CUATRO DE LEYENDA... MURILLO, GOSÁLBEZ, DOMENE Y FLOR
Hoy nuestras letras versan sobre cuatro villenenses que en el pasado aunaron fuerzas para que nuestras fiestas crecieran en lo relativo a películas de fiestas, fotografía festera y sonido; gracias a su trabajo desinteresado y altruista en la actualidad podemos disfrutar de una parcela entonces desierta. Nuestro hilo conductor será principalmente el testimonio de Luis Murillo Coloma, más los apoyos de Gosálbez, Domene y Flor (Miguel hijo); pueden consultar sus biografías completas en la revista Moros Nuevos (Murillo y Flor), Marruecos (Murillo y Gosálbez) y Piratas (Murillo, Gosálbez y Domene).
Luis Murillo Coloma nació en Villanueva de Castellón el 18 de noviembre de 1933. Los premios que atesora son: Marinos Corsarios, Estudiantes, Premio El Tito 1981, Marruecos (Socio Honor 2007), Junta Central 1981-82 y Homenaje 50 Aniversario Junta Central 2021. Según Murillo el responsable de que se hicieran películas fue Alfredo Rojas Navarro; como diría Jesús de Nazaret “Al César lo que es del César”. El 12 de febrero de 1970 se creó la Junta Central y Alfredo fue su primer presidente:
“Pocos días después de la creación de la Junta Central en 1970, Alfredo fue a mi casa; él sabía de mi afición por la fotografía y cine. Desde que salió de Presidente en la Junta Central, estaba dándole vueltas al tema de hacer unas películas en fiestas o como él decía, un documental de fiestas para archivo y recuerdo. Yo le dije que lo veía muy bien y que además era posible hacerlas, siempre y cuando pudiese contar con la ayuda de 2 o 3 personas más. ¿Por qué? Pues porque siendo 3 o 4 personas y teniendo varias cámaras, podríamos coger muchos más ángulos de filmación. Apunta que Alfredo siempre hablaba de documental de fiestas y no de películas de fiestas. Sí me gustaría decir que los cuatro fuimos un equipo que actuó como tal: los cuatro para todo. Unos se fueron antes y otros después pero siempre fuimos un equipo. Cuando le dije a Alfredo lo de buscar a otras 2 o 3 personas, me dijo que no había ningún problema y me preguntó quién podría colaborar. Como yo conocía y sabía de las aficiones de Isidro[Gosálbez], Paco [Domene]y Miguel[Flor], le propuse que fueran ellos los que se sumasen al proyecto. A lo largo de la semana siguiente hablé con ellos y como no hubo ningún problema, lo llamé y le dije que ya teníamos el equipo al completo. Este grupo se creó para hacer las películas pero luego nuestro trabajo se amplió al sonido y fotografía festera”.
“Pocos días después de la creación de la Junta Central en 1970, Alfredo fue a mi casa; él sabía de mi afición por la fotografía y cine. Desde que salió de Presidente en la Junta Central, estaba dándole vueltas al tema de hacer unas películas en fiestas o como él decía, un documental de fiestas para archivo y recuerdo. Yo le dije que lo veía muy bien y que además era posible hacerlas, siempre y cuando pudiese contar con la ayuda de 2 o 3 personas más. ¿Por qué? Pues porque siendo 3 o 4 personas y teniendo varias cámaras, podríamos coger muchos más ángulos de filmación. Apunta que Alfredo siempre hablaba de documental de fiestas y no de películas de fiestas. Sí me gustaría decir que los cuatro fuimos un equipo que actuó como tal: los cuatro para todo. Unos se fueron antes y otros después pero siempre fuimos un equipo. Cuando le dije a Alfredo lo de buscar a otras 2 o 3 personas, me dijo que no había ningún problema y me preguntó quién podría colaborar. Como yo conocía y sabía de las aficiones de Isidro[Gosálbez], Paco [Domene]y Miguel[Flor], le propuse que fueran ellos los que se sumasen al proyecto. A lo largo de la semana siguiente hablé con ellos y como no hubo ningún problema, lo llamé y le dije que ya teníamos el equipo al completo. Este grupo se creó para hacer las películas pero luego nuestro trabajo se amplió al sonido y fotografía festera”.
