UN RECONOCIMIENTO A MIGUEL FLOR AMAT, UNA PERSONA DE VUELTA DE NADA Y CAMINO DE TODO

DE MIGUEL A TIBERIO - SEMBLANZA DE UN ARTISTA
Por Ernesto Pardo Pastor
Hoy quiero, sin ambages, desde la admiración que me produce todo lo bien realizado, sin circunscribirme a nada, hablarles de un hombre de gacha figura, en apariencia distraído, de semblante tranquilo y dulce y escrutadora mirada. Una persona de vuelta de nada y camino de todo, al que el paso del tiempo ha dado esencia. Eterno, y atento, alumno de las artes aunque casi ninguna le es desconocida. Alguien cuyo sello es la probidad y en quien la negación nunca dio fruto. Algo así. más que menos, es la definición exacta de quien pretendo, con palabras retratar, nunca en lo personal y sí en lo humano, me estoy refiriendo a Miguel Flor.

Zapatero por herencia, pintor restaurador casi de profesión, por vocación fotógrafo y el arte de Talía la válvula de escape del humor desbordante que casi nunca manifiesta y en las horas libres que se encuentran, al aprovechar debidamente el tiempo, fue escudero y colaborador constante de D. José Soler y un estudioso empedernido de la nobleza y blasones villenenses. Lo hemos podido ver en facetas muy diversas desde concienzudo arqueólogo a ágil jugador, virtual, de frontón en el teatro, de pertinaz fotógrafo a delicado creador de pinturas de abanicos, de inigualable cómico a diseñador, de tener en sus manos un valioso cuenco prehistórico de oro, a encasquetarse la cuadriculada gorra de "chulapón" en el mejor ambiente del Madrid de la época. Y justo es afirmar que en todas estas artes obtuvo buena nota.
Sea cual sea la situación que, de Miguel, recordemos siempre existirá en el ambiente un halo de sosegada paz, un aire reposado y tranquilo que emana de su persona.

El día 27 de Enero de 2012, comenzó, ya era hora, ha reconocerse su enorme labor, en solo una de sus facetas, como fotógrafo. Y en la apertura de la exposición de la Casa de la Cultura, Miguel, volvió a darnos una lección, el autor, el creador de aquella maravilla que íbamos a contemplar, desde su humildad, daba las gracias a los asistentes y desde su sencillez restaba importancia al gran acopio grafico realizado y desde su honestidad, indiscutible, y de su amor por las artes recordaba a todos cuantos de un modo u otro hacían o habían hecho posible aquel evento.

Abierta al público ha quedado la "Crónica Grafica de Villena" una selección fotográfica que nos muestra personas, parajes, paisajes y situaciones que nos llevan, sin darnos cuenta, a recordar lo vivido de la mano de Miguel el amigo, escudero, colaborador y eterno buscador de situaciones que escudriñó en los más recóndito para sacar a la luz trozos inéditos de nuestra historia, meritorio estudioso de linajes y blasones a quien motiva más que el reto el conocer el fondo de las cosas.Lo que podemos contemplar en la exposición "Crónica Grafica de Villena" de Miguel Flor es la punta del iceberg de su dilatado archivo producto de la oportunidad y del ingenio, cualidades estas que en él son inherentes como unida puede estar su cámara a las manos.Públicas felicidades, Miguel, y gracias por llamarme amigo en la dedicatoria del catálogo, porque amigos como tu engrandecen. Que esto sea el principio de una constante muestra de tu copioso archivo.

ALGUNAS IMÁGENES DE LA EXPOSICIÓN
Años 40... El puesto del "Tio Jaime"

años 60... haciendo soga en el umbral de la casa

personajes de Villena "El Burrica" años 60

años 60... niños jugando en la calle Tetuán

años 60... niños bañandose en las canales de la huerta

años 60... vida cotidiana en una casa-cueva

1967 Casa de la Cadena sede de la Jefatura Local de la Falange

1970 un automotor en la Corredera camino de Mallorca

Desde Villena Cuéntame gracias Miguel por captar tantos y tantos aspectos de la historia de Villena, fiestas, monumentos, personajes, folklore, religión, costumbres y cualquier evento a lo largo de estos años. Espero que ahora y siempre se te recuerde como un hombre autodidacta y polifacético amante de su tierra. Muchas gracias por este regalo.