Bienvenida…
“Hoy puede ser un gran día”. Estoy convencido. Con esta frase llena de optimismo y esperanza de una canción de Joan Manuel Serrat, quiero manifestar personalmente mi alegría. Aunque, sobre todo, me refiero al sentimiento común, colectivo y compartido de una Villena en positivo, que inauguramos todos juntos a partir de ahora.
Son tiempos de recuperar la ilusión y de desterrar el ilusionismo de la política. La Administración pública ha de gestionarse con transparencia y eficacia, sin trampa ni cartón, asumiendo que tenemos derecho a equivocarnos, por supuesto, pero sin pretender engañar a la ciudadanía.
La nueva legislatura nos brinda una etapa llena de necesarios cambios, de imprevistos que habrá que afrontar y de oportunidades que tendremos que saber aprovechar. Las casualidades no existen. Me niego a pensar que nuestras vidas dependen exclusivamente del azar caprichoso.
Las cosas no pasan, las cosas nos pasan. Y ahí reside la actitud consecuente y responsable con la que, en primera persona y de manera decidida, debemos superar las adversidades, intentar ofrecer soluciones y acometer el presente y el futuro, sin excusas.
La voluntad libre y democrática, expresada por los villeneros y las villeneras en las urnas el pasado 26 de mayo, ha determinado la constitución de la Corporación municipal, compuesta por una amplia mayoría de izquierdas. Sin embargo, hemos de dejar al margen el corporativismo sectario, poniéndonos al servicio del conjunto de la sociedad para defender el interés público y el bien común.
El poder de la palabra y del diálogo ha sido imprescindible para llegar a los necesarios acuerdos y, a pesar de las discrepancias iniciales, hemos entendido el mandato de la ciudadanía, que ha sido el de consensuar lealmente un programa de ciudad y un equipo de gobierno lo más estable posible para los próximos cuatro años.
En este acuerdo hemos respetand el pronunciamiento popular e interpretando los resultados conforme a la proporcionalidad de los ediles obtenidos en los comicios. Así pues, el equilibrio de fuerzas progresistas y la predisposición del Partido Verde y del Partido Socialista ha deparado, satisfactoriamente, mi elección como nuevo alcalde de Villena.
Quizá por mi condición de físico y profesor de matemáticas, tiendo a pensar, como Albert Einstein, que todo es relativo, tanto los éxitos como los fracasos. Sin duda, este es un acto de indudable solemnidad y simbolismo institucional, pero también de gran emoción para mí, mi familia y mis amigos porque, más allá de los cargos y las entidades jurídico-administrativas, están las personas.
Quiero mostrar, por tanto, mi gratitud, en primer lugar, a las villeneras y los villeneros que depositaron su confianza en el Partido Socialista, así como a aquellas personas que con toda legitimidad prefirieron a otras opciones políticas.
También quiero agradecer el apoyo y la confianza de mis compañeros y compañeras de Agrupación por proponerme, tras la celebración de primarias, como candidato a la Alcaldía.
Sin duda, el recuerdo más especial y entrañable es para mi familia, mis padres, mi mujer y mis hijas que sufren y soportan mis desvelos y preocupaciones a diario. Permitidme aquí romper el protocolo, introduciendo un chascarrillo humorístico en homenaje a los mecánicos como mi padre: Pepito, tú y yo sabemos que no todo ha ido sobre ruedas…
No me gustaría olvidar a mis amigos y compañeros y compañeras de trabajo, que me han dado ánimos… Y a la persona con la que, durante estos últimos años, he compartido conversaciones y caminatas por la huerta.
A partir de este momento soy el alcalde de todas y de todos, por eso trabajaré y trabajaremos al servicio de todos y de todas. Sinceramente, espero no defraudaros a lo largo de este mandato, a pesar de que no siempre acertaremos. Pido disculpas ya por ello de antemano.
Asimismo, deseo trasladar mi afectuosa consideración hacia los miembros de la Corporación saliente. En particular a quien hasta hace unos minutos me ha precedido en el desempeño de la Alcaldía, Francisco Javier Esquembre, así como a mis dos compañeras, Isabel Micó y Sandra Cuenca, que han desarrollado sus respectivos cargos con dedicación, buscando mejorar nuestro municipio.