Con las películas visadas y los cuatro implicados preparados, la maquina arrancó:
“Para el primer año que hicimos películas, 1970, presupuestamos material para los cinco días de fiestas. El problema es que el día 5 ya nos quedamos sin películas vírgenes y el presupuesto se fue al traste; hablé con Alfredo, le expuse la situación y me dijo que nada, que si había que comprar alguna película más que lo hiciéramos. Con tres cámaras de Súper 8 grabamos unos 25 o 30 cortos de 3 minutos del 5 al 9 de septiembre. Dos de las cámaras eran mías; una de ellas la llevaba Isidro, otra yo y la tercera era de un cuñado de Paco Domene que usaba él. Ten en cuenta que los cuatro y además de las tres cámaras de Súper 8, llevábamos cada uno nuestra cámara de fotos.
Después de fiestas empezamos un nuevo trabajo: mandamos los cortos a la KODAC de Madrid para que los revelasen y cuando nos los devolvieron, estuvimos hasta casi el Ecuador de 1971 empalmando, cortando y saneando para que el resultado final fuera armónico. La película final era en color pero sin sonido, duraba una hora y resultó ser la suma de unos 25 cortos de 3 minutos empalmados de forma sucesiva. Le dije a Alfredo que ya la teníamos preparada y que había que verla; como la Junta Central no tenía proyector puse el mío y la visionamos por primera vez en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento con toda la Junta Central, alcalde don José Pérez García y concejales. A todos les gustó pero vi que Alfredo tenía alguna duda que no tardaría en comunicarme: <El documental me ha gustado mucho pero le falta una cosa: música>. Me preguntó si se le podía poner sonido y le dije que sí; habría que mandarla a Barcelona para colocarle una banda magnética y poder grabar música y sonido. Alfredo me dio el visto bueno, le dije que la voz para los comentarios sería la suya a lo cual no puso impedimento y lo hicimos. Cuando tras mucho trabajo la terminamos, se proyectó en la Discoteca Los Marruecos y su éxito fue increíble. Ten en cuenta que hoy cualquiera graba y comparte videos pero en los 70, lo de hacer películas era mucho más complicado y nosotros lo hicimos. Además se hicieron copias para venderlas”.
“Para el primer año que hicimos películas, 1970, presupuestamos material para los cinco días de fiestas. El problema es que el día 5 ya nos quedamos sin películas vírgenes y el presupuesto se fue al traste; hablé con Alfredo, le expuse la situación y me dijo que nada, que si había que comprar alguna película más que lo hiciéramos. Con tres cámaras de Súper 8 grabamos unos 25 o 30 cortos de 3 minutos del 5 al 9 de septiembre. Dos de las cámaras eran mías; una de ellas la llevaba Isidro, otra yo y la tercera era de un cuñado de Paco Domene que usaba él. Ten en cuenta que los cuatro y además de las tres cámaras de Súper 8, llevábamos cada uno nuestra cámara de fotos.
Después de fiestas empezamos un nuevo trabajo: mandamos los cortos a la KODAC de Madrid para que los revelasen y cuando nos los devolvieron, estuvimos hasta casi el Ecuador de 1971 empalmando, cortando y saneando para que el resultado final fuera armónico. La película final era en color pero sin sonido, duraba una hora y resultó ser la suma de unos 25 cortos de 3 minutos empalmados de forma sucesiva. Le dije a Alfredo que ya la teníamos preparada y que había que verla; como la Junta Central no tenía proyector puse el mío y la visionamos por primera vez en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento con toda la Junta Central, alcalde don José Pérez García y concejales. A todos les gustó pero vi que Alfredo tenía alguna duda que no tardaría en comunicarme: <El documental me ha gustado mucho pero le falta una cosa: música>. Me preguntó si se le podía poner sonido y le dije que sí; habría que mandarla a Barcelona para colocarle una banda magnética y poder grabar música y sonido. Alfredo me dio el visto bueno, le dije que la voz para los comentarios sería la suya a lo cual no puso impedimento y lo hicimos. Cuando tras mucho trabajo la terminamos, se proyectó en la Discoteca Los Marruecos y su éxito fue increíble. Ten en cuenta que hoy cualquiera graba y comparte videos pero en los 70, lo de hacer películas era mucho más complicado y nosotros lo hicimos. Además se hicieron copias para venderlas”.
