SENSACIONAL DESFILE
DE LOS MOROS Y CRISTIANOS DE VILLENA
60.000 personas presenciaron el cortejo durante cuatro horas.
En el segundo día de sus fiestas Alicante registró una animación que, sin duda, superaba con mucho a la de años anteriores. Es, realmente incalculable el número de visitantes que nuestra ciudad alberga en la propicia circunstancia de estos magníficos festejos cuyo desarrollo, por otra parte, está revistiendo una brillantez excepcional.
Nuestras avenidas lugares de esparcimiento, playas, etc. se ven de continuo superpoblados alcanzando un índice que rebasa todo optimismo. Por ello, el aspecto que ofrece en estas jornadas Alicante es sumamente atractivo y hasta espectacular.
Todos cuantos números se relacionan en el programa se ven asistidos de impresionantes masas de espectadores. Así la llegada ayer por la mañana del tren conmemorativo del primer centenario del ferrocarril; la ofrenda de flores a la Patrona y Alcaldesa de Alicante, Nuestra Señora del Remedio, que efectuaron en el curso de emotivo acto nuestra Reina del Fuego y demás bellezas que participan y tanto enaltecen estas fiestas; el reparto de premios a Hogueras y Barracas efectuado en el Ayuntamiento; el desfile folklórico de la provincia, que en esta ocasión estuvo a cargo de Villena, este magnífico pueblo nuestro que ayer se volcó espiritual y materialmente para ofrecerle a nuestra ciudad toda la galanura de sus tradicionales fiestas de Moros y Cristianos; los conciertos y constante y animada participación de las veintisiete bandas de música que bullen en nuestra ciudad durante estas gratas horas, la fabulosa "mascletá" que a las doce de la noche puso una detonante nota de alegría en todos los barrios alicantinos y la vistosísima traca luminosa que se quemó a la una de la madrugada en Benalúa, con la que, en definitiva, se cerraron los numerosos actos de esta espléndida víspera de San Juan, prometedora de un día memorable lleno de atractivos, como el que Alicante ofrece hoy a todos, a propios y extraños; a estos últimos, para entrañarlos más en su maravillosa forma de ser, sentir y aspirar.
ESPECTACULO SENSACIONAL
Puede asegurarse que Alicante jamás había presenciado un espectáculo tan vistoso y colorista como el que ayer tarde le proporcionó Villena al ofrecerle la galanura y empaque del desfile de sus Moros y Cristianos, en un trasplante de buena voluntad, de fraternal cordialidad, al que nuestra población correspondió volcándose materialmente a lo largo del itinerario señalado para el cortejo.
Fue, a la entrega, una respuesta total y absoluta que, sin duda marcará hito en la historia de las vinculaciones provinciales. Y comenzó a manifestarse desde el primer instante; justo desde el momento de la llegada del primer tren especial enviado desde Villena, a la primera hora de la tarde. La recepción al segundo rivalizó en entusiasmo. Fueron en resumen, dos convoyes de diecinueve unidades cada uno, los que transportaron a la capital a dos mil festeros villenenses, ataviados ya desde su punto de origen con los deslumbrantes ropajes que habían de lucir en su espectacular manifestación pública. Y algo más importante: en cada uno de los festeros que nos llegaban bullía ya, desde ese primer momento, un espíritu de entrega total admirable. Ello explica la vistosidad del desfile previo que realizaron desde la estación M.Z.A. por General Mola y Alfonso el Sabia hasta la Lonja donde, en definitiva, tenían su punto de arranque para, como sucedió después, deslumbrar a Alicante con una exhibición llena de belleza y buen gusto.
DIEZ MIL VILLENENSES EN NUESTRA CIUDAD
Resulta indescriptible en entusiasmo previo, tanto por parte de Villena como por la de Alicante, que se forjó en torno a esta participación tan directa y entrañable con las fiestas alicantinas de un pueblo de su provincia. Y el resultado inmediato se produjo en un impresionante desplazamiento de la población de Villena a su capital. Desde primeras horas de la mañana, caravanas de autocares que totalizaron un servicio de casi el centenar trajeron a Alicante a numerosos villeneros; por descontado, el traslado en coches particulares y por medio ferroviario tuvo, a su vez, gran importancia, calculándose en diez mil los vecinos de Villena que ayer llegaron a Alicante para participar directa o indirectamente en la brillantísima exhibición que se desarrolló por la tarde.
Pero, para presenciarla fueron en suma, unas sesenta mil personas las que se agolparon a lo largo de la carrera oficial, en una manifestación pública como jamás había registrado nuestra población en acto alguno.
ALICANTE, ANIMADISISMO
Desde varias horas antes a la anunciada para el comienzo del desfile, tanto las sillas dispuestas a lo largo de la carrera como las terrazas de los bares, aceras, balcones y miradores, se vieron materialmente invadidas de un público heterogéneo en el que se contaban numerosísimos extranjeros. Alicante, con motivo del singular acto que iba a desarrollarse en sus calles registró una animación inusitada que tuvo la fortuna de no experimentar defraude en ningún momento. Pocas veces, por no decir ninguna, hubo una correspondencia tan absoluta entre lo ofrecido y lo realizado, refiriéndonos a actos públicos se entiende. Y como resultante inmediata hemos de registrar los constantes aplausos y ovaciones que jalonaron el paso de las comparsas y carrozas a lo largo del recorrido que tenían señalado.
EL DESFILE
A la hora anunciada, y con la participación de sus correspondientes bandas de música, se inició la marcha de Moros y Cristianos. Abría brecha la comparsa de Moros Viejos, a la que seguían la de Moros Nuevos, Bando Marroquí, Moros Realistas, Nazaríes, Bereberes, Árabes, Piratas, Estudiantes, Marineros, Andaluces, Labradores, Almogávares y Cristianos, o sea, un total de catorce comparsas a las que individualmente, no se las puede tributar ningún elogio porque faltarían adjetivos; pero en común, en conjunto, se les ha de hacer justicia al renocerseles que han constituido el espectáculo más brillante que en plan festivo desfiló por las rúas alicantinas. Todas y cada una de estar cortas agrupaciones rivalizaron a más y mejor en el aspecto exhibicionista que les es consustancial arrancado de los espectadores inacabables aplausos. Y este clamor fue el que subrayó, constantemente, el paso de las magníficas carrozas, una por cada comparsa, que cerraron el deslumbrante desfile. En ellas, en cada carroza, Villena nos mostró su bellísima representación femenina que presidía en la última, como broche final del cortejo, la Regidora de las Fiestas de Villena, señorita Ana Catalán Ferris, y su corte de Honor.
Cuatro horas, en total, duró el espectacular desfile de los Moros y Cristianos por las calles de Alicante. Fueron cuatro horas de color vivo, caliente, que amalgamaron sentires. En definitiva, Villena y Alicante, ayer, en comunión festiva, se dieron un estrecho, estrechísimo abrazo.
Periódico cedido por... Avelina y Natalia García.
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