virtudes Vicenta, que según noticias facilitadas por D. Francisco Serra Margarit, nieto del biografiado, falleció en plena juventud.
Relatada su vida familiar, voy a intentar realizar un resumen de los 18 años en los que D. José Serra Dalmau ejerció su magisterio en Villena, y la importancia y transcendencia de su labor educativa durante ese período.
Como ya he dicho antes, el insigne pedagogo llega a nuestra población el año 1901, incorporándose inmediatamente al cuadro de profesores del Colegio de Nuestra Señora de las Virtudes.
Sus métodos de enseñanza, la amenidad de sus explicaciones, el diálogo con los alumnos... pronto le hacen captarse sus afectos y simpatías, y la gratitud de los padres por los adelantos que sus hijos experimentan en los estudios.
El 21 de agosto de 1906 D. José Serra Dalmau y D. Luis Pastor Sánchez, Directores de los Colegios de Nuestra Señora de las Virtudes y San Fernando, respectivamente, comunican al Ayuntamiento la fusión de ambos centros, «única manera de fomentar la enseñanza en beneficio de la población y de que pueda dotarse a dicho establecimiento del material necesario...». El colegio —sigue diciendo— se denominará de Nuestra Señora de las Virtudes; Serra Dalmau actuará como director y el Sr. Pastor Sánchez como profesor.
A partir de este momento, la nueva institución va incrementando su fama y prestigio. El n.º 128 del periódico local «El Bordoño» de fecha 4 de julio de 1909, lo cita como uno de los mejores centros de enseñanza de nuestra provincia, por los resultados que vienen alcanzando sus alumnos en los exámenes que se celebran en Alicante. Felicita al profesorado y especialmente a su Director, por dotar a Villena de uno de los mejores centros de estas características.
Sería prolijo referir en estas páginas, toda la actividad docente que D. José Serra realizó en Villena, pero, aunque sea de forma esquemática, no me resisto a dejar constancia de lo más sobresaliente, ya que, además, siempre estuvo en vanguardia en muchas de las actividades culturales y artísticas de la población.
• ABRIL DE 1908. El colegio, con el fin de conmemorar el próximo centenario de la Guerra de la Independencia, fecha memorable en los anales de la Historia de España, organizó un certamen escolar, patrocinado por el M.I. Ayuntamiento, en el que podían participar todos los alumnos de las escuelas villenenses. El acto, que resultó brillantísimo, se celebró en el Teatro Chapí, entonces de madera, adecuadamente adornado para la ocasión. Esta festividad siguió realizándose en años sucesivos.
• EL DE MARZO DE 1909. Tras el rotundo éxito obtenido en Madrid por nuestro insigne paisano Ruperto Chapí con su «Margarita la Tornera», la corporación municipal le ofreció un homenaje que tuvo lugar en el Teatro Artístico. D. José Serra y D. Francisco Bravo, Director éste último de la Banda «Juventud Musical Villenenses», fueron dos de las personas más destacadas que intervinieron en su preparación. Concluyó el acto interpretándose los himnos a Chapí y Villena, letra y música de D. José Serra. Según publica «El Bordoño» en su número 149, en la velada conmemorativa del 2 de mayo de 1913 se cantó un NUEVO himno a Villena, composición coral a dos voces, música y letra también de D. José. ¿Sería el mismo que se interpretó el 21 de marzo de 1909 en el Teatro Artístico, o estaremos ante otro diferente? ¿Y en ese caso, cuál de ellos será el que cantamos ahora los villenenses como himno oficial? Su familia a la que desde estas páginas le agradezco los datos que me ha facilitado, da como cierto que el himno a Villena lo compuso en el año 1906. Quizá algún investigador consiga en un futuro aclarar esta incógnita.
• MARZO DE 1910. Celebración del primer aniversario de la muerte del eminente paisano Ruperto Chapí, por el que D. José Serra sentía una profunda admiración. Brevemente haré constar que el acto tuvo lugar en la Plaza de Las Malvas, donde se instaló un templete en la fachada de la casa de los Hernández; en los árboles se colocaron coronas de laurel y un letrero en cada uno de ellos con la inscripción del título de una obra de Chapí; que los niños de las escuelas desfilaron ante un retrato del compositor lanzando flores y que intervinieron con discursos y poemas diferentes personalidades. Nuevamente fue D. José Serra uno de sus principales organizadores, como lo confirma una cuarteta, atribuible al recordado Aguaor.
