LA MÁS NOBLE ASPIRACIÓN. Por el Rvdo. D. José Sánchez
Director de las Escuelas Salesianas de María Auxiliadora
En un valle hermoso y fecundo.
En una histórica parcela de España, con su recio castillo testigo de mil grandezas, de nobles aspiraciones e incesante trabajo.
Junto al monte, sentada en él, como una reina, otea Villena el paisaje ameno de sus campos, su verdor y sus frutos... las nobles inquietudes de sus hijos, los pujantes anhelos de un vigoroso crecer en industria, cultura, patriotismo...
Alegrase, como una gran señora, de los múltiples retoños que despuntan en torno suyo. Surgen a impulso del riego fecundo de su trabajo y de su espíritu clarividente y previsor.
En la fronda densa de sus actividades destaca gallardo el proyecto de un Colegio de Primera y Segunda Enseñanza con sus alumnos internos y externos. Funciona la sección de externos. Se ha de construir el internado que le dé vida pujante y definitiva. Internado que haga posible, además de las Escuelas Elementales montadas a perfección, el sostenimiento de un gran centro de Segunda Enseñanza.
Lo quieren los villenenses para sus hijos.
Y lo van a conseguir.
Terminado está el proyecto.
La aspiración es unánime.
La conveniencia de empezarlo cuanto antes es decisiva. Entre otras ventajas, porque el gasto será menor.
Pues todos lo deseáis y lo pedís con urgencia y ofrecéis vuestra generosa colaboración, podremos empezando ahora, celebrar las Fiestas de Ntra. Sra. de las Virtudes de 1958, con el Colegio de María Auxiliadora terminado y a punto de emprender la luminosa carrera de estudio y formación.
Entre tanto se irán preparando alumnos en régimen externado.
La Congregación Salesiana, saturada del ambiente de la población, tiene su esperanza viva en esta realidad. Quiere contar, precisamente en Villena, porque se siente villenense desde el año diez y siete, con uno de sus buenos colegios de Primera y Segunda Enseñanza; como tantos otros de gloriosa trayectoria diseminados por el suelo español: Madrid, Barcelona, Salamanca, Santander, Sevilla, Utrera...
¡Cuántas ventajas y cuánto prestigio en favor de todas las instituciones y actividades de nuestra querida Ciudad!
¡Centro agrícola, de industria y de cultura!
Lo es y aun lo será más en corto plazo.
Será punto de convergencia de las miradas de tantos padres que vendrán a confiarle sus hijos.
Los lazos de unión y de amistades con pueblos y pueblos de la región le darán honor y frutos abundantes.
Villena hará el milagro porque lo desea.
Y el deseo pujante no descansa hasta conseguir la meta.
Todos en plan solidario: el esfuerzo será menor y el resultado grande.
Lo sé. Al querer, queremos de veras. Se trata de la herencia mejor que vamos a dar a nuestros hijos.
¡Qué importa un sacrificio! Más no existe para los padres cuando amasan para sus hijos una herencia bendita. El sacrificio es entonces alegría.
¡Todos a una!
Al llevar la iniciativa nuestras dignas Autoridades, sintiendo y amando en esto lo que el pueblo ama y les pide, vamos todos a responder, para hacerles, más que posible, fácil la empresa. La corona de triunfo y gratitud que pongamos en sus sienes será símbolo y trofeo en alabanza y gloria de todos los que con ellos triunfaron.
Ni perdamos de vista que, con la ya existente, queda reducida en gran parte, la obra nueva necesaria, para lograr un buen internado.
Promete de veras ser hermoso el Colegio, amplio, lleno de aire y de sol.
La nueva edificación cubrirá el norte del edificio. Abierto al sur, para recibir, el patio y dependencias, toda la gracia de Dios que el sol nos manda en invierno con sus calorías.
Más alegres los patios mejorará aún más su climatología, dadas las condiciones tan ventajosas en que han de quedar.
La oportuna calefacción central, en las estancias, hará más fecundo el trabajo de nuestra juventud estudiosa.
¡Es la hora!
¡La decisiva! Con respecto a su colegio estamos en un momento crucial de la historia de Villena; el que más brillo le dará arrancando desde este punto decisivo, con ánimo entero y operante.
Surgirá al Colegio.
Como en todas partes, responderá vibrante la juventud.
Descansarán jubilosos los padres, porque dieron a sus hijos la más bella herencia que pudieron desearles.
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