Aprovecho mi intervención para desear ánimo y acierto a quienes van a ejercer la función de oposición. En múltiples ocasiones deberemos contar con la participación, experiencia y trabajo del Partido Popular y Ciudadanos para llegar a acuerdos sólidos que redunden en beneficio de Villena.
Estoy seguro de que ambos partidos contribuirán activamente a la fiscalización y control del Gobierno local, proponiendo medidas alternativas con espíritu constructivo. Cuento con vosotros y con los miles de villeneros y villeneros a los que dais voz.
Me comprometo a que las puertas de la Alcaldía estén abiertas permanentemente para atender y escuchar cuantas propuestas, sugerencias, reclamaciones y quejas tengan a bien hacerme llegar los miembros de la oposición, los representantes del tejido asociativo, así como cualquier particular.
Quienes por vocación nos dedicamos desde hace ya un tiempo a la política, ese discutible y necesario cometido, sabemos que ser alcalde o concejal es una actividad de riesgo, una dura tarea no siempre bien entendida que conlleva un riguroso y exigente escrutinio por parte de los vecinos y una excesiva exposición pública.
Pero somos conscientes de que también se trata de una labor muy gratificante. Desde nuestra posición privilegiada se puede comprobar la capacidad transformadora de nuestras decisiones.
No obstante, a pesar de la burocracia, la cercanía de la Administración local permite llevar a cabo la política de inspiración, aspiración y espiración.
Los políticos tenemos que inspirar confianza y debemos ser inspiradores para establecer complicidades y liderazgos, sin convertirnos en un lastre o un obstáculo. Los políticos aspiramos a cambiar las cosas, con la medida justa de utopía y pragmatismo, para mejorar la realidad y resolver los problemas cotidianos. Y, por último, los políticos hemos de trabajar intensamente para alentar e impulsar el progreso y la iniciativa de nuestra sociedad.
La Alcaldía de Villena entraña, entre otras muchas cosas, ostentar la responsabilidad de dirigir una ciudad con importantes retos y problemas que resolver. Si bien, también posee múltiples e interesantes potencialidades. Si sabemos entre todos y todas dar los pasos adecuados para aprovechar esas oportunidades que ya están sobre la mesa, y otras que van a surgir, podremos conseguir que Villena crezca económica y socialmente.
Como he hecho siempre, también en la Alcaldía, mis actuaciones van a estar marcadas por una relación fructífera y cercana con la ciudadanía, primando el respeto, el diálogo y la participación. Mi obligación, así como la de mi partido y la de este equipo de gobierno, es defender los intereses generales de mi ciudad, por encima de cualesquier otro.
Las políticas sociales van a ser una prioridad, como no puede ser de otro modo para un alcalde socialista. Villena es un municipio vivo, solidario, acogedor y dinámico. Por tanto, la solidaridad, la igualdad, la sostenibilidad y la inclusividad han de ser rasgos claramente identificativos.
Gozamos de un amplio y heterogéneo movimiento asociativo, muy superior al de otras poblaciones de nuestro entorno, incluso de más habitantes. Este es un verdadero tesoro que debemos conservar, proteger y fomentar, cooperando desde la Administración con los diversos colectivos sociosanitarios, deportivos, festeros, culturales, ambientales, empresariales, etc.
Opino que la Corporación al completo debe asumir los compromisos planteados durante la reciente campaña electoral. Evidentemente, estableciendo estrategias a largo plazo y prioridades a corto plazo, intentando llegar a acuerdos y consensuando las decisiones, no solo entre los grupos políticos que conforman la coorporación, sino también con los que no han conseguido ediles contando con el concurso de otros representantes de la sociedad civil.
Ningún barrio o pedanía se ha de sentir discriminado, los jóvenes han de ser protagonistas y las personas mayores han de ser agentes que participen en la vida de la ciudad.
El desarrollo y la prosperidad de un municipio no depende única y exclusivamente de la acción del Ayuntamiento. Existen otras Administraciones públicas que competencialmente también tienen una responsabilidad directa en el devenir del municipio.
