SONETO
Fantasmas de un amor, que todavía
sois dueños y señores de mi mente;
fantasmas de un amor, que impunemente
regís en mi memoria cada día;
espectros invisibles, que ahuyentáis
de mí los sentimientos rudamente:
con el agrio sabor que está aún latente
el brote de un amor nuevo aplastáis.
¡Conmigo fuiste estatua inerte y fría!
Pero hablar, ir contigo, poder verte,
recordar y mirarte mi alma ansía;
y saber que, a pesar de no tenerte,
aunque no me hayas querido, volvería
José Fernando Domene Verdú
6-8-1989
Extraído de la Revista Villena de 1990
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