AMAR A LA VIRGEN ES GLORIA DE VILLENA
POR EL RVDO. D. GINES RODENAS ARCIPRESTE
ASI RESPIRA NUESTRA HISTORIA, LO DEMUESTRA NUESTRO INSTINTO MARIANO Y ES EL TESTIMONIO ININTERRUMPIDO DE GENERACION EN GENERACION.
Permitidme, estimados villenenses, "devotos de la Morenica", que os desglose brevemente el significado hondo de estas afirmaciones que encabezan el artículo y que son fruto de la observación curiosa de vuestra sincera devoción mariana ratificada cada día más en el quehacer ordinario de vuestro trabajo.
La historia nos habla de un amor singular de la ciudad ilustre de Villena a la Santísima Virgen de las Virtudes. Advocación sentida y venida providencialmente del cielo y generosamente aceptada por vosotros desde aquellos tiempos históricos del siglo XV y después de sentir la impotencia humana ante la espantosa peste que aquejaba a nuestra amada ciudad. ;Qué bien encajan aquí, una vez más, las palabras de exaltación dirigidas por los hijos de Israel, figura de nuestro pueblo cristiano, a la grande Judit, figura de la Santísima Virgen María!
"Tú eres la gloria de Jerusalén,
tú la alegría de Israel,
tú la honra de nuestro pueblo".
Pero no queda todo aquí. Villena, siguiendo la línea histórica, acentuó su amor a la Virgen mediante un solemne compromiso expresión viva de su talla mariana.
Fue en el día memorable del 25 de marzo de 1624. Habiendo venido procesionalmente al santuario como ya era costumbre, gran concurrencia de fieles, con el Concejo, Justicia y Regimiento de la ciudad, se hizo voto público, según consta en acta, a la Santísima Virgen, postrados ante la sagrada imagen de Nuestra Señora de las Virtudes "De defender, leer, predicar y enseñar que por los méritos de Jesucristo Nuestro Señor, Hijo Único de Dios y Vuestro, desde la eternidad previstos, fuisteis preservada, por singular privilegio, de la mancha del pecado original...".
Con esta actitud, la ciudad de Villena demuestra un agradecimiento a tantos favores recibidos de lo alto y especialmente descubre en ella misma una especie de instinto teológico mariano innato en lo más profundo de su ser cristiano.
Villena se adelantó así a nuestros pueblos; Villena se unió al común sentir de muchos otros; Vi-llena se hizo eco del común sentir español; Villena, me atrevo a decir, se adelantó a la misma definición dogmática que había de venir dos siglos después; Villena, en fin, puso su granito de arena en el empujón que dio el orbe católico para arrancar de labios del Papa Pío IX la definición solemne de la Inmaculada Concepción, no se puede decir con más palabras: Villena siente realmente el amor a María.
Y como corona de estas líneas sencillas en fondo y en forma, podemos decir que contamos con un testimonio constante de todos los villenenses a la Morenica, "Virgen de las Virtudes".
Unas veces lo demostramos en las tradicionales romerías al Santuario; otras cumpliendo nuestras promesas por los favores recibidos; el mes de mayo para Villena es mariano cien por cien, con sus actos de culto especiales en todas las iglesias de la ciudad.
Así llegamos a los días primeros del mes de septiembre en que tienen lugar nuestras fiestas de Moros y Cristianos, presididas en todo momento por la protección de la Santísima Virgen. En estos días no se da paso alguno, para un vecino de Vi-llena, sin contar con la invocación de María.
Procuremos, amadísimos hijos, que sean las virtudes de la Virgen las que dirijan siempre nuestras relaciones de hermanos entre sí y de amigos para con los que indudablemente nos van a visitar en estas fiestas.
Para terminar, postrémonos ante el trono de la Patrona y cantemos su grandeza y su poder viviendo en espíritu la letra del poeta galán:
"Corazón que ante tu planta no adore grandeza tanta muerto o podrido ha de estar; garganta que no te canta muda debiera quedar".
Extraído de la Revista Villena de 1968
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