Con esta colección, el grupo Cronistas de la Junta Central de Fiestas de Villena nos hemos propuesto llevar a cabo una acción conjunta, consistente en poner en valor un objeto que atesoren nuestras comparsas o entidades, mediante un breve relato relacionado con el objeto o la propia historia de la pieza. De esta manera nos sumarnos a la promoción y desarrollo de la temática de este año “Turismo, museos y patrimonio festero”
Acervo festero: “Si me recuerdas, es que viviste en los 80”
Susana Maciá Ruiz – Cronista Comparsa Piratas
La Farola Pirata
Tengo ya mis años, pero aquí sigo. No como quisiera, pero todavía me conservan. Hace años jubilada, ya no ejerzo mi trabajo. Lo hace otra farola, pero como yo, ninguna otra. Ella es como las demás, hace su papel y ya está.
Nací con la comparsa, cuando la Guerra Civil terminaba. Fui creada porque los estatutos de fiestas así lo ordenaban.
Todas las comparsas tienen una farola que cada capitán porta abriendo el desfile de la Retreta. Nuestro origen es militar y de carácter informal. Procedemos del toque de corneta que al soldado alerta que el final de su jornada llega.
El militar muy contento, se iba a tabernas y casas de mal vivir; cuando tocaba retirada, la banda de música con su sargento y con un farol en mano a las calles salía para ellos recluir. De ahí mi raíz.
Mi creador, Agustín López Llacer, hermano de Joaquín, “El Pirata Mayor“. Moldeada con cartón mojado forma de calavera me dió, y para iluminar como un farol, creó luz a mi interior, causando un efecto luminoso por los huecos de mi boca y ojos.
Muchos años disfruté con mis piratas; con ellos era todo jolgorio y alegría como el día requería, pues la Retreta es un desfile de desfogue y de crítica de la sociedad del día a día.
En 1996 por vieja y enmendada deciden retirarme, y la nueva ni más altanera se pasea rimbombante. Es como las demás, de cristal y de metal. Sin duda como yo ninguna otra, exclusiva y peculiar.
Parece que no les doy mucha pena, sucia y arrumbada me tienen abandonada. Bajo el barco enganchada paso desapercibida. Soy un mito en la comparsa y si no es por su cronista, ni unas letras me dedican.
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