Al ser la película un gran éxito, Alfredo decidió continuar con el proyecto:
“Pese a que la Junta Central no nadaba en millones, Alfredo para 1971 nos aumentó el presupuesto y la proyectamos en el Cine Imperial. Con los años su estreno pasaría por el Salón de Plenos del Ayuntamiento el primer año, Los Marruecos, Cine Imperial, Cine Avenida y Salesianos, siempre con las localidades agostadas. Un dato importante es que en 1974 pasamos del Super 8 a las películas de 16 mm. de mayor calidad, cambio que fue motivado por celebrarse en Villena el Congreso Nacional de Fiestas de Moros y Cristianos y que nosotros registramos. El montaje y sonido era lo más laborioso; se prolongaba durante meses, desde septiembre hasta casi el Ecuador. Además proyectar en un cine con Super 8 era una odisea; se hizo gracias a Isidro que era el que resolvía las cuestiones técnicas. Los primeros montajes se hicieron en un salón del Ayuntamiento en la parte de arriba para seguidamente pasar a unas oficinas del Teatro Chapí. Cuando al final se compró la actual casa de la Junta Central, dejamos el teatro y nos pasamos allí. Todo nuestro trabajo, el de los cuatro, fue siempre altruista y completamente desinteresado. La Junta Central ponía los materiales y nosotros el trabajo y tiempo por amor a nuestras fiestas pese al abandono familiar que practicábamos en las mañanas de los fines de semana. Apunta que nuestras familias pasaban a recogernos a las 13 horas para irnos al aperitivo”.
“Pese a que la Junta Central no nadaba en millones, Alfredo para 1971 nos aumentó el presupuesto y la proyectamos en el Cine Imperial. Con los años su estreno pasaría por el Salón de Plenos del Ayuntamiento el primer año, Los Marruecos, Cine Imperial, Cine Avenida y Salesianos, siempre con las localidades agostadas. Un dato importante es que en 1974 pasamos del Super 8 a las películas de 16 mm. de mayor calidad, cambio que fue motivado por celebrarse en Villena el Congreso Nacional de Fiestas de Moros y Cristianos y que nosotros registramos. El montaje y sonido era lo más laborioso; se prolongaba durante meses, desde septiembre hasta casi el Ecuador. Además proyectar en un cine con Super 8 era una odisea; se hizo gracias a Isidro que era el que resolvía las cuestiones técnicas. Los primeros montajes se hicieron en un salón del Ayuntamiento en la parte de arriba para seguidamente pasar a unas oficinas del Teatro Chapí. Cuando al final se compró la actual casa de la Junta Central, dejamos el teatro y nos pasamos allí. Todo nuestro trabajo, el de los cuatro, fue siempre altruista y completamente desinteresado. La Junta Central ponía los materiales y nosotros el trabajo y tiempo por amor a nuestras fiestas pese al abandono familiar que practicábamos en las mañanas de los fines de semana. Apunta que nuestras familias pasaban a recogernos a las 13 horas para irnos al aperitivo”.
La pregunta que le hice a Murillo fue ¿por qué dejasteis de hacer las películas?
