El Zorro - TIPOS POPULARES
Otro tipo popular en Villena fue Francisco Sánchez Ortín, «el Zorro». Había nacido en 1909, y desde temprana edad acostumbraba a encaramarse en los topes de los trenes, costumbre que tuvo la infortunada consecuencia de que cayó de uno de ellos y el tren le amputó el pie derecho. Ello supuso que tuvo que sufrir hasta tres operaciones sucesivas, que fueron mermando su pierna hasta dejarla reducida por encima de la rodilla.
Cojo, con una de aquellas piernas de madera que eran solamente un zanco sujeto con unas correas de cuero, vivió a salto de mata, usando de diversos trucos para salir adelante. Se dice, por un familiar, que aun con esta deficiencia incluso saltaba la acequia del Rey. Marín lo describe yendo de un lado a otro, desplazándose a las poblaciones cercanas, desde una de las cuales hizo que llegara a sus familiares la noticia de su muerte «para ver si le querían y le guardaban luto», dijo a sus deudos cuando se descubrió la superchería. Se dice que la guerra civil le sorprendió en Palma de Mallorca, donde trabajaba de empleado municipal, se ignora en qué concreto cometido. Allí fue encarcelado y se cuenta que fusilado en los inicios de la contienda, junto a otros compañeros de prisión.
Otro tipo popular en Villena fue Francisco Sánchez Ortín, «el Zorro». Había nacido en 1909, y desde temprana edad acostumbraba a encaramarse en los topes de los trenes, costumbre que tuvo la infortunada consecuencia de que cayó de uno de ellos y el tren le amputó el pie derecho. Ello supuso que tuvo que sufrir hasta tres operaciones sucesivas, que fueron mermando su pierna hasta dejarla reducida por encima de la rodilla.
Cojo, con una de aquellas piernas de madera que eran solamente un zanco sujeto con unas correas de cuero, vivió a salto de mata, usando de diversos trucos para salir adelante. Se dice, por un familiar, que aun con esta deficiencia incluso saltaba la acequia del Rey. Marín lo describe yendo de un lado a otro, desplazándose a las poblaciones cercanas, desde una de las cuales hizo que llegara a sus familiares la noticia de su muerte «para ver si le querían y le guardaban luto», dijo a sus deudos cuando se descubrió la superchería. Se dice que la guerra civil le sorprendió en Palma de Mallorca, donde trabajaba de empleado municipal, se ignora en qué concreto cometido. Allí fue encarcelado y se cuenta que fusilado en los inicios de la contienda, junto a otros compañeros de prisión.
EL ZORRO
Este pintoresco personaje, tiene
más que sangre, azogue. No para... va y viene
de un lado a otro lado. Ya sale; ya entra;
y su pata de palo en todos los sitios se encuentra.
Es más vivo que el aire. Sus ojosson dos ascuas. Dos carbones rojos...
Es violento; es procaz; es airado.
Sus pupilas, ardientes y fijas,
al que miran, lo dejan como hipnotizado;
y su cuerpo parece formado
con los rabos de cien lagartijas...
Son sus músculos de goma y de acero.
A un tiempo tan fuertes y elásticos son,
que en un campeonato reciente, fue el Zorro el primero
que llegó a la meta. ¡Él fue el campeón!...
El Zorro es heroico.
Cuando el cirujano le amputó una pierna siendo muy chiquito;
con la fortaleza glacial de un estoico,
no exhaló ni una queja ni un grito.
Y otra vez; y otra vez; ¡por tres veces!
le volvieron la pierna a amputar
sin que él se inmutara. ¡Tales pequeñeces
el Zorro las sabe sufrir sin chistar!...
Cuanto más le fustiga la suerte
y es más el poder del terrible adversario;
con más ánimo afronta la muerte
y es más esforzado y es más temerario...
Cuanto más en su carne va hincándose el clavo
del dolor; más se crece el amigo...
Como el toro bravo
se crece al sentir el castigo...
La cojera le impidió ser soldado.
Más si hubiera un fusil empuñado,
al lanzarse a la lucha enconada,
héroe o mártir, hubiera de fijo logrado
o la muerte o la cruz laureada...
En los tiempos pasados ¿quién sabe si hubiera alcanzado la hazaña
gloriosa y entonces, quimérica,
de descubrir con Colón, para España,
las inexploradas regiones de América?...
