La Asociación de Belenistas de Villena, ha presentado la Navidad en Villena este 14 de diciembre de 2019 en el salón de actos de la Casa de Cultura.
Pregón de Navidad a cargo de, D. Fulgencio J. Cerdán Barceló Alcalde de Villena e inaugurado el Belén Monumental con la actuación musical de The Red Velvets The Christmas Song.
PREGÓN DE NAVIDAD 2019
Buenas tardes a todos y a todas.
Bienvenidos compañeros y compañeras de la Corporación Municipal, integrantes de la Asociación de Belenistas, miembros de la Agrupación de Navidad y Reyes de La Virgen y resto del público presente.
Solo, delante de vosotros y vosotras, sobre el atril del escenario, soy el foco de atención de todas las miradas. He de reconocer que me pone nervioso y me provoca desasosiego ser escrutado y escuchado. Pero también me siento aliviado pues cuento con la comprensión de numerosos amigos, que me perdonarán cualquier fallo. Para algo estamos casi en las vísperas de Nochebuena. ¿Verdad?
En primer lugar, me gustaría aclarar que esto no es un discurso, ni siquiera un monólogo. Mis palabras pretenden ser tan solo una especie de declaración de intenciones, un testimonio personal aderezado de recuerdos, vivencias y, por supuesto, buenos propósitos, indispensables en estas fechas, y en otras.
Para mí la Navidad y el Año Nuevo siempre han sido el momento propicio para hacer balance, cerrar y abrir capítulos, aprender de los errores, afianzar los aciertos y aprovechar las segundas oportunidades. En definitiva, volver a nacer metafóricamente para recuperar el tiempo perdido y cambiar las cosas. No sé si os pasa lo mismo a vosotros y vosotras.
Quién no se ha propuesto apuntarse al gimnasio, lo de ir a menudo ya es otro asunto; quitarse los kilos que le sobran, mientras saborea el cuarto trozo de turrón con arrepentimiento; aprender un idioma, sin dominar todavía el castellano; ser afectuoso con los cuñados, que también son familia, lejana eso sí; dejar de fumar, aunque solo de pensarlo salga humo por las orejas; hacerse implantes de pelo con la excusa de viajar a Turquía; Y, mucho más en serio y lo más importante, procurar ser mejor persona.
Lástima que, demasiadas veces, las segundas oportunidades se quedan solo en ocasiones desperdiciadas por falta de voluntad y determinación. Con “hacer-lo-posible” no es suficiente, hay que “hacerlo-posible”, como me enseñaron siendo niño mi madre y mi padre, Isabel y Pepe, y mis abuelos Mercedes y Fulgencio que nunca se dieron por vencidos.
Deberíamos aprender de dos eternos clásicos de la literatura y el cine. Mr. Scrooge, el antipático, avaro y misántropo personaje del “Cuento de Navidad” escrito por Charles Dickens,... tras recibir las visitas de los fantasmas, sufre remordimientos que mudan por completo su agrio carácter. Al final comprende cuál es el sentido de la vida y el poder del amor y la solidaridad.
Por su parte, George Bailey, el atribulado personaje interpretado por James Stewart en la película “Qué bello es vivir” dirigida por Frank Capra, es un hombre que, ante las circunstancias más adversas, se rehace para recuperar la felicidad perdida junto a su familia. La confianza consiste en creer en uno mismo y en los demás, se cuente para ello o no con la ayuda de un afable ángel de la guarda. Quizá el milagro sea más bien atribuible a la capacidad de resiliencia y superación.
Hoy no he de rendir cuentas por mi condición de alcalde, aunque ejerza el puesto 24 horas los 365 días del año. Hoy me dais la posibilidad de pregonar la Navidad. Creedme si os digo que es algo que agradezco sinceramente y me hace una ilusión especial. No se trata de una mera frase protocolaria. Lo digo de corazón.
Quizá pueda existir una costumbre no escrita por la que se le encargue a la primera autoridad local, coincidiendo con el inicio de su mandato, felicitar a la población e inaugurar oficialmente las celebraciones navideñas. Aunque no es menos cierto que, los que me conocéis un poco, sabéis que soy un hombre cordial, pero al que no le gusta regalar los oídos por puro compromiso.
