UN AÑO MAS...
La Virgen de las Virtudes, un año más, visita a su pueblo.
En ese atardecer dorado de la tarde septembrino del día cinco, cuando el sol marcha a su ocaso, dejando paso a las primeros sombras de la noche, la Virgen hace su entrada triunfal en la ciudad, entre el Fragoso clamor de la arcabucería, el juego de las banderas multicolores de las Comparsas, que en plena Formación la esperan y la alegría desbordante de todo un pueblo, que la aclama con entusiasmo y lo bendice dándole su más cordial bienvenida.
La Virgen llega a Villena, en su peregrinar desde el Santuario a la ciudad, sobre un trono sencillo, humilde, adornado con olorosa albahaca, romero y Flores silvestres, cubierto su sencillo manto por el polvo del camino, como lo hace todos los años, desde tiempo inmemorial, para pasar unos días con nosotros.
La ciudad está engalanado, vestida de Fiesta, la espero con ansiedad, como se aguarda al ser amado, con la dulce nostalgia que nos invade cuando la persona amada va o estor muy cerca de nosotros, aunque sea por breves horas.
Y la Virgen de las Virtudes, durante esas breves horas, nos presidirá y recibirá en su Casa, la Iglesia de Santiago.
Allí la encontraremos propicia a escuchar nuestras cuitas,. nuestros deseos más perentorios, nuestros anhelos más Fervientes.
Allí estará siempre dispuesta a escucharnos, a mitigar nuestras penas, a atender nuestras necesidades.
Allí, día y noche, en audiencia permanente, atenderá y escuchará nuestros ruegos.
VILLENEROS: no olvidéis que la Virgen os espera estos días.
Tened muy presente que es Ella la única, que nos puede ayudar en nuestras necesidades. Es Ella, como Madre amorosa, lo que siempre nos escuchará.
Visitad a lo Virgen.
Es un ruego, una súplica, una invitación, que a todos los villeneros, amantes de la Virgen de las Virtudes, os hago.
Antonio Hernández - Presidente de la Junta de la Virgen
Extraído de la Revista Villena de 1982
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