Al día de hoy, nos puede parecer extraña la foto que acompaña este texto, pero puedo asegurarle que a mediados de 1960 no tenía nada de especial.
Se trata de una casa-cueva de las inmediaciones del Castillo de la Atalaya. Las viviendas estaban materialmente construidas en la roca y era la fachada y la chimenea lo que realmente daba a la calle. En la actualidad no queda en pie, casi ninguna pues todos los vecinos se trasladaron al Barrio de San Francisco, construido a tal efecto con el nombre de Poblado de Absorción.
La fotografía nos muestra la vida a diario de unos vecinos, tres en total en plena labor, una lavando y las otras dos de “charreta”, mientras la niña se entretiene jugando ajena a cualquier acontecimiento.
El perro, un galgo de fina estampa, parece posar como sabiendo que es un recuerdo para la posteridad.
La imagen es una postal para el recuerdo y retrato de la vida de generaciones pasadas.
Casa-cueva en las inmediaciones del Castillo.
Las niñas Pepi Beltrán Milán y Paqui, en la pila de lavar Lucia y la señora de pie Francisca
Foto cedida por... Miguel Flor Amat - fecha sin confirmar años 60
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