LA TRINITÁ DEI MONTI. RUPERTO CHAPÍ

LA TRINITÁ DEI MONTI

El autor de la anterior ilustración reproducida en blanco y negro, tenía unos 22 o 23 años cuando decidió plasmar sobre el papel aquel rincón de Roma, ciudad en la que residía entonces gracias a una beca de la que se había hecho acreedor tras concluir sus estudios en el Real Conservatorio de Música de Madrid, donde obtendría, junto a las máximas calificaciones, el premio extraordinario de composición. A la capital italiana se mudaría junto a su mujer, Vicenta y una hija de pocos meses, y en Roma, nacería el segundo vástago de la pareja. Para distraerse de las largas jornadas que pasaba estudiando y componiendo música, en ocasiones y para desconectar, solía coger pincel, papel y lápiz y saliendo a la calle, dibujaba y pintaba. De hecho y desde niño y junto a la música, se había sentido atraído también por el arte pictórico, recibiendo en su ciudad natal las primeras nociones de la mano de un primo suyo. Intuimos que si hubiera elegido este último camino tampoco le habría ido mal, aunque finalmente, un once de septiembre de 1868, cumplidos los 16 años y poco después de concluir las Fiestas de Moros y Cristianos, aquel adolescente orgulloso y miope, con el escaso dinero que había podido reunir para él su familia y provisto de un billete de tercera clase, viajaría en tren desde su localidad natal hasta la capital de España. La fama y el reconocimiento unánime de crítica y público solo los alcanzaría tras años de estudios, sazonados con frecuentes periodos de penuria y dificultades económicas que sin embargo, fue capaz de sortear gracias a su férrea voluntad y carácter indomable, ya que estaba convencido de que su destino pasaba por triunfar en la música o morir en el intento.
Pues bien, el de arriba es uno de los pocos ejemplos pictóricos que se conservaban de este músico, y decimos que se conservaban, porque si bien es cierto que durante años permaneció en dependencias del Ayuntamiento de Villena, un día y de forma misteriosa desapareció, por lo que rogamos encarecidamente su devolución, ya que la plasmación de aquel rincón de Roma no es propiedad particular de persona alguna y sí patrimonio común de la ciudad de Villena, donde un lejano 27 de marzo de 1851 nacería el autor de esta obra, un tal Ruperto Chapí Lorente.
JOSÉ SÁNCHEZ FERRÁNDIZ.