Desde la oscura soledad de los recuerdos, revueltos sin orden alguno y con imágenes entremezcladas, he querido relatar las sensaciones que sentí aquel nefasto día que el Covid-19 del modo más impensado se apoderó, totalmente de mí y me hizo ser guerrero, entre la vida y la muerte en una batalla, que parecía tener perdida.
Amigo lector, así podía dar comienzo una novela o cualquier relato que sobre la fatídica epidemia que nos azota pudiera relatarse. Pero no dejaría de ser un trabajo producto de la imaginación. Y hoy yo, lo que quiero es hacerte participe de algo que por raro parece imposible y que realmente solo se conoce cuando se es o se ha sido parte del problema.
Se trata de un virus que de cientos de formas se apodera de nosotros y nos sitúa al borde del abismo hasta llegar en miles de casos a terminar con nuestra vida. Y si tenemos la suerte de ganarle la batalla sin secuela alguna, hemos de trabajar todos los días para ordenar los recuerdos. Recuerdos que de un modo desordenado han quedado en nuestra mente.
Aunque no lo parezca hace un año por estas fechas que se comenzó a tener noticia del Coronavirus, y “a trancas y barrancas” se comenzaron a tomar medidas para su solución y huelga decir, porque mucho se ha escrito sobre ello, que todavía no se ha conseguido ganar la batalla,
Quiero que sirva este pequeño relato como recordatorio de todas aquellas personas que por causa del Covid-19 han abandonado este mundo de forma en cierto modo silenciosa. A todos ellos “Descansen en paz”.
Ernesto Pardo Pastor . Marzo 2021
Amigo lector, así podía dar comienzo una novela o cualquier relato que sobre la fatídica epidemia que nos azota pudiera relatarse. Pero no dejaría de ser un trabajo producto de la imaginación. Y hoy yo, lo que quiero es hacerte participe de algo que por raro parece imposible y que realmente solo se conoce cuando se es o se ha sido parte del problema.
Se trata de un virus que de cientos de formas se apodera de nosotros y nos sitúa al borde del abismo hasta llegar en miles de casos a terminar con nuestra vida. Y si tenemos la suerte de ganarle la batalla sin secuela alguna, hemos de trabajar todos los días para ordenar los recuerdos. Recuerdos que de un modo desordenado han quedado en nuestra mente.
Aunque no lo parezca hace un año por estas fechas que se comenzó a tener noticia del Coronavirus, y “a trancas y barrancas” se comenzaron a tomar medidas para su solución y huelga decir, porque mucho se ha escrito sobre ello, que todavía no se ha conseguido ganar la batalla,
Quiero que sirva este pequeño relato como recordatorio de todas aquellas personas que por causa del Covid-19 han abandonado este mundo de forma en cierto modo silenciosa. A todos ellos “Descansen en paz”.
Ernesto Pardo Pastor . Marzo 2021
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