Servicios para caballeros de toda índole.
UN MATRIMONIO ARTISTA Y UN ESTABLECIMIENTO ELEGANTE
Especialidad en ondulado y corte de cabellos de Señora.
Lo es el que con su instruida esposa, Concepción Hernández, maestra en el arte dificilísimo de componer peinados, posee Amable Ibáñez, en la calle de Luciano López Ferrer. De madrugada, ha días, nos sorprendió un escaparate profusamente iluminado y pleno de esos utensilios, tan imprescindibles, en el arreglo complicadísimo de peinados de señora. Nos sedujo una cabeza primorosa de mujer, modelada de forma exquisita y en torno de la cual, detalles delicadísimos de ornamentación, daban vistosidad impecable al escaparate. Preguntará extrañado el lector: ¿cómo es posible que en Villena se monte un establecimiento en las condiciones mencionadas? Tal inquietud, va a ser aclarada al instante. Don Amable Ibáñez hombre joven y peluquero de siempre, no tuvo en su espíritu más que esta obsesión: recoger lentamente dinero, a fuerza de privaciones, para que pudiese un día florecer su más bello ensueño: el montar una peluquería elegante en Villena. Con el tiempo, ha ido más lejos, pues el amor se atravesó en su camino, y con la cooperación de su distinguida esposa, regenta del salón de peinados de señora, pudo desde hace muy pocos días, acumular toda clase de primor en utensilios y en revistas, con el fin de estudiar atentamente el refinamiento que en las más famosas peluquerías del ramo en Europa, se efectúan. Hace poco la nueva modalidad de la peluquería, esmaltaba la calle de Luciano López Ferrer, con ese tan lindo escaparate que toda Villena admiró y que viene a ser como el pórtico del exquisito departamento a señoras dedicado.
Este es el triunfo de la voluntad. El mocito barbero, que, como el inmortalizado en la copla ingenua, llega a Villena a trabajar como oficial, hace años, al cabo del tiempo, monta un establecimiento, con aditamentos modernos de toda clase. Y no bastándole este triunfo enorme de la voluntad, ya no piensa más que en coronar su obra con el departamento, destinado a peinados de señora. Ejecutado pensamiento, de forma primorosa, parece como que le diga a la muy noble ciudad de Villena, palabras, que la emoción hace sutiles y perfumadas como rosas: «ESTA ES MI OFRENDA, QUE YO ¡OH! NOBLE PUEBLO, TE OFREZCO, COMO UN DESBORDAMIENTO DE GRATITUD DE MI CORAZON».
Extraído del Periódico EL DÍA (miércoles 15 junio 1927)
Cedido por… Juan Vale Carrasco
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