A alcanzar otros tiempos ¡quién sabe
si hubiera sido el terror y el espanto
de los turcos, y desde su nave
se hubiera cubierto de gloria en Lepanto!...
¡Quién sabe, si antaño, hubiera emprendido
heroicas empresas, fecundas y grandes;
o si hubiera sido
capitán de los tercios de Flandes!...
¡Quién sabe, si hubiese eclipsado el renombre
de José María,
el bandido famoso y audaz, cuyo nombre
fue espanto y terror en los campos de Andalucía!...
Pero en estos tiempos prosaicos de ahora;
el Zorro es un pobre vencido que implora
protección y ayuda de cuatro pelmazos
a los que engatusa con sus morisquetas;
y va por el mundo pegando sablazos
de cinco pesetas...
Le asfixia este ambiente. Pero aunque el cuitado
su pueblo abandona; bien pronto forzado se ve
a volver más triste; más desalentado;
más alicaído que cuando se fue...
¡Vete de Villena! En la casa ajena,
tal vez atendido de todos serás;
pero aquí en Villena,
serás siempre el Zorro. ¡Ni menos, ni más!Texto extraído del libro... De Villena y los villeneros. 2002
Alfredo Rojas y Vicente Prats.
Este pintoresco personaje, tiene
más que sangre, azogue. No para... va y viene
de un lado a otro lado. Ya sale; ya entra;
y su pata de palo en todos los sitios se encuentra.
Es más vivo que el aire. Sus ojosson dos ascuas. Dos carbones rojos...
Es violento; es procaz; es airado.
Sus pupilas, ardientes y fijas,
al que miran, lo dejan como hipnotizado;
y su cuerpo parece formado
con los rabos de cien lagartijas...
Son sus músculos de goma y de acero.
A un tiempo tan fuertes y elásticos son,
que en un campeonato reciente, fue el Zorro el primero
que llegó a la meta. ¡Él fue el campeón!...
El Zorro es heroico.
Cuando el cirujano le amputó una pierna siendo muy chiquito;
con la fortaleza glacial de un estoico,
no exhaló ni una queja ni un grito.
Y otra vez; y otra vez; ¡por tres veces!
le volvieron la pierna a amputar
sin que él se inmutara. ¡Tales pequeñeces
el Zorro las sabe sufrir sin chistar!...
Cuanto más le fustiga la suerte
y es más el poder del terrible adversario;
con más ánimo afronta la muerte
y es más esforzado y es más temerario...
Cuanto más en su carne va hincándose el clavo
del dolor; más se crece el amigo...
Como el toro bravo
se crece al sentir el castigo...
La cojera le impidió ser soldado.
Más si hubiera un fusil empuñado,
al lanzarse a la lucha enconada,
héroe o mártir, hubiera de fijo logrado
o la muerte o la cruz laureada...
En los tiempos pasados ¿quién sabe si hubiera alcanzado la hazaña
gloriosa y entonces, quimérica,
de descubrir con Colón, para España,
las inexploradas regiones de América?...
A alcanzar otros tiempos ¡quién sabe
si hubiera sido el terror y el espanto
de los turcos, y desde su nave
se hubiera cubierto de gloria en Lepanto!...
¡Quién sabe, si antaño, hubiera emprendido
heroicas empresas, fecundas y grandes;
o si hubiera sido
capitán de los tercios de Flandes!...
¡Quién sabe, si hubiese eclipsado el renombre
de José María,
el bandido famoso y audaz, cuyo nombre
fue espanto y terror en los campos de Andalucía!...
Pero en estos tiempos prosaicos de ahora;
el Zorro es un pobre vencido que implora
protección y ayuda de cuatro pelmazos
a los que engatusa con sus morisquetas;
y va por el mundo pegando sablazos
de cinco pesetas...
Le asfixia este ambiente. Pero aunque el cuitado
su pueblo abandona; bien pronto forzado se ve
a volver más triste; más desalentado;
más alicaído que cuando se fue...
¡Vete de Villena! En la casa ajena,
tal vez atendido de todos serás;
pero aquí en Villena,
serás siempre el Zorro. ¡Ni menos, ni más!Texto extraído del libro... De Villena y los villeneros. 2002
Alfredo Rojas y Vicente Prats.
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