7 de septiembre de 1986 fecha para el recuerdo, ya que fue la última corrida de toros en el coso de Villena. Cerrada hasta el año 2011, año en que se reinauró. La primera corrida de toros en la nueva Plaza fué el 10 de Abril de 2011, con los matadores...Enrique Ponce, Sebastián Castella y Alejandro Talavante.
Maldito cartel de toros
Por José Luis Barrachina Susarte
El diestro Vicente Ruiz El Soro fue el último en actuar en la Plaza de Toros de Villena -en el coso de la calle Ancha- el día 7 de septiembre de 1986.
Lo hizo ante unos ocho mil espectadores –porque no se pudo ubicar al público en las nayas- y alternando con Juan Antonio Esplá –que fue el director de lidia en sustitución del anunciado Julio Robles- y Víctor Mendes –que vino a Villena visiblemente lesionado. El de Foyos cobró por aquella actuación tres millones de pesetas que su hermano se fue escondiendo entre los calcetines y las pantorrillas poco después del sorteo, recibió a su primer toro a portagayola y su esportón se fue de Villena repleto de éxito y con un fez con el que fue tocado mientras daba la última vuelta al ruedo.
Tan curiosos son estos datos como el hecho de que apenas haya quedado rastro documental sobre este festejo. Salvo las crónicas que sobre la corrida se hicieron eco en los diferentes medios de prensa, apenas he podido hallar –y les aseguro que he tirado de todos los hilos- datos al respecto, lo que permite seguir alimentando la leyenda que comenzase con aquel cartel maldito de Pozoblanco en la tarde del 26 de septiembre de 1984:
Maldito cartel de toros
Por José Luis Barrachina Susarte
El diestro Vicente Ruiz El Soro fue el último en actuar en la Plaza de Toros de Villena -en el coso de la calle Ancha- el día 7 de septiembre de 1986.
Lo hizo ante unos ocho mil espectadores –porque no se pudo ubicar al público en las nayas- y alternando con Juan Antonio Esplá –que fue el director de lidia en sustitución del anunciado Julio Robles- y Víctor Mendes –que vino a Villena visiblemente lesionado. El de Foyos cobró por aquella actuación tres millones de pesetas que su hermano se fue escondiendo entre los calcetines y las pantorrillas poco después del sorteo, recibió a su primer toro a portagayola y su esportón se fue de Villena repleto de éxito y con un fez con el que fue tocado mientras daba la última vuelta al ruedo.
Tan curiosos son estos datos como el hecho de que apenas haya quedado rastro documental sobre este festejo. Salvo las crónicas que sobre la corrida se hicieron eco en los diferentes medios de prensa, apenas he podido hallar –y les aseguro que he tirado de todos los hilos- datos al respecto, lo que permite seguir alimentando la leyenda que comenzase con aquel cartel maldito de Pozoblanco en la tarde del 26 de septiembre de 1984:
Toros de Sayalero y Bandrés para Francisco Rivera Paquirri, José Cubero Yiyo y Vicente Ruiz El Soro, y en la que Avispado –cuarto de la tarde- corneó gravemente al diestro de Barbate seccionándole las venas sáfena, ilíaca y femoral lo que ocasionó su muerte desangrado cuando iba en ambulancia hacia Córdoba en busca de un hospital.
Las cámaras de televisión registraron la tragedia e incluso escenas del torero hablando en la enfermería. Paquirri todavía consciente explicaba al doctor Eliseo Morán el tamaño y la trayectoria de la herida:
«Doctor, yo quiero hablar con usted. La cornada es fuerte. Tiene al menos dos trayectorias, una para acá y otra para allá. Abra usted todo lo que tenga que abrir, lo demás está en sus manos. Y tranquilo, doctor».
Casi un año después –el 30 de agosto de 1985- y en este caso en la Plaza de Toros de Colmenar Viejo, El Yiyo sustituía a Curro Romero y formó terna con Antonio Chenel Antoñete y José Luis Palomar, que torearon reses de Marcos Núñez. En esta ocasión fue Burlero –sexto de la tarde- el que mató al del barrio de Canillejas partiéndole el corazón de una cornada después de que el matador le hubiera colocado una soberbia estocada.
Y al año y poco llega el cartel maldito de Villena. La cuadrilla de Juan Antonio Esplá estuvo integrada por los picadores Manuel Atienza y Diego Ortiz, los banderilleros Faustino Barragán, Gregorio Lalanda y Emilio Saugar Pirri; mientras que la tablilla anunciadora del orden de lidia quedó como sigue:
Toros de don Javier Molina –que ahora se anuncian con el hierro de la escudería Mercedes- 1º Velero, nº 101, negro bragado, 494 kilos; 2º Cumplidor, nº 97, negro bragado, 477 kilos; 3º Trapalao, nº 71, negro, 487 kilos; 4º Cacharrito, nº 59, negro bragado y meano, 538 kilos; 5º Capello, nº 88, negro, 488 kilos; 6º Granizo, nº 64, castaño, 520 kilos; Sobrero, Guitarrista, nº 1, negro, 543 kilos.
