Soy villenera y festero hasta la médula; y desde hace tres años tengo la suerte y el honor de poder desfilar por nuestra ciudad.
Cualquier festero sabe lo que eso significa. Yo tenía mi experiencia de niña, y anhelaba enormemente volver a experimentar esta maravillosa sensación. Pero debo decir que si me sentía frustrada, cada vez que llegaba el día 5 y no podía desfilar por mi condición de mujer; ahora, que soy integrante de la Fiesta, no podría dejar de hacerlo porque mi sentimiento por las fiestas es mucho más fuerte del que yo creía anteriormente.
Cualquier festero sabe lo que eso significa. Yo tenía mi experiencia de niña, y anhelaba enormemente volver a experimentar esta maravillosa sensación. Pero debo decir que si me sentía frustrada, cada vez que llegaba el día 5 y no podía desfilar por mi condición de mujer; ahora, que soy integrante de la Fiesta, no podría dejar de hacerlo porque mi sentimiento por las fiestas es mucho más fuerte del que yo creía anteriormente.
La Stma. Virgen de las Virtudes, como mujer que es, se ha encargado de demostrar lo buenas festeras que somos las villeneras.
A Ella debo agradecer también el que me haya concedido doble honor permitiendo que además de festero, sea «Cabo».
Porque ser «Cabo» en Villena es mucho más compromisario y honorífico (al menos así lo entiendo y siento yo) que en otras poblaciones.
Todos los cabos conocemos la sensación en el estómago que sentimos poco antes de dar los primeros pasos. Y cuando nuestro querido pueblo expectante, aplaude a cabos, escuadras y demás familia festera, sentimos, palpamos, que éste es nuestro sitio, nos sabemos en casa. Y entonces es cuando sucede el maravilloso milagro; nuestra propia transformación; y todos en uno, público y festeros nos cercioramos una vez más de que no hay otras fiestas como estas.
El hecho de que a una comparsa o persona la premien una o varias veces, es para uno mismo como un reconocimiento a su esfuerzo o como solemos decir, «a su buen hacer».
El que a una mujer en sus tres años consecutivos, de desfilar, se le hayan otorgado dos premios y una mención, puede resultar para algunos anómalos e incluso excesivo.
Por mi parte, sólo quiero repetir lo que en varias ocasiones he dicho, y es que los premios se han otorgado a mi humilde persona, pero yo no me creo la única destinataria de tan gran honor.
Porque si es cierto (como para cualquier festero) que para mí es un éxtasis el desfilar por las calles de nuestra Villena; es gracias al calor y el aplauso del público (incomparable con cualquier otro) y al buen hacer de las festeras con las que tengo la gran suerte de desfilar. Me refiero, por supuesto, a las escuadras femeninas de Moras Bereberes. Estos premios son tanto míos como de ellas, porque todas, a la hora de desfilar, nos unificamos de tal forma que si no fuese así no podríamos llamarnos «festeras» y mucho menos festeras de Villena.
A ellas y a mi comparsa, les hago extensivos los premios recibidos, pero sobre todo a la Morenica, y a mi pueblo en general. A ese público tan maravilloso, que con sus aplausos y su cariño hacen que desfilemos tan «a gusto».
¡Gracias!!
Teresa Jareño Martí
Extraído de la revista 10 aniversario de los Cabos de Villena de 1991
A Ella debo agradecer también el que me haya concedido doble honor permitiendo que además de festero, sea «Cabo».
Porque ser «Cabo» en Villena es mucho más compromisario y honorífico (al menos así lo entiendo y siento yo) que en otras poblaciones.
Todos los cabos conocemos la sensación en el estómago que sentimos poco antes de dar los primeros pasos. Y cuando nuestro querido pueblo expectante, aplaude a cabos, escuadras y demás familia festera, sentimos, palpamos, que éste es nuestro sitio, nos sabemos en casa. Y entonces es cuando sucede el maravilloso milagro; nuestra propia transformación; y todos en uno, público y festeros nos cercioramos una vez más de que no hay otras fiestas como estas.
El hecho de que a una comparsa o persona la premien una o varias veces, es para uno mismo como un reconocimiento a su esfuerzo o como solemos decir, «a su buen hacer».
El que a una mujer en sus tres años consecutivos, de desfilar, se le hayan otorgado dos premios y una mención, puede resultar para algunos anómalos e incluso excesivo.
Por mi parte, sólo quiero repetir lo que en varias ocasiones he dicho, y es que los premios se han otorgado a mi humilde persona, pero yo no me creo la única destinataria de tan gran honor.
Porque si es cierto (como para cualquier festero) que para mí es un éxtasis el desfilar por las calles de nuestra Villena; es gracias al calor y el aplauso del público (incomparable con cualquier otro) y al buen hacer de las festeras con las que tengo la gran suerte de desfilar. Me refiero, por supuesto, a las escuadras femeninas de Moras Bereberes. Estos premios son tanto míos como de ellas, porque todas, a la hora de desfilar, nos unificamos de tal forma que si no fuese así no podríamos llamarnos «festeras» y mucho menos festeras de Villena.
A ellas y a mi comparsa, les hago extensivos los premios recibidos, pero sobre todo a la Morenica, y a mi pueblo en general. A ese público tan maravilloso, que con sus aplausos y su cariño hacen que desfilemos tan «a gusto».
¡Gracias!!
Teresa Jareño Martí
Extraído de la revista 10 aniversario de los Cabos de Villena de 1991
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