MANOLO GARCÍA, un hombre sin nombre y sin apellidos.
Añadimos a Manolo García en la sección de "Gente Entrañable", pues como puede verse en la foto ni era lobo ni peligroso, una persona con problemas que sufrió en aquellos años la discriminación de todos, y al que los medios de comunicación le dieron todo el bombo posible mientras duró la incertidumbre de si era o no un hombre lobo.
Fecha sin confirmar, años 70.
Un hombre sin nombre ni apellidos, que comía con las manos, que no hablaba y que sólo sabia decir de si mismo -con un amplio, silencioso ademán- que venía de muy lejos, fue considerado durante algunos días como el -hombre lobo- nacional. La noticia de que en el asilo de Villena. Alicante, tenían recogido a un hombre lobo mereció los honores de ser glosada por los medios informativos de más circulación del país. Finalmente se comprobó que se trataba de un subnormal, acogido en el asilo desde hacia dos años, a donde llegó desde ignorada procedencia- Los únicos síntomas lobunos de Manolo García (nombre de adoptación que le pusieron las monjas del asilo), era que escarbaba en las basuras buscando alimentos y que comía con los dedos. El hambre y la marginación de toda una vida habían dado a Manolo García unos hábitos primitivos que el sensacionalismo de los medios de información convirtió en hábitos de hombre lobo. El caso del hombre lobo de Villena tuvo su moraleja: mientras fue considerado lobuno, mientras pudo tratarse de un ser salvaje -auténtico- y se barajaron los nombres de -Victor de l'Aveyron- (que inspirara a Truffaut -L'enfant sauvage-). -el niño gacela- del Sahara, o Ramu -el niño lobo- de la India, mereció un gran despliegue informativo, pero cuando se descubrió que era simplemente un subnormal además de sordomudo, el silencio, un silencio total decepcionado, envolvió a Manolo García, como envuelve la noche oscura a todos los subnormales. Mientras, los lobos transitan indiferentes, sólo dispuestos a alertarse ante la posibilidad de una horrible mixtura de hombre lobo.Documentación cedida por... Pedro Estevan García.
El texto está copiado tal cual, en aquella años, se decía con toda normalidad la palabra "subnormal", ahora nos suena tan mal que hasta he dudado en ponerla tal cual.
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