I
Hace noche de ayer,
de espacio olvidada
las vibraciones
tiemblan en el mismo espectro,
tímidas, rozando
algo que jamás se atreverán a mostrar.
Hace noche de rabia
con caras que se multiplican
frente a mis ojos,
en la pared, bajo de la cama,
mirando por la ventana desde la nube,
en la sopa, en el espejo...
y no son caras nuevas,
son las que acosan:
los fallos, los disfraces
con que me adorno,
las alegrías, la prisa,
el amor tardío...
miro a las uñas
y veo diez caras diferentes.
II
Arrollados en esta noche
por la soledad,
indescriptiblemente unidos,
absueltos del pecado del trabajo
con argucias de insomnio,
intentamos realidades alcohólicas
para redimirnos de la ilusión de la vida.
Mira las estrellas:
mañana estarán en el mismo sitio.
Voy a escribir una canción de amor fría
y lejana.
Vamos a hablar de miseria.
Mío
y
tuyo.
Voy a escribir una canción de amor fría.
Voy a contar todas mis lágrimas,
desnudaremos mi instinto
secuencia a secuencia,
(volar)
y todo
se alzará igual: barreras
entre los labios.
Desespera el aire helado
que te cubre,
es demasiado tiempo
y hoy la espera es triste:
no hay reproches,
quizá el olvido, aún el recuerdo.
Háblame con palabras distantes:
Hazme sentir algo nuevo
en el Baile de mi garganta.
¡Haz de mis manos
tus dientes!
Es
todo
tan
frío.
Amalio Gran
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