No puede dudarse de que el «cabo de gastadores», o simplemente «el cabo», es un elemento fundamental en la Fiesta de Moros y Cristianos. Pero también es bien sabido que la juventud actual siente verdadera aversión por el servicio militar y por todo lo que tenga relación con las fuerzas armadas. Se da también la circunstancia, totalmente opuesta a la anterior, de que, en poblaciones como la nuestra, donde tanto arraigo y desarrollo tiene la fiesta, toda celebración popular, sea cual sea el motivo, termina indefectiblemente cogiéndose del brazo unos con otros, para desfilar marcando el paso al son de un pasodoble festero y tras un cabo improvisado.
Se da también la circunstancia de que los cabos indiscutidos son verdaderos líderes, a los que no concebimos como a uno de tantos marcando el paso en la fila junto a los demás. Preferirían no salir. Y como líderes que son, procurarán disgregar del grupo a unos cuantos para formar con ellos una «escuadra especial», de las que tantas han proliferado durante los últimos tiempos.
Los cabos perciben perfectamente el agradecimiento de los espectadores cuando con ese característico ademán de manos y brazos les dedican el desfile que están presenciando, como si se hiciera exclusivamente para ellos. Las ovaciones que reciben son continuas y unánimes, y esto nos hace pensar en la gran responsabilidad que les cabe en la brillantez de los festejos, cuando por excesivo afán de lucimiento producen esos tremendos claros que a veces abarcan desde la plaza del Rollo hasta la Puerta de Almansa.
Y no quisiéramos desaprovechar esta oportunidad para dedicar un emocionado recuerdo a uno de los más populares personajes que ha tenido la fiesta: Chimo Pérez, que fue nuestro «cabo de gastadores» en el Regimiento «Vizcaya», entonces en Alcoy, y tras el que desfilamos muchos años, como cabo que era en la Comparsa de Estudiantes.
JOSE Mª SOLER GARCÍA
Extraído de la revista 10 aniversario de los Cabos de Villena de 1991
Los cabos perciben perfectamente el agradecimiento de los espectadores cuando con ese característico ademán de manos y brazos les dedican el desfile que están presenciando, como si se hiciera exclusivamente para ellos. Las ovaciones que reciben son continuas y unánimes, y esto nos hace pensar en la gran responsabilidad que les cabe en la brillantez de los festejos, cuando por excesivo afán de lucimiento producen esos tremendos claros que a veces abarcan desde la plaza del Rollo hasta la Puerta de Almansa.
Y no quisiéramos desaprovechar esta oportunidad para dedicar un emocionado recuerdo a uno de los más populares personajes que ha tenido la fiesta: Chimo Pérez, que fue nuestro «cabo de gastadores» en el Regimiento «Vizcaya», entonces en Alcoy, y tras el que desfilamos muchos años, como cabo que era en la Comparsa de Estudiantes.
JOSE Mª SOLER GARCÍA
Extraído de la revista 10 aniversario de los Cabos de Villena de 1991
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