ANGEL GARCIA, SDB
Villena, ciertamente, puede blasonar... de eso: de blasones y de escudos. Sobrado arraigo no le falta. Y solera histórica probada. Sabor de vino añejo y noble ejecutoria.
Pero Villena, con los años y los siglos, de vuelta de la Vida y la Historia, como acertado catador, sabe gustar y distinguir la rica y escondida esencia de los mejores hechos y efemérides.
Por eso, Villena, siente y valora, en su justa medida, una fecha histórica de la más alta calidad y trascendencia en la vida de sus generaciones más escogidas: el Cincuentenario de la Fundación del Colegio Salesiano de María Auxiliadora.
Con tal motivo, se me piden unas líneas para añadir al coro de alabanzas que plumas mejor cortadas que la mía, entonarán, sin duda, en honor de la callada y meritoria obra de los hijos de D. Bosco en Villena.
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Me dan una razón de a puño. «Vd. ha estado en Villena», y Villena se mete, sin querer, en el corazón y el alma de los que la conocen, como el vinillo incomparable de sus cepas.
Cierto.
Y constatado el hecho, yo me pregunto la causa Villena.
La riqueza y lozanía de tu vega y tu huerta bien cuidada. El progreso y laboriosidad de tus gentes y tu industria. La alborotada y explosiva alegría y algazara de tus fiestas de Moros y Cristianos. La piedad sencilla y arraigada de tus hijos a la Virgen de las Virtudes, Señora de tu comarca incomparable, son, sin duda, alicientes que cautivan al que a tí se llega por primera vez abiertos los ojos, y el corazón sin compromiso.
Pero hay algo que, en ti, me llega más adentro.
Villena, triángulo de pueblos, encrucijada de gentes, compendio de virtudes. Y entre todas la cordialidad.
Hoy día está de moda el combinado, el «coctel», en las ideas y los vinos. Villena, tu eres también, un combinado generacional de rico sabor y esencia. Con el correr de los siglos, en su día, en tu suelo y en tus venas, se alinearon y fundieron tres pueblos dejando prueba de su impronta y su valía. Castellanos, árabes y catalanes aquí formaron esa singular figura étnica envidiable que te distingue. Porque de todos ellos tu supiste elegir lo mejor: del castellano, la llaneza y amplitud de miras y horizontes; del árabe el rumbo, alegría, y despilfarro de la vida; del catalán, el renombrado sentido comercial y amor al trabajo que siempre tuvo
Pero el meollo y centro de ese triángulo equilátero es la virtud que pega y dice bien con la llaneza y sencillez de los hijos de D. Bosco: la cordialidad.
Por eso, la obra salesiana en Villena gozó siempre del cariño y aura popular que la distingue de todas las que llevo conocidas.
Y bien, Villena.
Que el correr de los años, el crecimiento de las obras y la superación de metas y ambiciones no llegue nunca a suprimir esa llaneza y esa cordialidad que yo admiré en tus alumnos, Antiguos Alumnos y miembros todos de la Archicofradía de María Auxiliadora de Villena.
Que esta nueva fecha histórica del Cincuentenario de la Fundación del Colegio Salesiano de Villena vaya a engrosar y enriquecer el archivo, y el acervo y los blasones de tu rica historia sin que por ello pierda, sino aumente, el brillo el atractivo y distintivo de ese combinado étnico de rico sabor y esencia que eres tú, Villena.
Barcelona, 10 octubre 1966.
Extraído de la Revista 1917-1967 Cincuentenario Salesianos en Villena
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