El «Aguaor» - TIPOS POPULARES
Figura entre los más cercanos en el tiempo de cuantos aparecen en esta recopilación. Se llamó José Menor Hernández, nació el 15 de enero de 1876 y murió el 13 de enero de 1940. Fue asiduo colaborador de los periódicos locales de su época, en los que escribió casi exclusivamente en el lenguaje característico de nuestra ciudad, tanto en prosa, con relatos y trabajos de diversa índole, como en verso. Hizo gala de un gran ingenio y de excelentes condiciones fabuladoras, cantó las tradiciones locales y los usos y costumbres más típicamente villeneros. Sus versos, certeros, y en muchas ocasiones con intención tensora acerca de injustas situaciones locales, se prodigaron en los periódicos de la población y corrieron de boca en boca. Fue crítico con el poder local, sin temor por su parte cuando pensaba que defendía lo que era justo, y se distinguió en muchas ocasiones por situarse en favor de los humildes, que entonces lo eran en grado sumo y en número elevado. Una calle rotulada con su nombre y el seudónimo que utilizó siempre, José Menor, «el Aguaor», recuerda a los villeneneses su figura y su obra. Reproducimos, como muestra de sus trabajos en nuestro lenguaje vernáculo, uno de sus cuentecillos aparecido en 1906 en «El Bordoño», un periódico local de aquella época.
LECION DE JOGRAFIA
(Entra Jeromico más contento que unas Pascuas)
-iPadre! ¡Padre! Hoy me sabio toa la leción, y ma mudan er maestro a jografía.
-¿Y eso, qué es?
-Pus la cencia que trata de los clinses, de los bólidos y de las estrellas con rabo.
-No sé pa qué enseñarán esas cosas tan hondas, que serán capaces de esrretirte er celebro.
-Pus a mí me gusta muncho cuando nus desplica que la tierra da güertas lo mesuro que una trompa.
-¡Que trolas us meten! Paece que el arguyo del hombre se arremonta como un barrilete y quié saber más que Dios. ¿A quién se le ocurre decir que la tierra anda? Los que hacen los calandarios son los más sabijondos resperto a ese asunto; y cuando eyos ponen «Sale er sol a las tantas y se pone a las cuántas» es porque es er sol er que anda. Si juá la tierra, pondrían «Sale la tierra... cétera».
-Pos aún nus ha desplicao más cosas; nus ha dicho que estamos tan lejos der sol, que si tiraran una bala de cañón derde él a la tierra, gastaría 15 u 20 años pa venir.iYa ve V si estará lejos!
(Llaman a la puerta)
-¿Quién?
-¡El cartero!
-Sal, Jeromico y dale la perrica.
(Entra er nene con la carta)
-¿De quién será?
-Me paece que conorgo la letra. ¡Ah! sí, es der tío Rimundo er que está en Yecla.
-Lelá, lelá.
-«Mi apreciable cuñao: El ojeto de estas mis cortas letras es pa deciros que lo tengas to preparan porque amos pensao ir a esa de Viyena a pasar juntamente con usotros las fiestas. No sé si te acordarás que en mi casa sernos ocho, contando el chiquitico que va en engüertos, pero no da cacel. Además, me comprometío con una familia del vecindao que no son más que madre e hija; pero como la muchacha festea, está mu feo que no se venga er novio, porque ande va la soga va el caldero.
Si no teneis bastantes cucharas pa tos, no tapures que nusotros yevaremos.
Bien te costa que entre yo y tú no hay pan partíos por eso me tomo las libertaes que me tomo; porque sé que te daremos un alegrón mu grande con nuestra vesita.
Sin más, recibe el corazón mío y el de mi mujer que te queremos de verdá. =Rimundo.»
-¿No trae pordata, Jeromico?
-No señor; no ice más.
-Pos agora, escucha una leción de jografía. Si tiraran al tío Rimundo, a su mujer y a sus ñacos derde el sol hasta aquí, ¿cuánto tiempo te paece a ti que tardarían en abajar?
-Sigún; a mí me paece que abajaría antes la tia Luteria, porque pesa más; pero lo menos 17 u 18 años sí que tardarían.
-Pos no sabes una jota de jografía; porque a esa familia, si los tiran el día cinco a las once de la mañana, a las doce ya están aquí pa arrematar con tos los conejos del corral y to el avío que hay en el amasaor. Estos, estos, sí que se sabe positivo er tiempo que gastan; pero, los astrólomos, ¿qué saben?
(Entra Jeromico más contento que unas Pascuas)
-iPadre! ¡Padre! Hoy me sabio toa la leción, y ma mudan er maestro a jografía.
-¿Y eso, qué es?
-Pus la cencia que trata de los clinses, de los bólidos y de las estrellas con rabo.
-No sé pa qué enseñarán esas cosas tan hondas, que serán capaces de esrretirte er celebro.
-Pus a mí me gusta muncho cuando nus desplica que la tierra da güertas lo mesuro que una trompa.
-¡Que trolas us meten! Paece que el arguyo del hombre se arremonta como un barrilete y quié saber más que Dios. ¿A quién se le ocurre decir que la tierra anda? Los que hacen los calandarios son los más sabijondos resperto a ese asunto; y cuando eyos ponen «Sale er sol a las tantas y se pone a las cuántas» es porque es er sol er que anda. Si juá la tierra, pondrían «Sale la tierra... cétera».
-Pos aún nus ha desplicao más cosas; nus ha dicho que estamos tan lejos der sol, que si tiraran una bala de cañón derde él a la tierra, gastaría 15 u 20 años pa venir.iYa ve V si estará lejos!
(Llaman a la puerta)
-¿Quién?
-¡El cartero!
-Sal, Jeromico y dale la perrica.
(Entra er nene con la carta)
-¿De quién será?
-Me paece que conorgo la letra. ¡Ah! sí, es der tío Rimundo er que está en Yecla.
-Lelá, lelá.
-«Mi apreciable cuñao: El ojeto de estas mis cortas letras es pa deciros que lo tengas to preparan porque amos pensao ir a esa de Viyena a pasar juntamente con usotros las fiestas. No sé si te acordarás que en mi casa sernos ocho, contando el chiquitico que va en engüertos, pero no da cacel. Además, me comprometío con una familia del vecindao que no son más que madre e hija; pero como la muchacha festea, está mu feo que no se venga er novio, porque ande va la soga va el caldero.
Si no teneis bastantes cucharas pa tos, no tapures que nusotros yevaremos.
Bien te costa que entre yo y tú no hay pan partíos por eso me tomo las libertaes que me tomo; porque sé que te daremos un alegrón mu grande con nuestra vesita.
Sin más, recibe el corazón mío y el de mi mujer que te queremos de verdá. =Rimundo.»
-¿No trae pordata, Jeromico?
-No señor; no ice más.
-Pos agora, escucha una leción de jografía. Si tiraran al tío Rimundo, a su mujer y a sus ñacos derde el sol hasta aquí, ¿cuánto tiempo te paece a ti que tardarían en abajar?
-Sigún; a mí me paece que abajaría antes la tia Luteria, porque pesa más; pero lo menos 17 u 18 años sí que tardarían.
-Pos no sabes una jota de jografía; porque a esa familia, si los tiran el día cinco a las once de la mañana, a las doce ya están aquí pa arrematar con tos los conejos del corral y to el avío que hay en el amasaor. Estos, estos, sí que se sabe positivo er tiempo que gastan; pero, los astrólomos, ¿qué saben?
Texto extraído del libro... De Villena y los villeneros. 2002
Alfredo Rojas y Vicente Prats.
1 comentario:
hombre poco conocido y muy interesante..
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