Además, hablar de “regalos” y “prebendas” en boca de un político puede convertirse en una práctica de riesgo, incluso presuntamente delictiva. La ciudadanía está muy harta y escarmentada de soportar conductas corruptas en el ejercicio de la función pública, inaceptables desde el punto de vista legal y ético. Así pues, al asumir un cargo electo, debemos actuar en beneficio del bien común, sin sectarismos, de forma intachable, ejemplarizante y con vocación de servicio.
En cualquier caso, los auténticos expertos en hacer regalos son, como no puede ser de otro modo, Papá Noel y los Reyes Magos, según sean las preferencias de cada hogar. Elegir a uno o a los otros no tiene por qué ser excluyente en un mundo cada vez más globalizo y, a la vez, supuestamente integrador. Sin embargo, también ha de ser compatible con la defensa, protección y conservación de los rasgos identitarios propios y genuinos para evitar la imposición de una uniformidad influida por modas mercantilistas ajenas.
Basándome en mi experiencia como padre de dos hijas y profesor de matemáticas en Educación Secundaria y Bachillerato, puedo afirmar que la mayoría de las veces enviar la carta a los magos de Oriente o a la fría Laponia solo es cuestión de un simple cálculo numérico. Tres siempre han sido más que uno. Y, si encima se suman, el resultado es cuatro, una cifra aún mayor y más ventajosa.
Ya desde pequeños, de manera inconsciente, somos proclives a decidir por criterios pragmáticos, buscando el máximo beneficio y la rentabilidad cuantitativa. Luego, de adultos, de forma más consciente, seguimos cometiendo excesos durante esta época del año, comiendo más de la cuenta en abundantes almuerzos y cenas multitudinarias, bebiendo sin medida refrescos, cavas y lo que se tercie y comprando masivamente como si no hubiera un mañana. Y que conste que esto no pretende ser una regañina. No solía hacerlo en clase y mucho menos en un pregón. Una cosa es ser exigente y otra pecar de impertinente.
Pero si queremos que haya un mañana para nuestros hijos, hijas, nietos y nietas, es urgente que, entre todos y todas, empecemos a incorporar hábitos de consumo responsable y prácticas de comercio justo, moderando y corrigiendo los comportamientos nocivos, no saludables ni sostenibles económica, laboral y ambientalmente. Nuestra salud, nuestro bolsillo y nuestro planeta nos lo agradecerán.
Por tanto, sería muy recomendable no dejarnos llevar por la inercia materialista del “tener”, sino actuar inspirándonos en el principio humanista del “ser”. Es decir, tomemos en consideración no sólo ahora, sino siempre, que “valemos por lo que somos, no por lo que tenemos”. Un criterio que participa del significado profundo y verdadero que justifica los valores en los que se fundamenta la Navidad.
El papel desempeñado por el pequeño y mediano comercio es imprescindible durante estos meses. No solo como generador de riqueza y puestos de trabajo, sino como aglutinador del sentido de pertenencia, dinamizador socioeconómico de la comunidad e impulsor de campañas que potencian la actividad en el sector terciario, embelleciendo con los adornos y luces de sus escaparates nuestras calles más concurridas.
Desde el Ayuntamiento hemos considerado conveniente instalar elementos decorativos navideños en otras zonas de la ciudad y del término municipal para acercar la Navidad a más barrios y a las pedanías. Por primera vez, el árbol artificial se ha ubicado en la avenida de la Constitución a la altura de la plaza cubierta.
Nuestra misión al frente del consistorio no es, en sentido negativo, “montar el belén” o “el cirio Pascual”, sino cooperar, facilitando la iniciativa de aquellos colectivos que trabajan altruistamente por engrandecer los actos navideños que se llevan a cabo, desde el Belén monumental, pasando por la Cabalgata de sus majestades Melchor, Gaspar y Baltasar, el Auto Sacramental de los Reyes Magos y el poblado hebreo.
Nuestro objetivo, por tanto, es gestionar con eficacia los recursos para que tengamos unas fiestas en paz, sin conflictos. Con más motivo, si nos referimos a las Navidades, que no se pueden entender sin la necesaria concordia y armonía que ha de reinar en estas fechas, seamos republicanos o monárquicos. Da igual.
En palabras del filósofo Julián Marías, “lo decisivo de la ilusión es la anticipación, bien porque algo se acerca a mí o porque yo salgo a su encuentro”. Entonces, en sentido literal, con este ilusionante acto del pregón, estamos anticipando y aproximándonos a una entrañable festividad que responde, de nuevo, en su significado más estricto, a “salir de dentro, de las entrañas”.
