RATAPLÁN
Suplemento correspondiente a la publicación editada por la Comisión Organizadora de los Festejos conmemorativos del Centenario del maestro Chapí. Los artículos que se insertan han sido escritos por sus autores especialmente para este extraordinario.
FINAL
FINAL
En esta nuestra última salida a la luz pública nos acompaña más que nunca el legítimo orgullo de ser villenenses; de haber nacido en esta bendita Ciudad cuyo nombre resuena todavía por los aires del mundo después de haber alcanzado las más altas cimas de su historia colectiva.
Sabíamos de cierto que nuestros reiterados llamamientos a la colaboración ciudadana no serían desoídos, que la espiritualidad de nuestro pueblo se manifestaría incontenible, como habrá de suceder siempre que se pulsen sus resortes de nobleza. Pero nunca pudimos sospechar que la unanimidad fuese tan absoluta. El día 27 de marzo de 1951 quedará para siempre grabado con cifra de oro en los anales de esta vieja Ciudad, gracias, sobre todo, a la fervorosa presencia y al cálido entusiasmo de esa masa amorfa que llamamos "pueblo" y que ha sido, sin disputa, el verdadero actor en esta memorable fecha.
Como expresión de nuestro reconocimiento, sólo se nos ocurre dar salida al grito que pugna por salir de nuestras gargantas: ¡Viva Villena!
LOS ACTOS DEL DIA 27
Llegada de forasteros
Las Pascuas de Resurrección, que con tanta algazara se celebran en nuestra Ciudad adelantaron la llegada de los numerosísimos villenenses residentes en los más alejados rincones de España, y que no quisieron hallarse ausentes en esta única ocasión. Su presencia traía a nuestra memoria los clásicos días de las Fiestas de la Virgen.
El sábado, día 24, y en el rápido de Madrid, llegaron, procedentes de la capital de España, D.ª Purificación y D. José Chapí, hijos ambos del Maestro, así como las nietas de éste D.ª María Luisa y la Srta. Ana María, en representación de su madre D.ª Margarita, a quien su delicado estado de salud le impidió desplazarse. Acompañaba también a D. José su distinguida esposa. Todos ellos, como invitados de honor del Ayuntamiento de Villena, fueron recibidos en la estación por varios miembros de la comisión organizadora de los festejos, presididos por el alcalde D. José Rocher, quien obsequió a las damas con sendos ramos de flores.
Dos días después, llegó de Valencia D. Emilio Chapí, el mayor de los hijos del compositor. Con él había de quedar casi completa la representación familiar en los actos conmemorativos.
Las autoridades oyen la misa en Santa María.
El lunes por la noche, un automóvil procedente de Madrid dejó en nuestra Ciudad a D. Jacinto Guerrero, el ilustre compositor y actual Presidente de la Sociedad General de Autores de España, fundación de nuestro glorioso paisano, y al aplaudido comediógrafo D. José Ramos Martín, hijo del inseparable colaborador de Chapí D. Miguel Ramos Carrión.
La misa en Santa María.
Llegada de las Autoridades provinciales
El día 27 amaneció un día claro y tibio, verdadero regalo de la Primavera levantina. Todas las casas de la Ciudad, que ostentaban en sus balcones vistosas colgaduras, fueron abandonadas por sus moradores, ansiosos de gozar del encantador ambiente y de contribuir con su presencia al esplendor de los actos. En todos los centros oficiales ondeaba orgullosa la enseña nacional.
Desde las primeras horas de la mañana, las bandas de música de Biar, Benejama, Campo de Mirra, Cañada y Sax, pueblos todos pertenecientes al partido judicial de Villena, recorrían las calles de la población animando al vecindario con alegres pasodobles del Maestro.
A las 10 en punto, hizo su entrada en la Ciudad el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento Excmo. Sr. D. Jesús Aramburu Olaran, acompañado del presidente de la Diputación Provincial de Alicante D. Artemio Payá Rico; del vicepresidente de la misma Sr. Roca de Togores; del alcalde de Alicante Sr. Alberola; del coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante señor Pérez Lázaro, y del comandante del mismo Cuerpo Sr. Teresa.
Oficialmente recibidos por las Autoridades locales, se dirigieron inmediatamente a la iglesia de Santa María, en la que Chapí fue bautizado, para asistir a una misa que ofició el arcipreste de Santiago D. Juan Mañas, y que fue cantada por la "Achola Cantora Santa Cecilia'', del Colegio Salesiano, la cual interpretó, acompañada por la orquesta, y bajo la dirección del maestro Carrascosa la misa a tres voces mixtas "Santísimo Sacramento", n.° 2, de Ribera. El Sr. Gobernador Civil y demás Autoridades ocuparon en el presbiterio el lado del Evangelio mientras que la familia del maestro y la representación de los autores el de la Epístola.
