Bar de Pedro el Cafetero. Calle de Luciano López Ferrer
No hace mucho, acompañado de unos amigos, penetramos en el Bar de Pedro, el Cafetero. Es este establecimiento, sintético en su decorado, con puertas varias, y sus aditamentos son parecidos a los de tantos bares. Verá, usted - nos dice, uno de nuestros acompañantes, — a un hombre interesante. Es cierto: interesa por demás, el dueño del Bar y al mismo tiempo del café de la Feria, pues a poco de estrechar su mano, sin olvidar las exigencias de la clientela, a la que sirve con rapidez, departe con nosotros efusivamente. Digamos que el tío Pedro, es popularísimo en Villena, y en los pueblos todos que le circundan, y en más de alguna gran población. A pesar de sus setenta años, este amigo, fuerte y endurecido se halla, como si fuese un ejemplar preciadísimo de la Naturaleza.—Vaya, ahora les invito yó,—murmura sonriente, el conocido industrial. Alto y erguido, dá la sensación de un Atleta, pero no de esos fríos e impasibles, que no gustan más que de golpes y ejercicios físicos detestables, pues el tío Pedro, al evocar sus luchas, emocionase ante los contrastes de la Vida. Esa vida, que al cabo de los años, florece en esta su nena, que se perfila en la puerta, frontera a la calle de Luciano López Ferrer, como un símbolo, con su aire taciturno y su rostro liliar, donde el ajetreo y el dolor, como en una continuación de su padre, reflejan el alma misma del tío Pedro, este comprovinciano que en edad avanzadísima, aún ofrece al Trabajo, sus energías, como una rúbrica luminosa de su existencia...
Horchatería de la Feria
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Extraído del Periódico EL DÍA (miércoles 15 junio 1927)
Cedido por… Juan Vale Carrasco
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