Un logro villenense: La Agrupación de Productores de Leche de Vaca
Todavía no ha transcurrido un año desde que comenzó la pública andadura, llena de ilusiones y
a salida a la luz de sus actividades data de primeros de noviembre del pasado 1987. Los quince ganaderos que componen la Asociación, y que constituyen la totalidad de los que se dedican al vacuno lechero en nuestra ciudad, supieron apreciar, en su justa medida, lo que demanda el mercado con mayores y más lógicas exigencias cada día que transcurre. Un artículo como es la leche, de primer orden en la alimentación, debe llegar a los consumidores con las mayores garantías de calidad, con el más alto nivel sanitario y con el respaldo de una organización responsable capaz de asegurar a su clientela que todos los factores que conciernen al producto poseen el máximo de seguridades. Las disposiciones oficiales en este sentido, la entrada de nuestro país en la organización europea, y la creciente presión de una masa consumidora conscientemente sensibilizada, llevaron a los ganaderos villenenses a la necesidad de una renovación crucial, de una transformación que debía cambiar diametralmente toda su actividad y sus fundamentos comerciales.
El riesgo era alto. Probabilidad de un planteamiento equivocado; inversión que sobrepasaba, con mucho, las posibilidades económicas de los componentes de la Asociación; ignorancia acerca de la acogida que pudiera tener la iniciativa y el producto entre la población villenense, eran los principales aspectos negativos que aleteaban en torno a los contactos iniciales. Y no sólo éstos, sino otros que, aunque secundarios, no carecían de importancia: la complejidad de una instalación desconocida, la lucha en un mercado que dominan firmas de enorme importancia, eran, entre otras, razones que se debatían y creaban fundados temores.
La leche llega al depósito de recepción no más tarde de una hora después de haber sido ordeñadas las vacas que la producen. El contenido de cada cántara es sometido a un análisis previo que debe garantizar sus perfectas condiciones. Una vez pesada la leche pasa a un depósito isotermo, con una capacidad de cinco mil litros, de acero inoxidable, único material que estará en contacto con la leche en todo el proceso a seguir.
En el depósito se mantiene la leche a una temperatura de 4 grados, y de allí pasa al proceso de pasterización. Básicamente, esta operación consiste en elevar esa temperatura desde los 4 grados hasta los 75. Alcanzada ésta, en sólo 16 segundos baja a los 4 grados nuevamente, con lo que finaliza el proceso y la leche queda pasterizada sin la menor probabilidad de existencia de gérmenes patógenos, conservando, no obstante, todas sus propiedades nutritivas. No hará falta, pues, hervirla ni someterla a ninguna otra medida precautoria, pues reúne ahora la mayor pureza posible.
El proceso, que por cierto ha supuesto la creación de varios puestos de trabajo, está sujeto a controles sucesivos y continuos. La visita y los análisis del director técnico que responde de la calidad del producto, son diarios. La maquinaria está provista de sensores, termómetros y mecanismos de seguridad que interrumpirían el proceso ante la menor anomalía, y las severas disposiciones sanitarias oficiales, constantemente supervisadas por las autoridades encargadas de ello, son seguidas escrupulosamente. En resumen, la instalación y todos sus elementos aseguran que esta empresa villenense ofrece a los consumidores un producto que reúne las mayores garantías.
Son muchos los que ignoran las dificultades que encierra la actividad del ganadero, que ha de desarrollar su labor entre unos animales, los que constituyen el ganado vacuno, a los que ha de atender en muchos y diversos aspectos, hasta el punto de que no es descabellado calificar su tarea como vocacional. La atención y el trabajo son constantes, sin descanso; no se trata de máquinas, como en otras actividades, que pueden olvidarse durante toda la noche, en un fin de semana, una festividad o en un período de inactividad más o menos dilatado. De hecho, el ganado que produce la leche Lepast está en perfectas condiciones, ha sido saneado y sometido por la autoridad sanitaria a estrechos y exigentes controles y ello obliga a los componentes de la Asociación a una labor y a unas atenciones continuas, inaplazables y, en cierto modo, sacrificadas. Téngase en cuenta que los quince ganaderos locales de vacuno lechero cuidan y atienden a más de 500 reses. Sin embargo, todo ello ha recibido ya la compensación de una excelente acogida para el producto final entre los consumidores locales.
La Agrupación de Productores de Leche de Vaca
Extraído de la Revista Villena de 1988
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