La asistencia del público desbordó la capacidad del templo y ocupó la vía de acceso a su entrada principal, que ofrecía un aspecto animadísimo.
La familia de Chapí, a la salida del templo de Santa María
Una vez acabada la misa, las Autoridades e invitados se dirigieron al edificio de las Casas Consistoriales, en cuyo Salón de Actos, sobriamente adornado con sedas artísticamente combinadas para formar la bandera alicantina, se hallaba instalada esta Exposición, organizada por el entusiasta pintor D. Antonio Cernuda, director de los Estudios de Artes Plásticas de esta Ciudad, eficazmente ayudado por el artista local Pedro Ferris. En lugar de honor figuraba un retrato al óleo de Chapí, ejecutado por nuestro paisano Luis García Ferris.
Figuraban en la Exposición obras de los pintores Cía., Clavero, Díaz, Gálvez, García Ferris, Jareo, Martínez Llobregat, Parrilla, Pérez Gil, Pobeda, Redes, Rodríguez San Clemente y Solbes, además de las del citado Cernuda. Los escultores estaban representados por Navarro Santafé y Soler, y los dibujantes por Sánchez Pardo.
Pudieron también admirarse en la Exposición el dibujo original de Chapí que reprodujimos en el número 6 de RATAPLAN, así como varias cartas autógrafas del Maestro.
Amplio éxito de público obtuvo esta espléndida manifestación del arte provincial, elogiada sin reservas por sus numerosos visitantes.
El concierto popular en el Teatro
Después de inaugurada la Exposición, las Autoridades e invitados se dirigieron al Teatro Chapí para escuchar el concierto-homenaje en honor del gran músico.
Difícilmente podrán olvidar este acto quienes tuvieron la fortuna de presenciarlo. Desde mucho antes de la hora anunciada, había invadido el público, no sólo las localidades del amplio edificio, sino todos los lugares disponibles. Nosotros vimos al maestro Guerrero abrirse paso penosamente a través de los pasillos para poder alcanzar un puesto en el escenario, abarrotado también de gente que seguía llegando no sabemos por dónde. Sobrecogía el ánimo contemplar aquella multitud, que hubiera podido cuadruplicarse si la capacidad del teatro lo hubiese permitido. Las Autoridades provinciales y locales, los hijos y nietos del autor de "La Bruja", varios periodistas madrileños y alicantinos y algunos miembros de la Comisión se hallaban aposentados en lugares preferentes.
Carroza de «La Bruja»
A las doce en punto, y en medio de un imponente silencio de toda aquella apretujada muchedumbre, la Banda Municipal de Villena, bajo la experta batuta del maestro Carrascosa, inició el festival con la perfecta ejecución del pasodoble "La Corrida de Beneficencia", al que siguieron una fantasía de "La Carina" y el capricho sinfónico titulado "Sueños de Primavera", escrito expresamente para este acto por el joven compositor villenense Luis Hernández Navarro, a quien el Ayuntamiento acaba de otorgar la beca "Ruperto Chapí" para estudios superiores de música, creada en homenaje al glorioso autor de "La Tempestad". No es aventurado vaticinar un porvenir brillantísimo a este joven y modesto émulo del Maestro homenajeado. Luis Hernández hubo de salir al escenario para recoger la clamorosa ovación con que el público acogió la interesante muestra de su talento musical.
Tras unos breves minutos de descanso, comenzó su actuación la Banda Municipal de Alicante, cedida para este acto por el Ayuntamiento de la capital, que quiso también sumarse al homenaje. A las órdenes de su director titular D. Carlos Cismen, quien ha sabido colocarla en el envidiable lugar en que se encuentra con respecto a sus similares de España, ejecutó con precisión absoluta una fantasía de "La venta de D. Quijote"; el concertante final del segundo acto de "La Tempestad'. y las "carceleras" de "Las Hijas de Cebedero", triunfo personal del trompeta solista Sr. Gallardo. Todas ellas fueron recibidas con nutridos aplausos, que se transformaron en cerrada ovación cuando el maestro Cismen ofreció la batuta a D. Jacinto Guerrero, invitándole a dirigir el preludio de "La Revoltosa". Transcribimos a continuación un párrafo del periodista D. José Rico de Estas en, presente en el acto: "Nadie que no haya nacido en Villena podrá explicarse la emoción del público en aquellos momentos. Durante la interpretación de tan maravilloso pasaje musical, la emoción pareció fundir en una sola el alma de todos los asistentes Había un silencio religioso, imponente, que no interrumpieron ni un suspiro ni una tos. Imponía verdadero respeto aquella multitud sumida en auténticos efluvios musicales, que, cuando el maravilloso "Preludio" terminó, prorrumpió en aplausos frenéticos, en vivas entusiastas, cual si lo hubiese escuchado por primera vez."
