23 may 2022

1969 UN FESTERO "EL PIMIENTO"

José Díaz Domene, “el Pimiento”
¡Estudiantes! Enarbolad vuestras largas cucha­ras; ondead gallardamente las airosas capas y, dando al viento alegre griterío, lanzad al cielo vuestros negros bicornios: he aquí "al Pimiento"
¿Quién no le conoce? Cuando las escuadras de Estudiantes llenen de nuevo la Corredera el día de la Entrada, hará sesenta y un años que des­filó "el Pimiento" por primera vez. El más típico representante de la Comparsa y uno de los más castizos festeros de Villena, posee una marca que me atrevo a considerar única en festejos de Mo­ros y Cristianos: la constituida por sus sesenta y un años en nuestra Comparsa de Estudiantes, más de treinta tomando parte en las fiestas de Petrel y doce años en las de Elda; siempre vis­tiendo el severo traje blanquinegro. ¿Ha llevado alguien tan lejos su devoción a la Fiesta?
Estudiantes: Frenad un instante el ímpetu de vuestra algazara y acudid humildes a oír desgra­nar al "Pimiento" el inacabable rosario de los tiempos heroicos de la Comparsa. Mirad de nue­vo bullir a los legendarios Estudiantes: "El Aguila", "el Barquillero", "el Blanco", "el Espanta­gatos"... Ved renacer de nuevo la colecta de la mañana del día 6, después de la misa en la ermi­ta de San Sebastián; imaginad en pie la antigua posada del Sol y contemplad cómo salen de ella, para intervenir en el Pacto de Alianza, dos largas filas de Estudiantes -"el Pimiento" entre ellos - ­Caballeros en humildes burros. Tal vez repetirán "el Blanco" y "el Gato" la vieja añagaza: de no se sabe dónde, saldrá de pronto una burra que, colocada entre sus congéneres, sobre los cuales cabalgan los Estudiantes, provocará un sonoro concierto de rebuznos incabables, entre las risas del público y la fingida extrañeza de los causan­tes del episodio...
¿Sabéis acaso las veces que "el Pimiento" y su padre fueron andando a contratar la banda de música a los pueblos comarcanos, para no gas­tar los exiguos -cuando no nulos- fondos de la Comparsa? ¿Conocéis las andanzas de los Estudiantes de entonces, pobres de recursos, fértiles de ideas, ricos en tesón, humor y entusiasmo, vi­llenenses y festeros de los pies a la cabeza?
Viva reliquia de aquellos de antaño, es "el Pi­miento". José Díaz Domene, para los papeles, pa­ra la burocracia, para todo lo que no valga la pe­na. Para lo verdadero y sustancial, "el Pimiento" (-¡Si me llaman Pepe y no me vuelvo!, -me dice sonriendo). He aquí un hombre que vive y alienta esperando que llegue el día cinco para perpetuar la triple condición de villenense, festero y Estu­diante que aprendió de su padre. Pero no es sola­mente esta fidelidad y esta conducta, plurales a muchos hombres de nuestras comparsas, la que me hace destacar su figura entre otras muchas. Ni siquiera el relevante papel que desempeña en la Comparsa en diversos e importantes cometi­dos; sino el convencimiento de que una de las más castizas y entrañables costumbres que sin­gularizan nuestras fiestas, tal vez se hubiera per­dido sin él: la cena de la sardina.
Todos lo sabéis. Vendrá el día siete y, antes de le retreta, la Comparsa de Estudiantes hará su tí­pica cena en la plaza de Santiago. Ha variado en ella alguna circunstancia accesoria; el reduci­do número de los Estudiantes de entonces, no es el de hoy, y a causa de ello, pequeñas y menu­das cosas han cambiado. Para bien o para mal: no importa. Porque lo fundamental sigue en pie. Llegado el día, "el Pimiento" hará acopio de las viandas: poco más, poco menos, 175 huevos, 10 kilos de embutido, otros tantos de pimientos; 150 sardinas de las llamadas de cuba, y 175 barras de pan. Allí, de pie, el Estudiante amigo de la tradición, hará su cena con el pan del que emer­gen las sardinas, la cresta dorada de la clara del huevo, las tiras de pimiento, la despanzurrada mor­cilla. Y si no lo desdeña trayendo el higiénico y personal vaso, trasegará el vino de una de las nu­merosas bombonas a través del popular y casti­zo bombillo, que iguala a todos en hermandad sincera. Una especie de sello anacreóntico que, al igual que el de sangre cerraba pactos solemnes y eternos compromisos, coyunda en este caso esa hermandad que late dentro de cada una de nues­tras comparsas...
Sí. "El Pimiento" es todo un símbolo de aque­llas antiguas fiestas, un hombre que conserva fiel­mente antiguos usos aunándolos con las costum­bres de hoy. El conservador de la cena de la sardina, el eterno Estudiante fiel al espíritu inma­nente de la Comparsa, el fiel depositario de su intrínseca personalidad. Uno de los más firmes y evidentes ejemplos del genuino, del verdadero fes­tero de Villena.
ROJAS
Extraído de la Revista Villena de 1969

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ya quedan pocos festeros festeros de verdad

Gustavo Torreblanca Díaz dijo...

pocos como mi abuelo....

Anónimo dijo...

eso si que eran festeros, bravo por el pimiento. un estudiante

..... CONTINUAR... PASAR PÁGINA Pinchar en... (entradas antiguas)
Esta Web no se hace responsable de las opiniones de sus lectores. Todo el contenido es público. Usted puede copiar y distribuir o comunicar públicamente esta obra siempre y cuando se indique la procedencia del contenido. No puede utilizar esta obra para fines comerciales o generar una nueva a partir de esta..
Web: www.villenacuentame.com
E-Mail:
villenacuentame@gmail.com