JUNTO AL TESORO DE VILLENA EL SR. JOSÉ M.ª SOLER GARCÍA
Un hombre bondadoso, donde destaca su gentil personalidad y sensibilidad de sentimientos. Un villenense que el pueblo se congratula en hacer honores por su nobleza y sencillez caballerosidad.
Siempre sabrá a poco el hablar con él.
Como todos los nacidos en nuestra ciudad, yo guardo el grato recuerdo de ella. Tanto más intenso cuanto más alejada, por circunstancias, me hallo de nuestra Villena.
Y es muy grato el oír, de labios de quienes no son de la región, expresiones favorables a lo que a una tanto le complace.
El Forastero es persona que, en uno de esos llamados "viajes organizados", ha hecho un alto en Villena, junto con sus compañeros, llegados todos en autocar desde el otro lado de los Pirineos.
El Forastero hace ya muchos años anduvo por algunas comarcas de la tierra alicantina. De Villena, yendo de paso, guardaba en la retina la imagen de la gallarda mole del Castillo. Ya esta vez, con sus acompañantes, de momento, ateniéndose a lo de: "primero vivir, y luego filosofar", le ha complacido lo sabroso de la cocina villenera, y el excelente jugo de sus viñedos.
Ya después, admirando el monumento al villenero Chapí, ha podido recordar el encanto de sus zarzuelas, gloria de la escena española.
Y, puesto que en el plan de conocer todo lo admirable de la ciudad, ¿cómo no dar, siquiera un vistazo, al Tesoro? Varias personas de Villena, entre las que muy modestamente yo me encuentro, le habían hablado al Forastero del valor moral e intelectual del señor José María Soler, alma del Museo de la ciudad, donde se guardan verdaderos tesoros de Arqueología y de Arte.
Sin caer en exageraciones, bien puede decirse que junto a lo que es un Tesoro en el sentido del Arte, cabe el enviar un afectuoso saludo al que evidencia ser un tesoro de bondad e inteligencia: Al señor José María Soler.
El Forastero y sus acompañantes estarán bien lejos de nuestras tierras al escribir yo estas líneas. Con seguridad en la imaginación les quedará un grato recuerdo de todo lo visto en la falda del Castillo de Villena. Y en cuanto a mi modesta persona, creo poderme dar por satisfecha si, en lo relatado, algo hay de alabanza a mi tierra. En la que por primera vez vi la luz solar.
ANTONIA UGEDA FUENTES
Extraído de la Revista Villena de 1987
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