El maestro Guerrero, cuya cordialidad y simpatía habían prendido en el público, recogió la ovación tremolando la partitura inmortal y dirigió después la palabra al emocionado auditorio para ensalzar a "la única población española que había honrado al glorioso Maestro en la fecha exacta de su Centenario". Sus palabras llenas de generosidad para cuantos de algún modo habían intervenido en la preparación y desarrollo de estos actos, así como para el pueblo que de tal manera sabía honrar a un hijo ilustre, fueron interrumpidas por los aplausos del público en numerosas ocasiones.
Diversos personajes de «La Venta de D. Quijote»
Después del memorable Concierto, las Autoridades e invitados fueron obsequiados con un banquete en el salón de fiestas del Círculo Villenense, desde cuyos balcones presenciaron la Cabalgata conmemorativa.
A las cuatro y media de la tarde, inició el desfile el grupo de gimnastas del Colegio Salesiano, precedido de su banda de cornetas y tambores. Seguía después la Banda Municipal de Villena, con su director Carrascosa al frente. La bandera de nuestra laureada agrupación musical iba escoltada por dos parejas de «villeneros», ricamente ataviados a la manera tradicional, que fueron acogidas con cariñosas ovaciones del numerosísimo público que se agolpaba a ambos lados del trayecto. Desfiló a continuación la Banda Municipal de Alicante dirigida por don Carlos Cosmén, y luego lo hicieron los demás elementos de la Cabalgata por este orden: comparsa de andaluces de «El Puñao de Rosas», con un grupo de caballistas portadores de guapas muchachas a la grupa de sus cabalgaduras; banda de Benejama; carroza de «Guardia de Honor»; banda de La Cañada; comparsa de «El Tambor de Granaderos»; banda de Sax; carroza de «La Bruja»; banda de Biar; comparsa de «El Rey que rabió»; comparsa de «La Czarina»; comparsa de «Barquillero»; comparsa de «La Revoltosa»; carroza de «La venta de D. Quijote», y banda de Campo de Mirra, que cerraba el desfile. Muchos otros personajes sueltos de las obras de Chapí se integraban entre los grupos citados. El orden, el colorido, la vistosidad del conjunto, despertaron el entusiasmo de los espectadores, que aplaudían enardecidos al paso de cada uno de los grupos. Hay que subrayar no obstante, que el mayor éxito correspondió a las parejas de «Felipes» y «Mari-Pepas», así como a los encantadores doctorcillos de «El Rey que rabió». Las carrozas fueron proyectadas y dirigidas por el prestigioso decorador D. Antonio Estevan Arocas, y de todas ellas merece destacarse la de «La venta de D. Quijote», admirable de concepción dentro de la sencillez de sus elementos. Esta carroza iba ocupada por alumnos de ambos sexos de la «Academia Joaquín Mª López».
D. José Rocher dirige al público emocionantes palabras
El desfile se inició en las afueras de La Losilla; continuó por las calles Nueva, Generalísimo Carroza de "Guardia de Honor" y Puerta de Almansa, para finalizar en el Paseo de Chapí frente al monumento tan admirablemente ejecutado por nuestro paisano Navarro Santafé.
Una tribuna erigida frente al lateral izquierdo del monumento, adornado con un enorme circo de laurel y flanqueado de esbeltas columnas, acogió a las Autoridades provinciales y locales, a la representación de la Sociedad General de Autores de España y a la familia del Maestro, todos los cuales llegaron precedidos de un encantador grupo de muchachas ataviadas a la usanza típica de la localidad y de la capital de la provincia.
Después de un pasodoble a cargo de la Banda Municipal de Alicante, tomó la palabra D. Jacinto Guerrero, quien, después de unas frases de elogio para lo Ciudad, hizo la presentación de D. José Ramos Martín, aplaudido autor teatral e hijo de D. Miguel Ramos Carrión, el insigne colaborador literario de Chapí en tantas obras de imperecedero recuerdo. El Sr. Ramos Martín recitó magníficamente una composición de su llorado padre.
Habló a continuación el alcalde de Villena D. José Rocher, quien, con emocionadas palabras, agradeció la presencia de tan altas personalidades y la colaboración del pueblo, de la que se sentía verdaderamente orgulloso. Sus brillantes palabras fueron recibidas con una vibrante salva de aplausos por el numerosísimo público que llenaba por completo el amplio jardín, así como las ventanas, balcones y azoteas de todas las casas colindantes.
Seguidamente, los niños de las escuelas interpretaron el «Himno a Villena» que en otro lugar de este número se publica, y a continuación, ascendió al monumento. el Gobernador Civil y depositó un ramo de flores a los pies del Maestro. Repitió la ofrenda el alcalde de Villena, y luego lo hicieron las muchachas «alicantinas» y «viIleneras» y las dos nietas de Chapí.
