MI PLEGARIA ETERNA
Con motivo del XXV aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de las Virtudes.
Con motivo del XXV aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de las Virtudes.
El Camino de los "alamicos", tránsito del peregrinar villenense al Santuario de su Virgen.
Yo tengo un alma triste, yo tengo un alma inquieta que vive de recuerdos felices y románticos. Tú has sido quien ha hecho mi espíritu poeta y eres. Tú quien me inspira y hacia quien van mis cánticos. Te quiero, porque has sido la Imagen adorada que me habla de elevadas y puras emociones. Te quiero, porque hay algo tan grande en Tu mirada que es bálsamo que cura las grandes aflicciones
Ven, Musa, a mi encuentro y enciende la hoguera que inspire a mi númen la estrofa que envuelva tu acento más puro, la maga influencia del canto sonoro, la voz plañidera que sea como un rezo. ¡Mi plegaria eterna!
Mas soy un coplero que intenta infelices cantar a la Virgen con estrofas bellas y en vano consigo cantar a mi Reina, con notas sublimes de amor, un poema.
No importa. Ya sabes que llevo escondido Tu amor que es mi vida, Tu amor que es la esencia de un grato perfume, de santa belleza.
Tu amor es el grato perfume que siempre borra mis tristezas. De fijo en el mundo no habrá quien te quiera con un entusiasmo más hondo, que encierra todo el optimismo que Tú me inspiraste; toda una esperanza de mi dicha cierta; todo mi tesoro, Morenica mía; todo mi tesoro que eres Tú, ¡oh, Morena!
Tú sabes que solo mi espíritu alienta poniendo en mis versos la sonata eterna que un mundo de ensueños de su fondo lleva.
¡Virgencita mía, no te pido nada! Ya me das a raudales la dicha, la inefable gracia y el tesoro inmenso de un bien que no acaba. Pero he de decirte, ¡Madre idolatrada!, que iluminas mi senda y es cierto que nunca se apaga esa lucecita que llevo en el alma.
RICARDO MENOR
Extraído del Boletín Mensual de la Comisión para las Bodas de Plata de la Coronación Canónica de la Virgen de la Virtudes. número extraordinario – Villena, septiembre 1948
Cedido por… Elia Estevan.
Ven, Musa, a mi encuentro y enciende la hoguera que inspire a mi númen la estrofa que envuelva tu acento más puro, la maga influencia del canto sonoro, la voz plañidera que sea como un rezo. ¡Mi plegaria eterna!
Mas soy un coplero que intenta infelices cantar a la Virgen con estrofas bellas y en vano consigo cantar a mi Reina, con notas sublimes de amor, un poema.
No importa. Ya sabes que llevo escondido Tu amor que es mi vida, Tu amor que es la esencia de un grato perfume, de santa belleza.
Tu amor es el grato perfume que siempre borra mis tristezas. De fijo en el mundo no habrá quien te quiera con un entusiasmo más hondo, que encierra todo el optimismo que Tú me inspiraste; toda una esperanza de mi dicha cierta; todo mi tesoro, Morenica mía; todo mi tesoro que eres Tú, ¡oh, Morena!
Tú sabes que solo mi espíritu alienta poniendo en mis versos la sonata eterna que un mundo de ensueños de su fondo lleva.
¡Virgencita mía, no te pido nada! Ya me das a raudales la dicha, la inefable gracia y el tesoro inmenso de un bien que no acaba. Pero he de decirte, ¡Madre idolatrada!, que iluminas mi senda y es cierto que nunca se apaga esa lucecita que llevo en el alma.
RICARDO MENOR
Extraído del Boletín Mensual de la Comisión para las Bodas de Plata de la Coronación Canónica de la Virgen de la Virtudes. número extraordinario – Villena, septiembre 1948
Cedido por… Elia Estevan.
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