VILLENA, LA CANTERA ALICANTINA La vuelta a la «Edad de piedra»
El crecimiento de la población, unido a la mejora del nivel de vida y continua inmigración de gente del campo hacia las grandes ciudades, crea una eminente necesidad de viviendas y edificios públicos.
Los nuevos esqueletos metálicos de las modernas edificaciones junto a los prefabricados de hormigón, han logrado tiempos records en la puesta a punto de construcciones habitables. No hace mucho tiempo una revista dedicada especialmente a la construcción hablaba de la proeza consistente en alzar una vivienda de cinco plantas en el escueto plazo de una semana.
Buscar la roca adecuada, cortarla a golpe de pico y tallarla más tarde, era un trabajo sumamente laborioso...
Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha caído en la cuenta de las ventajas que para sus construcciones tenían los bloques. Su dureza, su amplitud, de base, su resistencia le permitían levantar mejores, más altos y más seguros edificios. Baste recordar el sinnúmero de iglesias, catedrales o palacios que desafiando al tiempo han llegado en perfecto estado hasta nuestros días.
Pero conseguir bloques de calidad era tarea costosa. Buscar la roca adecuada, cortarla a golpe de pico y tallarla más tarde a fuerza de mucho tiempo y excesiva mano de obra.
Actualmente dada la comodidad de conseguirlo, el bloque de hormigón ha tomado el cetro como rey de la construcción. Incluso gracias a la automatización de nuestro tiempo se han logrado piezas no sólo paralelepipédicas sino un sinfín de variantes curvas, anguladas, cuadradas, macizas, huecas, anchas o estrechas, que facilitan de gran manera la tarea del peón de albañil dando mejores soluciones a los problemas que puedan planteársele al arquitecto más exigente y vanguardista.
Resulta una experiencia grata comprobar que los modernos prefabricados tienen como base las mismas rudas y resistentes rocas que pudieron ser sillares de nobles edificios. En la carretera Alicante-Madrid, cerca de Villena en el paraje llamado Peña Rubia está instalada la cantera de una de las factorías de elementos para la construcción más importante de España.
A un simple movimiento de la mano humana, salta hecha pedazos la dura roca despertando de su sopor de siglos...
Al llegar en un día soleado y de tenue brisa, los operarios con sus monos azules provistos de sus correspondientes cascos dan los últimos toques a las cargas detonado-ras que se hunden como lombrices a través de la gris y estéril montaña. A un simple movimiento de la mano humana salta hecho pedazos la dura roca. Despierta de su sopor de siglos.
E inmediatamente las palas cargadoras comienzan su continuo ir y venir. Van alimentando a un gigantesco triturador que insaciable engulle sin parar toneladas de piedras de todos los tamaños. Triturándolas sin el menor esfuerzo aparente como si se tratara de simples granos de café.
Las cribas vibrantes clasifican los distintos áridos consiguiendo absoluta homogeneidad y granulometría. Las cintas transportadoras como incansables brazos depositan los materiales en los camiones que los transportan hacia la planta en que se fabrican las piezas de hormigón.
Máquina Besser Vibrapac USA para la fabricación automática de bloques de hormigón
Al mismo tiempo, lejos de aquí, aprovechando la piedra caliza y la arcilla que nos brinda la naturaleza se asiste al nacimiento de lo que después de complicados procesos químicos llega': a ser el cemento.
Llegados a la factoría de material de construcción Forte, S. A. (paraje de Bulilla en Villena) reposan los áridos procedentes de la cantera en grandes silos, junto al cemento que hizo su viaje en los containers que transportan en sus jibás nada menos que 25 toneladas de polvo.
Al lado de los silos grandes naves rodeadas de piezas ya acabadas que secándose al sol esperan el momento de ser útiles. Al entrar en una de ellas nos sorprende una gigantesca máquina de fabricación estadounidense, productora de los materiales Besser dotada de un cerebro electrónico, mediante el cual son controladas las mezclas de áridos, cemento y agua que habrán de intervenir en la fabricación de los bloques y las piezas decorativas de hormigón.
En otra nave los técnicos de la empresa comprueban mediante una prensa la resistencia de los materiales demostrando que es cierto que sus productos son piezas de «hormigón hecho piedra». Siendo H-40 la medida técnica de resistencia autorizada por las leyes españolas para material de construcción, resulta que en esta empresa de continuo se fabrican piezas de resistencia H-60 muy superior a la anterior e incluso puede facilitar y de hecho lo hace piezas de H-80, consiguiendo una existencia única en el mercado y dando la posibilidad de edificaciones más altas y seguras.
Los miles de bloques fabricados diariamente son almacenados a la espera de ser trasladados a diversos lugares de nuestra geografía.
También está comprobada la resistencia al fuego en perfectas condiciones de las piezas de hormigón. Resultando ser para el bloque Besser de 40 x 20 x 20 centímetros, 1,64 desde que el calor de la cara sometida directamente al fuego pasa a la cara opuesta, cuando el bloque posee una composición simple y 3,50 horas cuando las piezas tienen fórmula y calidad más elaborada.
Otra de las propiedades y ventajas de las piezas de hormigón frente a las corrientes, de arcilla cocida, es el disponer de espacios huecos que contribuyen a disminuir el peso y a mejorar las cualidades aislantes tanto térmicas como acústicas como higronométricas.
Por conseguirse mayor tamaño en las piezas, aumenta notablemente la velocidad de colocación a la vez que se logra una disminución de mano de obra utilizada.
Prensa para el ensayo de resistencia en los bloques de hormigón.
Si se añaden a la hora de la fabricación colorantes, se logran piezas no sólo en tonalidad gris sino también blanca, amarilla o rosa, con lo que la aparente monotonía del hormigón se ve transformada en perfecta adaptabilidad a cualquier ambiente. Desde el alegre de los jóvenes hogares y el silencioso de los cines o salas de audición, hasta el sobrio de los modernos lugares de culto.
Al no ser atacado el hormigón por el comején ni por los roedores y dadas sus propiedades particularmente aislantes, resultan sus piezas de unas condiciones sanitarias privilegiadas frente a los materiales clásicos.
En cuanto a la arquitectura como arte en nuestra época singularmente influenciado por el cubismo y las formas predominantemente geométricas, resultan estas piezas con aristas rectas y esquinas vivas, de singular atractivo para las más vanguardistas edificaciones.
Resumiendo se puede asegurar que dada la variedad, sencillez de empleo, belleza, resistencia y economía que poseen las piezas de «hormigón hecho piedra», las han hecho imprescindibles para la construcción actual y se les puede augurar una expansión pareja a la que ya poseen en EE. UU. o en Centro Europa.
Es esta una empresa al completo servicio de la construcción, cuyos hombres tras hacer renacer a las viejas rocas, logran como decía Le Corbusier, «que el hormigón tan rudo deje ver bajo él que nuestra sensibilidad es fina».
JOSE VILLARRUBIA JUAN
Extraído de la Revista Villena de 1970
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