7 septiembre 2011. Plaza de Toros de Villena, se colgó el cartel de no hay billetes.
David Fandila “El Fandi”, de verde manzana y oro: Estocada, dos orejas. Media trasera, dos orejas.
Francisco Rivera Ordóñez “Paquirri”, de azul pavo y oro: Siete pinchazos y estocada, ovación. Estocada muy trasera y descabello, dos orejas y rabo.
Vicente Barrera, de blanco y azabache: Estocada y dos descabellos, oreja. Pinchazo sin soltar y estocada, dos orejas.
Los tres salieron a hombros por la puerta grande.
El festejo fue presidido por Juan Richart y el festejo comenzó con un ligero retraso después de que la Sociedad Musical Ruperto Chapí interpretase el pasodoble La Entrada.
A continuación, se inició el paseíllo con los tres matadores desmonterados como señal de respeto al público en sus sendas primeras actuaciones en esta plaza. En el caso del maestro Vicente Barrera también era su despedida de la afición villenense en una corrida que se ha convertido en un símbolo de concordia.
El torero valenciano y su cuadrilla se alojaron en Los Narejos –la finca de mi suegro- donde tomé la foto de los picadores camino de la Plaza. Cuando salió el maestro su rostro mostraba la preocupación y la responsabilidad que sentía el diestro, por lo que preferí respetar ese momento de intimidad y dejar la cámara en la funda.
Información cedida por... José Luis Barrachina http://susarte.net/El festejo fue presidido por Juan Richart y el festejo comenzó con un ligero retraso después de que la Sociedad Musical Ruperto Chapí interpretase el pasodoble La Entrada.
A continuación, se inició el paseíllo con los tres matadores desmonterados como señal de respeto al público en sus sendas primeras actuaciones en esta plaza. En el caso del maestro Vicente Barrera también era su despedida de la afición villenense en una corrida que se ha convertido en un símbolo de concordia.
El torero valenciano y su cuadrilla se alojaron en Los Narejos –la finca de mi suegro- donde tomé la foto de los picadores camino de la Plaza. Cuando salió el maestro su rostro mostraba la preocupación y la responsabilidad que sentía el diestro, por lo que preferí respetar ese momento de intimidad y dejar la cámara en la funda.
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