Por tanto, y en este contexto, anuncio la voluntad clara de buscar una coordinación conjunta y constante con la Diputación Provincial, con la Generalitat Valenciana y con el Gobierno del Estado para conseguir hacer realidad los objetivos que los villeneros y las villeneras nos vamos a plantear en los próximos años en políticas sociales, empleo, infraestructuras o viviendas.
En 2012, durante el diagnóstico de la Estrategia Territorial de Villena + Innovación, que fue el origen del Foro Económico y Social, se realizaron decenas de encuestas a alumnos y alumnas de los institutos. El resultado fue desalentador: un 95% de los jóvenes afirmaba que Villena no les ofrecía oportunidades profesionales y vitales. Algo que como padre, profesor y político me entristece.
Unos de nuestros grandes objetivos ha de ser trabajar para que la mayoría de los jóvenes que quieren encontrar su futuro en Villena, tengan la posibilidad de hacerlo. Necesitamos que la ciudadanía villenense crea de nuevo en sus posibilidades como sociedad avanzada e innovadora.
Necesitamos recuperar nuestro amor propio como comunidad de convivencia que derrocha energía, creatividad y pasión en lo que hace.
Necesitamos como Ayuntamiento seguir liderando y facilitando el dinamismo asociativo, potenciando las expresiones culturales, a favor de la cohesión social y apoyando la cantera de emprendedores y creadores.
Todos y todas tenemos un gran reto por delante. Hemos de conseguir que Villena sea una ciudad atractiva para nuestros hijos e hijas y para otras personas que deseen convertirse en vecinos y vecinas, rompiendo así la tendencia de pérdida poblacional que se ha producido en estos últimos años.
Villena es una gran ciudad, cabecera de comarca, por la que circulan varias autovías y que también tiene, en su término municipal, dos estaciones, una de ellas de Alta Velocidad. Debemos de ser capaces de aprovechar esas oportunidades de empleabilidad que tanto el ferrocarril como el transporte por carretera nos ofrecen. Unas posibilidades que no hemos sido capaces de rentabilizar de una forma estratégica desde hace muchos años…
Villena también es una ciudad enfrentada a nuevos retos y problemas surgidos a lo largo de los últimos años y otros que vienen de lejos. La necesidad de disponer de una administración local moderna; adaptación de la estructura laboral del ayuntamiento a los nuevos tiempos; la búsqueda de una solución a la integración de las vías en la ciudad; un mayor apoyo al deporte, a la fiesta...que es diversión y cultura, así como a las asociaciones en general; una diversificación de la oferta cultural por barrios; una mejora de nuestros jardines y saneamiento público; la puesta en marcha del museo de la ciudad; desarrollar la primera fase de la ronda Sur Oeste; una apuesta clara por la industria, por la agricultura y por el sector comercial que son generadores de muchos puestos de trabajo; el mantenimiento del Santuario de las Virtudes, el Palacio Consistorial, la Casa de Cultura o el Polideportivo; la potenciación de la Biblioteca así como un centro cívico en la zona de la Paz…
Es importante, necesario y sensato que superemos las naturales diferencias partidistas para estar a la altura del trabajo que nuestros vecinos y vecinas nos han encomendado, centrando las miradas y los esfuerzos en el bien de Villena.
Por último, os confieso que, tras una larga trayectoria en la política local, después de muchos momentos intensos, buenos, malos y regulares, me ocurre algo que, supongo, le sucedería a cualquier vecino o vecina de nuestro municipio que estuviera en mi lugar.
Ahora entiendo lo que simboliza el bastón de mando que se suele entregar en este Pleno extraordinario de investidura. No se trata de blandir un instrumento que personifica la ostentación del poder municipal. En realidad, es el asidero en el que sujetarse cuando llegan los momentos de debilidad. Y es la palanca que, colocada en el punto de apoyo, sirve para mover el mundo y hacerlo progresar, tal y como afirmó Arquímedes. Desde hoy soy alcalde, pero sigo siendo físico. En política, como en la ciencia, hace falta paciencia y prudencia.
Muchas gracias
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