Dice así:
Don Salvador Avellán,
después de hablar un güen rato,
le dijo a Don José Serra,
¿está ya güeno, arremato?
• ENERO DE 1912. Fecha probable en que se inició en Villena la Fiesta del Árbol. Su principal impulsor fue asimismo D. José, quien compuso un himno para conmemorar el acontecimiento. En honor a la verdad hay que dejar constancia de que ya el periódico LA TRIBUNA en el editorial de su número 11, de fecha 15 de enero de 1911, sugirió al Ayuntamiento la celebración de este suceso. Este demostró muy poco interés, porque incumplió la promesa que había hecho públicamente.
• CURSO DE 1912-1913. Con el fin de estimular a sus alumnos en el estudio y la investigación, organizó una serie de conferencias en las que intervenían un buen número de ellos. Se realizaban todos los sábados en el salón de actos del colegio y concurrían gran número de personas que elogiaron la iniciativa. D. José pretendía que, perdiendo la timidez, consiguieran mayor facilidad de expresión y que se esforzaran en preparar sus temas.
La creación de un ateneo escolar, juegos florales infantiles, composiciones poéticas, la historia de Cambrils, su pueblo natal, que escribió en Villena..., dan idea de su incansable actividad.
Las causas de su muerte son similares a las de su admirado Chapí: un enfriamiento que degeneró en pulmonía.
A primeros de abril del año 1918 no se encuentra bien de salud y ha de guardar cama. El médico que le atiende, no se alarma en un principio aunque diagnostica que padece una pulmonía. Pero con la medicación que le prescribe y un absoluto reposo, confía en que el paciente superaría la enfermedad. Pasados unos días la alta fiebre y la creciente fatiga, aconsejan celebrar una consulta de varios doctores. Todos ellos coinciden en un pronóstico alarmante y pesimista.
Presintiendo que su final se aproxima, comunica a su esposa el deseo de trasladarse a su pueblo natal. Aún a pesar de que los médicos que le atienden prohíben el desplazamiento, dada la gravedad de su enfermedad, es tanta su insistencia que, tomando toda serie de precauciones, emprende la marcha hacia Cambrils.
Les acompaña Francisco Domene Martínez, íntimo amigo del maestro, quien procura hacerle más llevadero el fatigoso viaje.
Llegados a su pueblo, le visita inmediatamente el médico D. José Riba Ferrar, quien comunica a la familia que al enfermo le quedan pocos días de vida. Y así fue, porque el día 27 del mismo mes dejaba de existir el ilustre pedagogo, después de recibir los últimos sacramentos.
Posteriormente a la muerte de este excepcional educador, que entregó los 18 años de su magisterio al servicio de la cultura de nuestra ciudad, y que se enorgullecía públicamente de que él tenía dos patrias chicas: Cambrils y Villena, muy pocas han sido las muestras de recuerdo que este pueblo le ha dedicado. Que yo sepa, en la prensa local, dos, y no debe haber muchas más:
Una la publica el Semanario «NOSOTROS» en su número 1 del 27 de agosto de 1922, nada dudoso de sus ideas anticlericales opuestas a las de D. José Serra, y otra, el 29 de abril de 1928, «VILLENA JOVEN». No me resisto a transcribir a continuación el comentario del primero.
Después de hacer referencia a que le parece muy justo que una calle lleve el nombre del maestro D. José Chanzá, añade:
«Más, nos sirve de motivo este hecho, también, para recordar, de paso, el olvido imperdonable que supone para los villenenses no premiar, con un homenaje análogo, la fecunda y digna actuación de otro apóstol de la enseñanza que se llamó D. José Serra y Dalmau.
¿Qué dicen a esto los dignísimos concejales? Nosotros, por adelantado, indicamos la calle Baja, que podría ser la más oportuna a los fines propuestos».
Recordemos de paso las acertadas palabras de Marcelino Domingo ante el monumento a Chanzá, en su visita a Villena, siendo Ministro de Educación Nacional: «PUEBLO QUE HONRA A SUS MAESTROS SE HONRA A SI MISMO».
Reivindiquemos pues su memoria y demos testimonio de gratitud hacia este ilustre educador.
Extraído de la Revista Villena de 1994
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