Gracias, Señora
"El ser agradecidos es de bien nacidos". Todos Te hemos dado gracias por el beneficio que nos has concedido en la Santa Misión. Sabemos que Tú has recibido este agradecimiento, pero queremos hacerlo patente a otros muchos de tus hijos que quizá, porque están ausentes, no conocen que su Virgen de las Virtudes una vez más ha favorecido a Villena y no con un favor material de remedio o protección, sino con algo más sublime, en cuanto que lo espiritual está sobre lo material y lo divino sobre lo humano.
Estábamos convencidos, Señora, de que eres la Medianera Universal de todas las gracias, y por ello recurrimos a Ti para que nos concedieras la especialísima gracia de conocer a través de la Misión más a tu Hijo. No olvidarás, Madre, que te recibimos con alegría, lágrimas y esperanzas. Tu pueblo te cantaba más con el corazón que con los labios: "No hay Madre tan dulce; no hay Madre tan buena..."
Tú no esperaste esta vez a que tus hijos vinieran a postrarse ante tu trono, quisiste Tú misma ir a ella recorriendo sus calles a través de los Centros Misionales. En los recorridos matinales no era necesaria la campana; antes de llamarnos, ya estábamos junto a Tí para suplicarte e invocarte conteniendo nuestras lágrimas, Tú, que eres Refugio de los pecadores, Consuelo de afligidos, Auxilio de los cristianos, Causa de nuestra alegría "ruega por nosotros".
Al pronunciar este "nosotros", no sólo pensábamos en los presentes, sino en muchos de tus hijos que buscaban al Padre por otros caminos, en muchos hijos ausentes, con una ausencia real o aparente en sus vidas de algo divino, transcendente, eterno, ausencia de vivencias espirituales y valores morales, ausencia de una vida en Cristo y por Cristo.
Al pronunciar este "nosotros", no sólo pensábamos en los presentes, sino en muchos de tus hijos que buscaban al Padre por otros caminos, en muchos hijos ausentes, con una ausencia real o aparente en sus vidas de algo divino, transcendente, eterno, ausencia de vivencias espirituales y valores morales, ausencia de una vida en Cristo y por Cristo.
Te seguimos cantando con esperanza cuando veíamos que muchos de estos hijos se acercaban a Ti y Tu les decías: "Haced lo que él os diga". Y entonces las palabras del Misionero, su enviado, las oíamos con cariño, ya no nos herían las verdades eternas que hablaban de infierno, de pecado, de juicio y justicia de Dios; ellas nos acercaban a Ti y a tu Hijo, Tú nos sonreías y nosotros seguíamos cantando: "No hay Madre tan dulce..."
Tú sabes, Señora, que todo tu pueblo, fiel al lema de su escudo, fue noble, leal y fidelísimo en los días de luz y gracia que estuviste entre nosotros. No te dejamos sola, Señora, porque en aquellos días teníamos más necesidad de Tí que nunca.
En nuestros Centros Misionales había como una santa porfía para preparar un trono acogedor a nuestra Reina. En ellos te hallabas bien, porque veías a tus hijos contentos junto a Ti.
Gracias, Señora, por tantos hijos que han conocido más a tu Hijo; por tantos que olvidados vivían en su vida y ahora la viven proyectada hacia los demás, porque en ellos ha brotado el perdón y con él, la caridad. Gracias porque en esta presencia tuya has conseguido que muchos de tus hijos recuperen o aumenten la vida que tu Hijo vino a traer a la tierra, la vida de la gracia, de la alegría, de la felicidad, de la paz, de la confianza, de la esperanza.
Te hemos visto como a otra Judit venciendo al Holofernes del pecado, como a Ester intercediendo por su pueblo, como a Ruth espigando y amasando el trigo de la verdad, y te hemos aclamado y cantado: "Tú eres la vida de Israel, la gloria de Jerusalén, la honra de nuestro pueblo".
Tu visita no se borrará jamás de nosotros, tu recuerdo perdurará en muchas vidas en silencio. Sólo nos queda, Señora, pedirte que sigas volviendo hacia nosotros tus ojos misericordiosos. Nosotros seguiremos fieles a la vida que Tú nos has traído, cantándote con todo el corazón: "No hay Madre tan dulce, no hay Madre tan buena para el villenense como su morena."
Manuel Lucas Pérez - Cura Párroco de Santa María
Extraído de la Revista Villena de 1960
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