“El trabajo era mucho y largo; lo hacíamos porque nos apasionaba el tema y no nos importaba el tiempo que necesitáramos. Los tiempos, como ahora y siempre, fueron cambiando; las películas las iniciamos en Súper 8 y en 1974 pasamos a la película de 16 mm. con cámaras que eran nuestras. En los años 80 llegó el video con tres sistemas diferentes y como aquello era un inmenso adelanto con respecto a las de 16 mm., le propusimos a la Junta Central pasarnos al video y que las cámaras las comprase la Junta Central. El caso es que como en aquellos años ya había profesionales que se dedicaban al video, la Junta Central determinó que dicho gasto en cámaras de video no procedía y ahí se terminó nuestra colaboración con la Junta Central en lo relacionado con las películas. Pese a todo llegamos a hacer Isidro y yo tres películas en vídeo por nuestra cuenta. Años después cuando se hizo la gran remodelación de la Junta Central, se habilitó con gran acierto una habitación/exposición como Archivo de Cine y Fotografía; además de las películas y fotografías de aquellos años y posteriores, están las dos cámaras de Súper 8 que eran mías y que donamos, junto a la de 16 mm. con su proyector que compró la Junta Central y que fueron las que utilizamos en su momento para las películas; el proyector sigue activo y se usa en verano para proyectar alguna película de las de entonces”.
“El trabajo era mucho y largo; lo hacíamos porque nos apasionaba el tema y no nos importaba el tiempo que necesitáramos. Los tiempos, como ahora y siempre, fueron cambiando; las películas las iniciamos en Súper 8 y en 1974 pasamos a la película de 16 mm. con cámaras que eran nuestras. En los años 80 llegó el video con tres sistemas diferentes y como aquello era un inmenso adelanto con respecto a las de 16 mm., le propusimos a la Junta Central pasarnos al video y que las cámaras las comprase la Junta Central. El caso es que como en aquellos años ya había profesionales que se dedicaban al video, la Junta Central determinó que dicho gasto en cámaras de video no procedía y ahí se terminó nuestra colaboración con la Junta Central en lo relacionado con las películas. Pese a todo llegamos a hacer Isidro y yo tres películas en vídeo por nuestra cuenta. Años después cuando se hizo la gran remodelación de la Junta Central, se habilitó con gran acierto una habitación/exposición como Archivo de Cine y Fotografía; además de las películas y fotografías de aquellos años y posteriores, están las dos cámaras de Súper 8 que eran mías y que donamos, junto a la de 16 mm. con su proyector que compró la Junta Central y que fueron las que utilizamos en su momento para las películas; el proyector sigue activo y se usa en verano para proyectar alguna película de las de entonces”.
Sobre la fotografía festera y sonido continúa diciéndonos Luis Murillo:
“A Miguel Flor le podía la fotografía antes que el cine: vivía para la fotografía. Estuvo con el tema de las películas los dos o tres primeros años pero lo dejó porque él prefería ir con su cámara haciendo fotos en fiestas, antes que estar rodando con la de Súper 8. Sobre el sonido festero el técnico del grupo era Isidro Gosálbez y lo del sonido para las embajadas o cualquier acto festero, lo propuso él porque era el que realmente entendía de esos temas, por supuesto, con la colaboración de todos; habló con Primitivo Gil y otro trabajo que nos echamos al hombro. Ahora lo pienso y la verdad es que estábamos un poco locos; todas las fiestas liadas con las películas, fotografía y sonido… más todo lo que se hacíamos hasta el Ecuador del año siguiente”.
Nuestro segundo de leyenda es Isidro Gosálbez Aznar; nació en el barrio de Benalúa (Alicante), el día 23 de abril de 1927. Se dio de alta en los Piratas en 1950 de la mano de Eloy Mateo porque “Yo era amigo de Eloy; él me dijo que me apuntara y me apunté. Yo antes de ser Pirata no salía en ninguna comparsa y lo que eran las fiestas nada de nada. Lo que más me gustó de los Piratas fue la trastienda; los preparativos previos a fiestas, la camaradería…”. Atesora un curriculum envidiable: Pirata Nº 1, Reconocimiento a su trabajo Junta Central 1978, Premio El Tito 1981 (compartido con Murillo), Socio de Honor Bando Marroquí 2007, Premio Homenaje Pirata 2013, Reconocimiento Colectivo Electricistas de Villena (fue profesor de F.P.), Reconocimiento alumnos electricistas 1996, Reconocimiento Ayuntamiento de Villena 2017y Homenaje Junta Central 2021 en su 50 Aniversario.
