LA VIRGEN MARÍA Y NUESTRA PIEDAD POPULAR
La Virgen María es la sin pecado y llena de gracia, la puerta de entrada de Cristo a nosotros y de nosotros a ÉL. La mujer peregrina de la fe; la Virgen y Madre; la Reina y Esposa fiel; la humilde y feliz hermana que hace el sacrificio silencioso de su vida en amor y servicio incondicional a Dios y a los necesitados; es la Madre de todos los hombres, regalo de Dios. Todo creyente la venera porque interviene en la venida del Salvador y en la obra de su Redención.
¿Quién es esa Mujer a quien Villena aclama con amor y gratitud filial?
Algo nos dicen de sus virtudes, santidad y belleza, esas siete frases que el evangelio le atribuye; pero su alma, dice Lope de Vega, sólo puede retratarla pintor que estuvo nueve meses dentro d'ella.
Un buen cristiano intenta cada día conocer el retrato de esta obra maestra de Dios con el telescopio de la fe y desde su personal experiencia interior. Un villenero «de pro» contempla a la Virgen viva con mirada enamorada. Con la linterna segura de su fe, y con el calor filial de sincera devoción penetra ese corazón purísimo que le acompaña y ayuda en esta travesía terrena, con amor y misericordia. El creyente sabe que no es mito sino REALIDAD VIVA.
LA PIEDAD POPULAR es un verdadero tesoro del Pueblo de Dios y expresión de la presencia activa del Espíritu Santo que enciende la fe, la esperanza y el amor en nuestro corazón.
A una novia o a la Madre amiga se le regala lo mejor. Cierto que la Virgen no lo necesita, pero lo necesitamos nosotros para expresarle nuestro amor.
Las fiestas, con música y tracas, flores, alábega y pan compartido, son para nosotros los creyentes ENCUENTRO CON DIOS EN XTO. POR MARÍA. Las fiestas son OASIS del camino de la familia peregrina a la que hemos de servir como MARÍA, con el corazón entero.
¡¡FELICES FIESTAS!!
ARSENIO IRIGOYEN
Extraído de la Revista Villena de 1988
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