1991 A LOS CABOS... por Mª JOSÉ VALIENTE VICENTE

El cabo de escuadra es una figura dotada de un carisma especial que le permite conseguir algo tan difícil como es transmitir al público lo que es y siente la comparsa a la que representa. Es aquél que relaciona e implica directamente a los observadores con el conjunto del desfile, siendo capaz de arrancar una sonrisa de respeto y aprobación ante el ofrecimiento de las escuadras y teniendo que luchar en ocasiones con la pasividad de éstos que desde sus asientos deben vencer la inercia de su estática para romper en aplausos. Participa asimismo de la función organizadora, teniendo a su cargo la responsabilidad sobre el orden en los desfiles.

Cabo... Joaquín Cortés Martínez

El cabo es consciente de la fascinación que para los que no lo son, festeros y espectadores, supone el reunir una serie de características que le llevan a ocupar su lugar como tal:
• Elegancia. Confianza en sí mismo en base a la delicadeza y distinción en el porte, la vestimenta y los modales.
• Seguridad. Confianza en sí mismo y en su capacidad para desempeñar este papel no exenta de un cierto narcisismo.
• Apreciación musical. Facilidad para dejarse envolver e inspirar por la música.
• Estilo. Modo de hacer y expresar cuanto siente ante ese cúmulo de componentes a través del movimiento controlado de la gumía o la espada.
• Originalidad. Fundamental, pues no existe una forma dada, un «se hace así», un cabo no puede ser nunca una persona que estudia las formas o movimientos de otras para saber cómo se interpreta, es algo tan particular que cuando desfila nadie debe decir «este cabo lo hace como...».

La Comparsa de Moros Realistas, introductora de la Marcha Mora en los desfiles, ha tenido siempre su peculiar forma de desfilar, dotada de cierta marcialidad en un discurrir perfectamente formado, dejando llevar las piernas por un paso largo y firme siempre hacia adelante. En ella los cabos, cadá uno con sus características particulares, son responsables de conseguir que los bloques desfilen siempre compactos y acompasados, que la comparsa sea ejemplo de puntualidad eliminando distancias mayores a las establecidas, conectando con los observadores y ofreciendo en sí el espectáculo que supone verles pasar.
La comparsa se siente también orgullosa del colectivo de cabos infantiles que tan hondo recibe este legado plasmándolo en especial en el Desfile de la Esperanza, realizando una labor ampliamente reconocida. A ellos y a todos los cabos de Villena la más sincera enhorabuena.
M.ª José Valiente Vicente
Cronista Moros Realistas*
Extraído de la revista 10 aniversario de los Cabos de Villena de 1991