“A Miguel Flor le podía la fotografía antes que el cine: vivía para la fotografía. Estuvo con el tema de las películas los dos o tres primeros años pero lo dejó porque él prefería ir con su cámara haciendo fotos en fiestas, antes que estar rodando con la de Súper 8. Sobre el sonido festero el técnico del grupo era Isidro Gosálbez y lo del sonido para las embajadas o cualquier acto festero, lo propuso él porque era el que realmente entendía de esos temas, por supuesto, con la colaboración de todos; habló con Primitivo Gil y otro trabajo que nos echamos al hombro. Ahora lo pienso y la verdad es que estábamos un poco locos; todas las fiestas liadas con las películas, fotografía y sonido… más todo lo que se hacíamos hasta el Ecuador del año siguiente”.
Nuestro segundo de leyenda es Isidro Gosálbez Aznar; nació en el barrio de Benalúa (Alicante), el día 23 de abril de 1927. Se dio de alta en los Piratas en 1950 de la mano de Eloy Mateo porque “Yo era amigo de Eloy; él me dijo que me apuntara y me apunté. Yo antes de ser Pirata no salía en ninguna comparsa y lo que eran las fiestas nada de nada. Lo que más me gustó de los Piratas fue la trastienda; los preparativos previos a fiestas, la camaradería…”. Atesora un curriculum envidiable: Pirata Nº 1, Reconocimiento a su trabajo Junta Central 1978, Premio El Tito 1981 (compartido con Murillo), Socio de Honor Bando Marroquí 2007, Premio Homenaje Pirata 2013, Reconocimiento Colectivo Electricistas de Villena (fue profesor de F.P.), Reconocimiento alumnos electricistas 1996, Reconocimiento Ayuntamiento de Villena 2017y Homenaje Junta Central 2021 en su 50 Aniversario.
¿Hubo un tiempo pasado donde las carrozas de los Piratas eran Made in Gosálbez?
“La carroza de los amigos la hacíamos entre todos; antes de fiestas íbamos al taller y preparábamos la que íbamos a sacar en la Entrada. Cada año estrenábamos temática nueva aunque repetimos alguno con mejoras; los Piratas del Espacio con un OVNI, los piratas indios Chun-Chun o El cofre del Tesoro. Le añadíamos espectáculo a la comparsa y nosotros, la verdad, nos lo pasábamos en grande”.
Sobre el sonido festero Isidro Gosálbez Aznar nos cuenta que:
“En 1970 empezamos con las películas y fotografía festera. Andados los años y siendo presidente [1984-1986] de la Junta Central Primitivo Gil Sauco, hablé con mis compañeros para proponerle a Primitivo poner sonido en las embajadas; era una pena que con el gran espectáculo que siempre han sido, apenas se oyera a los embajadores. El problema radicaba en que iba mucha gente a ver las embajadas y el ruido de fondo siempre estaba ahí. De ahí que primero hablara con Luis y Paco para después, con su visto bueno, ofrecerle nuestro nuevo trabajo a Primitivo. Ni qué decir tiene que Primitivo lo vio muy interesante, nos dio su visto bueno y hasta hoy. Aparentemente fue una medida de pequeña envergadura pero a fin de cuentas dio mucho más esplendor a las embajadas y a todos los actos festeros que requieren de sonido”.
“La carroza de los amigos la hacíamos entre todos; antes de fiestas íbamos al taller y preparábamos la que íbamos a sacar en la Entrada. Cada año estrenábamos temática nueva aunque repetimos alguno con mejoras; los Piratas del Espacio con un OVNI, los piratas indios Chun-Chun o El cofre del Tesoro. Le añadíamos espectáculo a la comparsa y nosotros, la verdad, nos lo pasábamos en grande”.