Carroza de "Guardia de Honor"
"La venta de D. Quijote"
Con ello dio fin el emocionante acto y se dispersó la multitud para invadir todos los lugares céntricos de la población.
Poco antes de las nueve menos cuarto de la noche, se dirigieron de nuevo las Autoridades a la plaza de Calvo Sotelo, en un rincón de la cual se levanta la casa donde Chapí vio la luz del mundo.
Luminosos cohetes anuncian la hora del nacimiento del músico insigne, y, mientras la Banda Municipal (unza al viento los inmarcesibles compases finales del preludio de «La Revoltosa», una niña, alzada por el Gobernador Civil, descubre la lápida conmemorativa de este primer Centenario, cuya leyenda reza así: «Villena a su ilustre hijo el compositor D. Ruperto Chapí Lorente en el primer centenario de su nacimiento. XXVII-III-MCMLI».
El disparo de una traca pone punto final a los actos de este día, por todos conceptos memorable en los fastos de esta vieja Ciudad, que ha sabido glorificar debidamente lo memoria de uno de sus hijos más preclaros.
D. Jacinto Guerrero hace la presentación de D. José Ramos fortín
Para ser fieles a la verdad, digamos, ante todo, que las representaciones teatrales no respondieron a la expectación con que eran aguardadas. Lógica consecuencia de haber puesto su organización en manos de agentes profesionales, incomprensiblemente ajenos al entusiasmo colectivo de una ciudad, nunca como en este caso «alegre y confiada».
Más se acusaron todavía la parquedad de ensayos y la mediocridad del conjunto en «El Rey que rabió», cuya plúmbea pesadez no pudieron aliviar ni la «puesta en escena», relativamente cuidada y hasta lujosa en algún momento, ni la discreta actuación de las tiples Pilarín Roig y Elenita Martí.
Difícilmente podía levantarse el ambiente de desilusión que la representación de estas obras produjo. Y, sin embargo, pudo lograrse con una «Bruja» que, sin llegar a la perfección, difícil de obtener en obras de esta envergadura, alcanzó una altura dignísima, sobre todo en el fi-nal del primer acto, que el público, entusiasmado, obligó a repetir. La soprano Lily Berchsman triunfó plenamente, así como el tenor Esteban Leoz, pese al escaso volumen de su bien timbrada voz. No olvidemos tampoco a la tiple Nieves Alba, quien cantó primorosamente el «romance» del primer acto.
Muy estimable fue también la versión de esa joya musical que se llama «La venta de D. Quijote», en la que el gran barítono Antonio Medio, que sustituyó a Chano Gonzalo, lució sus espléndidas facultades de cantante y sus magníficas condiciones de actor dramático.
En cuanto a «La Tempestad», se mantuvo en un discreto término medio. Lacárcel Palomares hizo un «Simón» algo más que aceptable y hubo de repetir, ante los aplausos del público, la conocidísima romanza. El tenor Elio Guzmán y las tiples Elena Martí y Nieves Alba completaron un cuarteto, si no de excesiva altura por lo menos de gran dignidad.
Párrafo aparte merecen las malhadadas «Acuarelas Chapinianas» y la desdichada intervención de su director Montó Serrano, quien a punto estuvo de provocar un incidente que la discreción y excesiva benevolencia del público supieron evitar. Del naufragio de este engendro salvemos únicamente la actuación individual de algunos de los artistas ya citados y, muy especialmente, la de Lily Berchmans y Esteban Leoz en el cuadro final del tercer acto de «Margarita la Tornera».
En resumen: una espléndida orquesta, pocas veces oída en espectáculos de esta naturaleza, a la que faltó únicamente la batuta digna del conjunto, ya que el maestro Izquierdo, aquejado de grave dolencia, tampoco pudo desplazarse de su habitual residencia, y tres o cuatro figuras de indudable calidad. El resto pudo haberlo mejorado cualquier mediana compañía de simples aficionados. Mezquino balance, en verdad, que, cuidadosamente analizado, pone de relieve varias de las lacras que corroen actualmente el teatro lírico nacional. Potentísimas grúas serán precisas para levantarlo de la postración en que se halla.
Un aspecto del "Parterre'
Durante varios meses ha vibrado de entusiasmo la cuna de Chapí rememorando a su hijo predilecto, vibración que se ha transmitido a toda España, y aun ha seguido su ruta a través de los amplios mares. Una voz íntima nos dice: «Habéis cumplido con vuestro deber». Y estas sencillas palabras nos llenan de dulce satisfacción.
Información gráfica de RODES
Extraído de la Revista Villena de 1951
Extraído de la Revista Villena de 1951
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