UNA COMEDIA VILLENENSE DEL SIGLO XVIII
Entre los papeles del presbítero D. Salvador Avellán, infatigable recopilador de noticias y datos locales, tuvimos la fortuna de tropezar con una curiosísima obra, impresa en Murcia por Nicolás Joseph. Villagordo en 1757, cuya existencia y contenido juzgamos interesante divulgar. Se trata de una comedia en dos partes, de tres jornadas cada una escrita por D. Rodrigo Gabaldón, Doctor en ambos Derechos y natural de la ciudad de Villena, que lleva por título LOS REFLEXOS ESCLARECIDOS DE EL SOL CORONADO DE ASTROS, MARIA DE LAS VIRTUDES, EN EL CENIT DE VILLENA. Fué publicada después de la muerte del autor por iniciativa de la cofradía de Esclavos de María Santísima de las Virtudes, y a ella pertenece el grabado de la Virgen que se reproduce al principio de este número.
La Fuente del Chopo,
escenario en que se desarrolla la acción de la comedia
En la primera parte, desarrolla Gabaldón la leyenda de la aparición de la Virgen en la Fuente del Chopo para aliviar a los villenenses de la terrible epidemia que asolaba la Ciudad, interpolando entre sus escenas un novelesco episodio que, resumido, es como sigue:
El padre de Leonor, dama madrileña, se opone al matrimonio de ésta con D. Félix de Toledo, y cuando Leonor se decide a abandonar la casa paterna para huir con D. Félix, Lucifer, que ha suplantado la personalidad del novio, se finge muerto. Leonor, desesperada, se refugia en casa de su prima Rosaura, hija de D. Federico, Gobernador de Villena.
En busca de su prometida, arriba D. Félix por estos parajes al tiempo que Rosaura, arrastrada por los desbocados caballos de su carroza, es precipitada en-las aguas de la Laguna. D. Félix la salva y Rosaura se enamora de su salvador, de quien solicita una entrevista por medio de Leonor, que ha de entregar al galán una joya en prenda. Turbada por la voz del mancebo, que cree reconocer en la obscuridad, Leonor se confunde, y entrega a D. Félix un retrato de éste que ella conservaba, en lugar de la joya de Rosaura. Después de algunas incidencias provocadas por el involuntario trueque se deshace el equívoco. D. Félix y Leonor se casan y Rosaura entra en un convento, no sin tener que vencer el despecho y las malas tentaciones de Lucifer.
Patio claustral del Santuario
En la segunda parte, enlaza el autor varios episodios felizmente resueltos por intercesión milagrosa de la Virgen de las Virtudes. Así, por ejemplo, la salva¬ción de Leonor después de haber sido atravesada por la espada de su esposo D. Félix, preso de un ataque de celos infundados; el regreso de éste por los aires dentro del arca en que lo tenía encerrado un moro argelino; el rescate de otro cautivo para que devolviera el honor robado a una inocente joven, y varios otros que omitimos en gracia a la brevedad.
Durante toda la obra, hace gala el autor de un lenguaje culto y pulido, sin excesivos barroquismos pese al conceptuoso título de la comedia. Utiliza en la métrica profusamente el romance octosílabo con variedad de asonancias, intercalando, cuando el asunto lo requiere, espineles, octavas reales, silvas y serles de redondillas. No faltan tampoco las coplas glosadas en décimas, ni aun las seguidillas de puro sabor popular en varias escenas con intervención de la música.
No nos resistimos a transcribir unas bellísimas estancias de la segunda parte con las que D. Félix ilustra al recién llegado Prior del Convento sobre las excelencias de Villena y los milagros llevados a cabo por la Virgen de las Virtudes. Dicen así:
Villena, cuyos altos Torreones
quanto acredita antiguos sus Blasones,
a sus triunfos Pirámides erige;
Valles la ilustran, Páramos dirige;
adórnanla estos montes
que, atalayas de estraños Orizontes,
registran, en lo altivos y encumbrados,
de este Reyno los climas dilatados;
siendo en triunfos, que arguye su eminencia,
de su mayor blasón la consequencia;
sin que se pueda hallar con complemento
más virtud, más Nobleza, más aliento.
Fué Ilustrísima Villa
del timbre de Aragón y su Corona,
que tantos Héroes altos empadrona
quantos oy hazañosos aquadrilla.
Oy ya Ciudad se nombra de Castilla;
privilegio alcanzado
porque, viendo a su Rey muy apremiado
de Africanas y Bárbaras Naciones,
socorrió con valientes esquadrones;
a cuya valerosa diligencia
del Moro se venció la resistencia,
ganando de Villena para glorias
más batallas, más triunfos, más victorias.
Del Marqués de Villena
fué Patrimonio noble hereditario,
mas, por un desacierto temerario,
el Rey de su dominio la enagena
y a su regia Corona la encadena,
logrando su entereza
con tan felice Dueño más nobleza,
pues tanto con blasones la engrandece
quanto con privilegios la ennoblece,
sí la Fama elogiándola pregona
en su mayor blasón mayor corona;
logrando con plausible magisterio
más Trono, más Grandeza, más Imperio.
***
Terraza de acceso al Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes
Prosigue D. Félix narrando cada uno de los milagros de la Virgen en sonoras estrofas terminadas siempre con el «ritornello» de las ya transcritas, variado con gran habilidad y sentido poético.
No sabemos todavía la difusión que esta preciosa comedia pudo alcanzar en su tiempo niel número de ejemplares que de ella se conservan en las bibliotecas públicas o particulares. Pero, sea de ello lo que fuere, interesaría sobremanera la reimpresión de esta obra no solamente a los villenenses, sino a los amantes de las letras en general.
Brindamos la idea a los cultos componentes de la Asociación de la Virgen, continuadores de la Cofradía que tan acertadamente se interesó en su tiempo por la publicación de esta joya literaria.
J. M.ª SOLER
Colofón de la Comedia
Extraído de la Revista Villena de 1953
Cedido por... Avelina y Natalia García
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