Sobre el sonido festero Isidro Gosálbez Aznar nos cuenta que:
“En 1970 empezamos con las películas y fotografía festera. Andados los años y siendo presidente [1984-1986] de la Junta Central Primitivo Gil Sauco, hablé con mis compañeros para proponerle a Primitivo poner sonido en las embajadas; era una pena que con el gran espectáculo que siempre han sido, apenas se oyera a los embajadores. El problema radicaba en que iba mucha gente a ver las embajadas y el ruido de fondo siempre estaba ahí. De ahí que primero hablara con Luis y Paco para después, con su visto bueno, ofrecerle nuestro nuevo trabajo a Primitivo. Ni qué decir tiene que Primitivo lo vio muy interesante, nos dio su visto bueno y hasta hoy. Aparentemente fue una medida de pequeña envergadura pero a fin de cuentas dio mucho más esplendor a las embajadas y a todos los actos festeros que requieren de sonido”.
El tercer protagonista es Francisco Domene Milán; nació el 10 de marzo de 1934. Destacamos el Premio Junta Central 1978, Junta Central portada Día 4 2002y Homenaje 50 Aniversario Junta Central 2021.
¿Cómo fue recalar en los piratas y qué es lo que más le gustaba de la comparsa?
“Hace muchos años tenía una fábrica de zapatos llamada La Morenica por La Losilla y un vecino que era pirata me dijo que me apuntara y me apunté. Lo que más me gustaba era lo de ser una comparsa muy bullanguera, sobre todo en la Corredera con las volteretas y todo aquello. Yo fui pirata desde 1957 hasta 1967 y dejé de salir porque murió mi hermano José Aurelio. Me hubiese gustado seguir pero mis padres y las cosas de la época... Metí la pata al dejarlo pero a veces la vida te trae estas cosas”.
¿Cómo fue recalar en los piratas y qué es lo que más le gustaba de la comparsa?
“Hace muchos años tenía una fábrica de zapatos llamada La Morenica por La Losilla y un vecino que era pirata me dijo que me apuntara y me apunté. Lo que más me gustaba era lo de ser una comparsa muy bullanguera, sobre todo en la Corredera con las volteretas y todo aquello. Yo fui pirata desde 1957 hasta 1967 y dejé de salir porque murió mi hermano José Aurelio. Me hubiese gustado seguir pero mis padres y las cosas de la época... Metí la pata al dejarlo pero a veces la vida te trae estas cosas”.
Cómo empezó su colaboración con la Junta Central, años que estuvo y retirada:
“A finales de 1969 o poco después, un día vino a verme Luis Murillo; nos conocíamos de toda la vida e incluso fuimos a los Salesianos juntos. Fue él quien me comentó que Alfredo Rojas le había propuesto hacer unas películas de fiestas para la Junta Central. Como a mí me gustaba la fotografía pues le dije que sí. Con Murillo, Isidro y Miguel estuve 9 años. Lo dejé porque las condiciones iniciales habían cambiado y decidí apartarme del trabajo. En 1979, mi último año en la Junta Central, sí hice fotografías pero me dejé las películas. MI paso por la Junta Central la recuerdo, sobre todo, cargada de trabajo los fines de semana y otros muchos días entre medias. Tras la Junta Central hice películas de fiestas durante tres años con Benito Pardo, primero en Beta y luego VHS. Y cuando se terminó lo de Pardo y hasta el presente, he seguido haciendo video y sobre todo fotografía. De 2000 a 2005 también colaboré con Ruano siendo él presidente de la Junta Central, al digitalizar todas las revistas y fotografías desde finales del siglo XIX, escaneadas en alta calidad; le di un disco a Alfredo Rojas, otro a Vicente Prats, Ruano, Junta Central y uno para mí”.
¿Cómo fue el viaje a Barcelona de una representación festera de Villena?
“Fue en 1979 y aquello fue un éxito. Como fotógrafo oficial fui yo y estuvimos tres días en el Camp Nou, zoológico y otros sitios; hice un trabajo muy bonito. El desfile se hizo delante de la Casa de la Juventud y allí me dieron un precioso trofeo por mi trabajo fotográfico que doné a la Junta Central”.
