DOS SONETOS DE ANTONIO MARIN REQUENA (1862-1934)
Quienes conocieron a Don Antonio Marín suelen destacar dos rasgos de su carácter: la humildad y la sencillez. Estas dos virtudes forman, a veces, la urdimbre de cierta poesía auténtica. Don Antonio Marín sintió la poesía como una necesidad vital, y fue a buscarla en las impresiones, en los sucesos, en los tipos populares, en las escenas de su vida sin historia. El resultado fue una obra sobria y elemental —muy alejada de cual¬quier esteticismo—, que surgió de su más concreta circunstancia: la tierra, la familia, las costumbres y los tipos de Villena. Su poesía es, por ello, enteramente nuestra, como lo son aquellos tipos por él recreados de «Manolo el Pintor», «Pepica la Platera», «El Chingo», «Piloto», «Antón el Judío», «Cinquillo», «Quebrahoces», «Malena»... o el arquetipo, todavía inolvidable, del maestro Chanzá. Para su recuerdo hemos elegido estos dos sonetos.
I
Sibarita y, a un tiempo, anacoreta,
y sencillo a la vez que complicado,
lleva dentro del cuerpo de un asceta
un espíritu inquieto y refinado.
Indiferente en apariencia, cuida
de aunar la vida austera al arte hermoso,
y fue siempre y será toda su vida
un ser profundamente religioso.
Be bondad y de amor, para alto ejemplo,
es su augusta conciencia como un templo,
donde a su modo y sin palabras reza.
Y allá, a los ojos de la gente oculto,
rinde y consagra fervoroso culto
al deber, al amor y a la belleza.
II
Murió. Tendió la muerte el negro manto
sobre la joven a la edad temprana
de quince abriles y agostó tirana
de su belleza el inefable encanto.
Todo es luto en la casa, y duelo, y llanto.
Escuchase a lo lejos la campana.
Y óyese en una estancia, allí cercana,
del sacerdote el lastimero canto.
Llora la pobre madre amargamente,
el padre gime en su aflicción no escasa,
los hermanos suspiran tristemente,
la abuela en llanto de dolor se abrasa..
¡Y, en tanto, el cerdo gruñe indiferente
por el inmenso patio de la casa!
Extraído de la Revista Villena de 1971
2 comentarios:
UNA VIDA LARGA, DE 1802 A 1934, 132 AÑOS
GRACIAS POR LA OBSERVACION... UN ERROR 1962
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