El nacimiento de Jesús, el Mesías, del vientre de su madre María, la Virgen, representa el origen de la vida. ¿Puede haber algo más entrañable, emotivo y maravilloso? La natividad, al margen de las creencias religiosas, adquiere un simbolismo mítico, místico, histórico, artístico, social y cultural que ha contribuido a acrisolar el imaginario colectivo y universal para los cristianos, los agnósticos y los ateos.
A pesar de ser el hijo de Dios, Jesús fue un desheredado de la Tierra, que vino al mundo refugiándose en un pesebre, rodeado por el ganado de unos pastores, sin más posesión que el cariño de sus progenitores humildes. Hoy, también, muchos menores de edad no acompañados siguen soportando la persecución y el odio de otros Herodes que los descalifican como “menas”, con el fin de deshumanizarlos, acusándolos falsamente de ser delincuentes solo por ser migrantes pobres.
Como físico y hombre de ciencia que soy, comparo el fulgor de la estrella que guio a los magos hasta el Portal con la epifanía que iluminó el conocimiento de Arquímedes al exclamar “eureka” metido en la bañera. Encontrar de repente las certezas que buscamos mientras deambulamos desorientados nos reconcilia con nuestras dudas y arroja luz sobre nuestro destino individual y compartido.
Cada 24 de diciembre rememoramos que el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros, cumpliéndose así las profecías. Lo divino se hacía humano. Un hecho teológico que desde pequeño me ha provocado admiración y curiosidad. Lo que me animó a adentrarme, no tanto en el estudio de los evangelios, sino en la ávida lectura de los cómics de Marvel y DC. Algo que los padres salesianos aceptaron y entendieron sin considerarme un sacrílego por ello. Por cierto, una afición que se ha mantenido y acrecentado de mayor.
Mis primeros superhéroes fueron Jesús y San Juan Bosco, lo reconozco. Sus poderes me parecían increíbles y extraordinarios: hacer el bien, curar a la gente, salvar almas, ofrecer su vida en sacrificio por los demás… Luego les siguieron Superman, Batman, Spiderman… Más de una vez pensé con inocencia infantil colocarle una capa y una enorme J a la figura de barro del niñico que poníamos en el belén de casa. Pero la reprimenda por la trastada hubiera sido considerable. Aunque en mi defensa podría haber argumentado que un simple pañal no era bastante abrigo en pleno invierno. ¿Os imagináis?
Pronto las panderetas y las zambombas invadirán las veladas familiares. Los villancicos resonarán en cada rincón. Los peces volverán a beber en el río, la campana sobre campana tañirá sin parar, los pastorcillos querrán ver a su rey, el Chiquirritín seguirá metidito entre pajas y la blanca navidad soñará. La alegría, regada con espumosos vinos y vestida con espumillones coloristas, dibujará mil sonrisas. El recuerdo de los que ya no están con nosotros seguirá acompañándonos siempre. Entregaremos y recibiremos regalos, afectos, abrazos y besos. Degustaremos portentosos menús preparados con recetas tradicionales o vanguardistas. Habrá que hacer hueco a turrones, mantecados, peladillas y polvorones. Y todos desearemos que los deseos se hagan realidad. Aprovechemos la ocasión para cambiar, atrevernos, ser mejores, más justos, más solidarios, más humanos… porque quizá ya no tengamos más oportunidades en el futuro, que empieza hoy....
Después de dos años, vamos a inaugurar otra vez el Belén monumental instalado en la sala de exposiciones de la Casa de la Cultura. Una muestra espectacular del buen hacer, la destreza con el corcho, el arte trabajando la madera, la pasión por el detalle y el compromiso desinteresado de los hombres y mujeres que componen la Asociación de Belenistas. Muy especialmente les agradezco que nos hagan disfrutar de nuevo con unas figuras, construcciones palaciegas, tramas urbanas y paisajes excepcionales que reciben colas y colas de visitantes en un rotundo éxito de convocatoria. La Navidad es menos Navidad en Villena sin vuestro Belén, nuestro Belén.
Feliz Navidad y Próspero Año 2020
Fulgencio Cerdán Barceló. Alcalde de Villena
Fotografías… Antonio Gómez Torres
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