“A finales de 1969 o poco después, un día vino a verme Luis Murillo; nos conocíamos de toda la vida e incluso fuimos a los Salesianos juntos. Fue él quien me comentó que Alfredo Rojas le había propuesto hacer unas películas de fiestas para la Junta Central. Como a mí me gustaba la fotografía pues le dije que sí. Con Murillo, Isidro y Miguel estuve 9 años. Lo dejé porque las condiciones iniciales habían cambiado y decidí apartarme del trabajo. En 1979, mi último año en la Junta Central, sí hice fotografías pero me dejé las películas. MI paso por la Junta Central la recuerdo, sobre todo, cargada de trabajo los fines de semana y otros muchos días entre medias. Tras la Junta Central hice películas de fiestas durante tres años con Benito Pardo, primero en Beta y luego VHS. Y cuando se terminó lo de Pardo y hasta el presente, he seguido haciendo video y sobre todo fotografía. De 2000 a 2005 también colaboré con Ruano siendo él presidente de la Junta Central, al digitalizar todas las revistas y fotografías desde finales del siglo XIX, escaneadas en alta calidad; le di un disco a Alfredo Rojas, otro a Vicente Prats, Ruano, Junta Central y uno para mí”.
¿Cómo fue el viaje a Barcelona de una representación festera de Villena?
“Fue en 1979 y aquello fue un éxito. Como fotógrafo oficial fui yo y estuvimos tres días en el Camp Nou, zoológico y otros sitios; hice un trabajo muy bonito. El desfile se hizo delante de la Casa de la Juventud y allí me dieron un precioso trofeo por mi trabajo fotográfico que doné a la Junta Central”.
Por último el cuarto de leyenda es MIGUEL FLOR AMAT; nació el 20 de julio de 1932 y nos dejó a los 85 años, el 22 de noviembre de 2017. Destacamos el Diploma de Servicios Distinguidos Villena 2017y Homenaje de un día Memorable (Ayuntamiento); Homenaje póstumo 50 Aniversario Junta Central 2021 y Fundación Municipal José María Soler 2012 por su contribución al enriquecimiento cultural. El que conociera a Miguel y yo lo hice por mi padre, sabe que era un auténtico autodidacta cargado de creatividad, ilusión, humor, ideas y sobre todo un amor desbordante por todo lo villenero, refugios antiaéreos incluidos. La fotografía era dentro de su mundo su prima donna; Miguel fotografiaba momentos que nadie sabía ver con la sabiduría que le caracterizaba. Sobre la fotografía nos dice su hijo Miguel Flor Hernández que “Las aficiones de mi padre fueron muchas como el teatro, la zarzuela, pintura, restauración o heráldica pero su verdadera pasión desde muy joven siempre fue la fotografía. Por un lado estaba la labor fundamental de documentar, por otro esa faceta de artista que donde ponía el ojo ponía la cámara y así dejar constancia del costumbrismo, acontecimientos y personajes de Villena y entorno”. Estas notas sobre Miguel Flor Amat han sido cotejadas con su hijo Miguel; mi agradecimiento por ser el puente entre su padre, escritor y lectores.
Una página de nuestra historia festera y villenense se cierra. A los cuatro de leyenda…nuestro reconocimiento y gratitud por su trabajo en beneficio de todos nosotros.
JOSÉ VICENTE ARNEDO LÁZARO
Mi agradecimiento a Luis Murillo Coloma, Isidro Gosálbez Aznar, Javier Gosálbez Ríos, Francisco Domene Milán, Miguel Flor Amat (d.e.p.) y Miguel Flor Hernández.
JOSÉ VICENTE ARNEDO LÁZARO
Mi agradecimiento a Luis Murillo Coloma, Isidro Gosálbez Aznar, Javier Gosálbez Ríos, Francisco Domene Milán, Miguel Flor Amat (d.e.p.) y Miguel Flor Hernández.
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