1952 EL SANTUARIO, TALLER DE SANTOS
Por Diego Hernández. Cura Ecónomo de Santa María.
En dos monumentos seculares se apoya el eje de la historia de Villena: el santuario de las Virtudes y su Castillo. Son dos hermanos, militar y fraile, hijos de la misma Madre, morena como sus cuerpos, que, espada y rosario en mano, velan, en guardia sin relevo, por la integridad civil y religiosa de esta Ciudad.
El castillo levanta orgulloso su cabeza de almenas sobre colinas y árboles, extasiando su mirada en la Virgen que le hizo cristiano. A la vez contempla respetuoso al hermano fraile, que, escogiendo la mejor parte, se preocupa piadoso de servir únicamente a su Madre.
Por eso es imposible desunir a estos dos hermanos, porque la Virgen los fundió en un mismo abrazo histórico; o, si queréis, los alumbró en un mismo parto. ¿Acaso el ideal religioso no fué el factor principalísimo, por no decir único, de nuestra historia regional y patria?
Sin la Morenica, las fiestas de Villena serían sonidos sir armonía y un cuerpo sin alma. Y hacer a la Virgen incompatible con las típicas comparsas y sus disparos, con el camino que siempre anduvo, con el imperceptible ascender de la enrayada, y otras tradiciones, es robar a la Morenica su título más preciado: Madre, que sabe hacerse toda para todos para ganarlos a todos para su Hijo.
Por Diego Hernández. Cura Ecónomo de Santa María.
En dos monumentos seculares se apoya el eje de la historia de Villena: el santuario de las Virtudes y su Castillo. Son dos hermanos, militar y fraile, hijos de la misma Madre, morena como sus cuerpos, que, espada y rosario en mano, velan, en guardia sin relevo, por la integridad civil y religiosa de esta Ciudad.
El castillo levanta orgulloso su cabeza de almenas sobre colinas y árboles, extasiando su mirada en la Virgen que le hizo cristiano. A la vez contempla respetuoso al hermano fraile, que, escogiendo la mejor parte, se preocupa piadoso de servir únicamente a su Madre.
Por eso es imposible desunir a estos dos hermanos, porque la Virgen los fundió en un mismo abrazo histórico; o, si queréis, los alumbró en un mismo parto. ¿Acaso el ideal religioso no fué el factor principalísimo, por no decir único, de nuestra historia regional y patria?
Sin la Morenica, las fiestas de Villena serían sonidos sir armonía y un cuerpo sin alma. Y hacer a la Virgen incompatible con las típicas comparsas y sus disparos, con el camino que siempre anduvo, con el imperceptible ascender de la enrayada, y otras tradiciones, es robar a la Morenica su título más preciado: Madre, que sabe hacerse toda para todos para ganarlos a todos para su Hijo.
Por tanto el ideal es que estos dos hermanos conserven su vida familiar, teniendo siempre vivo el amor de la Madre, visitando periódicamente la casa solariega y llevando por antorcha que ilumine todas sus actividades las costumbres tradicionales y los consejos que la Madre les diera en sus primeros años y Villena seguirá siendo muy Noble y muy Leal.
Y ESTO SE CONSEGUIRA PARA SIEMPRE... dedicando una parte del Santuario a casa de Ejercicios Espirituales. Muchos pueblos ya la tienen, como Agullent, Onteniente y otros. Entonces tendría más aspecto de lo que es: Santuario. La Morenica estaría más y mejor acompañada, y más espléndidamente honrada. Y muchos villenenses, que en tandas sucesivas, vivirían unos días al año bajo el manto de su Madre, regresarían a sus hogares con la conciencia más limpia, la vida más ordenada, y hasta el cuerpo más restablecido.
El Santuario tiene relativa soledad, que es precisa para pensar en los problemas del espíritu. Le circundan paisajes bonitos y amplio horizonte; y sobre todo, las líneas austeras de su construcción, y hasta la aspereza de la peña sobre la que se recuesta, le envuelve en un ambiente de ascetismo muy propicio para la oración.
No faltan quienes, a pesar de la frivolidad contemporánea, suspiran por estos días de paz para el espíritu en el remanso de la soledad y del silencio.
Una vez serían los padres de familia quienes, apartándose de sus negocios y ocupaciones, recobrasen fuerzas espirituales para seguir batallando, pero con un sentido más sobrenatural de su trabajo.
Y serían otra vez las madres quienes aprenderían en la escuela de la Morenica cómo se educan los hijos.
Los jóvenes de ambos sexos se impregnarían del perfume de pureza que exhala la Virgen, y lo esparcirían por todos los ambientes.
Los obreros y obreras, por Empresas, también harían sus Ejercicios Espirituales; y se recristianizaría el ambiente social, que tanto preocupa hoy a la Iglesia, a la vez que gozaban de unas vacaciones muy justas y confortables.
Tenemos fundada esperanza, supuesto el grande cariño que en Villena se tiene al Santuario y a la Virgen de las Virtudes, de que no faltarían ejercitantes ni medios materiales para atenderles.
Esta idea, viva tiempo ha en muchos villenenses, no la alimenta más que la gloria de la Morenica, el prestigio espiritual de Villena, y el bien sobrenatural de sus hijos.
Esfuércense las almas en quienes prenda esta idea por alcanzar de nuestra Virgen la realidad de estos proyectos tan risueños y esperanzadores.
Y ESTO SE CONSEGUIRA PARA SIEMPRE... dedicando una parte del Santuario a casa de Ejercicios Espirituales. Muchos pueblos ya la tienen, como Agullent, Onteniente y otros. Entonces tendría más aspecto de lo que es: Santuario. La Morenica estaría más y mejor acompañada, y más espléndidamente honrada. Y muchos villenenses, que en tandas sucesivas, vivirían unos días al año bajo el manto de su Madre, regresarían a sus hogares con la conciencia más limpia, la vida más ordenada, y hasta el cuerpo más restablecido.
El Santuario tiene relativa soledad, que es precisa para pensar en los problemas del espíritu. Le circundan paisajes bonitos y amplio horizonte; y sobre todo, las líneas austeras de su construcción, y hasta la aspereza de la peña sobre la que se recuesta, le envuelve en un ambiente de ascetismo muy propicio para la oración.
No faltan quienes, a pesar de la frivolidad contemporánea, suspiran por estos días de paz para el espíritu en el remanso de la soledad y del silencio.
Una vez serían los padres de familia quienes, apartándose de sus negocios y ocupaciones, recobrasen fuerzas espirituales para seguir batallando, pero con un sentido más sobrenatural de su trabajo.
Y serían otra vez las madres quienes aprenderían en la escuela de la Morenica cómo se educan los hijos.
Los jóvenes de ambos sexos se impregnarían del perfume de pureza que exhala la Virgen, y lo esparcirían por todos los ambientes.
Los obreros y obreras, por Empresas, también harían sus Ejercicios Espirituales; y se recristianizaría el ambiente social, que tanto preocupa hoy a la Iglesia, a la vez que gozaban de unas vacaciones muy justas y confortables.
Tenemos fundada esperanza, supuesto el grande cariño que en Villena se tiene al Santuario y a la Virgen de las Virtudes, de que no faltarían ejercitantes ni medios materiales para atenderles.
Esta idea, viva tiempo ha en muchos villenenses, no la alimenta más que la gloria de la Morenica, el prestigio espiritual de Villena, y el bien sobrenatural de sus hijos.
Esfuércense las almas en quienes prenda esta idea por alcanzar de nuestra Virgen la realidad de estos proyectos tan risueños y esperanzadores.
Revista Villena 1952
Cedida por... Elia Estevan
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