Estuve en aquella corrida, la recuerdo bien y a mi juicio Esplá estuvo muy por encima de los toros –muy justos de fuerzas- y de sus alternantes –Mendes muy mermado de facultades y El Soro sólo aguerrido, aunque al final fuese considerado como triunfador-
El resumen en triunfos fue: Juan Antonio Esplá, dos orejas más dos orejas y rabo; Víctor Mendes, ovación y oreja; El Soro, aplausos más dos orejas y rabo, saliendo a hombros por la puerta de cuadrillas pues en Villena la puerta grande no tenía salida directa a la calle. Junto a él lidiaron magníficamente Rafael Corbelle y Juan Bellido Chocolate, aunque los pares los puso Vicente personalmente, intercambiándoselos con Esplá y Mendes en los tres primeros toros.
Cuando abandonábamos la plaza camino de la Cena de la Sardina, nunca hubiéramos dicho que aquella sería la última.
Pasó algo de tiempo y el 8 de abril de 1994, y El Soro se destrozó el gemelo derecho al poner un par de banderillas quedando apartado de los ruedos para siempre. Después de 20 intervenciones quirúrgicas, este ha declarado que daría la vida por volver a vestirse de luces.
Sólo es una casualidad que fuese este diestro el último en torear y triunfar en las arenas de nuestra vieja plaza de toros.
Fotos cedidas por... Angelin
Las cámaras de televisión registraron la tragedia e incluso escenas del torero hablando en la enfermería. Paquirri todavía consciente explicaba al doctor Eliseo Morán el tamaño y la trayectoria de la herida:
«Doctor, yo quiero hablar con usted. La cornada es fuerte. Tiene al menos dos trayectorias, una para acá y otra para allá. Abra usted todo lo que tenga que abrir, lo demás está en sus manos. Y tranquilo, doctor».
Casi un año después –el 30 de agosto de 1985- y en este caso en la Plaza de Toros de Colmenar Viejo, El Yiyo sustituía a Curro Romero y formó terna con Antonio Chenel Antoñete y José Luis Palomar, que torearon reses de Marcos Núñez. En esta ocasión fue Burlero –sexto de la tarde- el que mató al del barrio de Canillejas partiéndole el corazón de una cornada después de que el matador le hubiera colocado una soberbia estocada.
Y al año y poco llega el cartel maldito de Villena. La cuadrilla de Juan Antonio Esplá estuvo integrada por los picadores Manuel Atienza y Diego Ortiz, los banderilleros Faustino Barragán, Gregorio Lalanda y Emilio Saugar Pirri; mientras que la tablilla anunciadora del orden de lidia quedó como sigue:
Toros de don Javier Molina –que ahora se anuncian con el hierro de la escudería Mercedes- 1º Velero, nº 101, negro bragado, 494 kilos; 2º Cumplidor, nº 97, negro bragado, 477 kilos; 3º Trapalao, nº 71, negro, 487 kilos; 4º Cacharrito, nº 59, negro bragado y meano, 538 kilos; 5º Capello, nº 88, negro, 488 kilos; 6º Granizo, nº 64, castaño, 520 kilos; Sobrero, Guitarrista, nº 1, negro, 543 kilos.
Estuve en aquella corrida, la recuerdo bien y a mi juicio Esplá estuvo muy por encima de los toros –muy justos de fuerzas- y de sus alternantes –Mendes muy mermado de facultades y El Soro sólo aguerrido, aunque al final fuese considerado como triunfador-
El resumen en triunfos fue: Juan Antonio Esplá, dos orejas más dos orejas y rabo; Víctor Mendes, ovación y oreja; El Soro, aplausos más dos orejas y rabo, saliendo a hombros por la puerta de cuadrillas pues en Villena la puerta grande no tenía salida directa a la calle. Junto a él lidiaron magníficamente Rafael Corbelle y Juan Bellido Chocolate, aunque los pares los puso Vicente personalmente, intercambiándoselos con Esplá y Mendes en los tres primeros toros.
Cuando abandonábamos la plaza camino de la Cena de la Sardina, nunca hubiéramos dicho que aquella sería la última.
Pasó algo de tiempo y el 8 de abril de 1994, y El Soro se destrozó el gemelo derecho al poner un par de banderillas quedando apartado de los ruedos para siempre. Después de 20 intervenciones quirúrgicas, este ha declarado que daría la vida por volver a vestirse de luces.
Sólo es una casualidad que fuese este diestro el último en torear y triunfar en las arenas de nuestra vieja plaza de toros.
Fotos cedidas por... Angelin
Cronista: José Luis Barrachina Susarte
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