JOAQUÍN "EL PRACTICANTE"
(Joaquín Sánchez Pardo 1925-2013)
Desde la admiración, que siempre he sentido, hacia él y tratando, en todo momento, de que mis lazos familiares no me lleven a una alabanza excesiva voy a tratar de hacer una semblanza de un personaje querido, estimado y, me atrevo a decir que admirado, en el ámbito humano, profesional y artístico.
Era de ligero andar y amplia sonrisa. Complaciente, locuaz, de verbo fácil. Era un llano vecino que a todos saludaba, en su diario deambular. Era, conocido por niños y mayores, y casi todos le decían “Joaquín el practicante”.
Hoy voy a hablar de Joaquín Sanchez Pardo, del dibujante, del artista, de aquel que plumin de tinta china en mano era capaz de retratar a la más bella mujer, de villenera ataviada, o diseñar el traje festero más asombroso que imaginarse pueda.
Joaquín, fue un dibujante de una imaginación ilimitada, que sin embargo circunscribió su trabajo a un ámbito de límites muy cortos por atender más a sus necesidades familiares que a las artísticas.
En su juventud dibujó tebeos de aventuras, que se editan en Villena y que por aquellas fechas obtuvieron gran éxito. Participó en concursos de carteles. Pero donde realizó verdaderas obras de arte fue en regalos pictóricos para Virtudes, su esposa.
La fiesta de Moros y cristianos pronto lo cautivó y fue en esta faceta pictórica, donde la imaginación se desbordó a raudales con diseños de trajes para escuadras especiales que fueron, y serán, admiración de propios y extraños.
Este involucrarse en la Fiesta hizo que fuera galardonado con el premio “El Tito” que concede la Comparsa de Moros Viejos. Y muchas otras comparsas lo tienen como socio de honor por las colaboraciones que con ellos ha realizado.
Sería interminable relatar mínimamente su trabajo como dibujante, solamente diré que con su pérdida reciente el día 18 de septiembre de 2013 Villena ha perdido un gran artista. Adiós y hasta siempre primo.
Ernesto Pardo Pastor
*
JOAQUÍN, EL PRACTICANTE
JOAQUÍN, EL PRACTICANTE
Su muerte me pilló por sorpresa. No porque ignorara que estuviera enfermo. Sabía que su estado de salud había empeorado de manera considerable en los últimos tiempos. Sino porque su pérdida pasó apenas de puntillas, con tal discreción que, imagino, que conocer la noticia, días después de que ya estuviera enterrado, no sería un asunto exclusivo para mí.
Los recuerdos que de él guardo saltan, impredecibles, a un lado y otro de mi biografía. Es cierto que nunca tuve una estrecha relación con él y, sin embargo, algunos de esos recuerdos lo tienen a él como protagonista. Los primeros quizás más desagradables; los últimos inevitablemente entrañables.
Era apenas un niño cuando oí por primera vez su nombre, ineludiblemente unido a su profesión que, a modo de remoquete, se pronunciaba todo en uno. Joaquín el practicante. Así lo conocían. Así lo hemos conocido varias generaciones de villenenses. Por eso digo que mis primeros recuerdos no son agradables. Porque lo tienen a él como ese torturador de niños que se dedicaba a infringir dolor en los culos infantiles en sus habituales visitas a domicilio.
Los años, el paso del tiempo, lo apartó de mi memoria hasta que, ya adolescente, diseñó el bordado de mi primer chaleco de Moro Viejo. Se trataba de un medallón en el que encajaba a la perfección el rostro de perfil de un moro y una mora que se miraban a los ojos. El dibujo tenía sus filigranas también, pero lo que siempre admiré de él, fue cómo Joaquín había conseguido dar vida a esos ojos, cómo había sido capaz de dotar de expresión una mirada en la que se podía leer perfectamente el amor frente a frente. Fue en esa época cuando supe de su talento artístico; cuando descubrí en él una faceta nueva, muy lejos de la del torturador de infantes.
De varios años después, conservo una agradable tarde de abril en su casa. Había ido a pedirle información sobre una foto de grupo de la comparsa en la que aparecía su mujer y su suegro. Durante las más de dos horas en que pude disfrutar de su compañía, fue yendo de un lado a otro, hablándome de asuntos muchas veces inconexos, describiéndome situaciones y personas ya borrosas en el tiempo que, sin embargo, supo evocar con un énfasis, con un entusiasmo que me llamó poderosamente la atención.
De varios años después, conservo una agradable tarde de abril en su casa. Había ido a pedirle información sobre una foto de grupo de la comparsa en la que aparecía su mujer y su suegro. Durante las más de dos horas en que pude disfrutar de su compañía, fue yendo de un lado a otro, hablándome de asuntos muchas veces inconexos, describiéndome situaciones y personas ya borrosas en el tiempo que, sin embargo, supo evocar con un énfasis, con un entusiasmo que me llamó poderosamente la atención.
De aquella entrevista, salí sintiendo que acababa de conocer a un personaje de impresionante talla humana y, por un instante, me reencontré con el niño que temblaba al verlo entrar, el gesto serio e impenetrable, en el dormitorio. Solo que aquel respeto infantil se había transformado en una profunda e inquebrantable admiración.
Francisco Javier Rodenas (publicado en Portada.info)
*** A la memoria de JOAQUÍN SÁNCHEZ PARDO
Joaquín el practicante fue una persona muy querida en Villena. Fue socio protector de dos comparsas: Moros Viejos y Realistas. Desde pequeño demostró una gran habilidad con la plumilla y el dibujo fue su hobby a lo largo de toda su vida.
Realizó infinidad de dibujos de comparsas, bocetos de escuadras especiales, multitud de chalecos, faldas de villenera, anagramas, etc... y participó en muchísimos jurados locales relacionados con concursos de pintura, como carteles de fiestas de moros y cristianos y portadas de revistas.
Seguidamente figura una pequeña muestra de su extensa obra y hemos querido destacar el mural que en 1993 la escuadra de Filibusteros regaló al santuario. El diseño fue obra de Joaquín, los textos de Alfredo Rojas y los azulejos se realizaron en Cerámica Maestre de Biar.
Hemos considerado muy oportuno reflejar la crónica que la comparsa de Moros Viejos le dedicó con motivo de la concesión que le otorgaron del Premio "El Tito" en el año 1984.
Finalizamos con el recuerdo del "Encuentro de alumnos de la Academia de Las Virtudes", que tuvo lugar en junio del año 2002.
Realizó infinidad de dibujos de comparsas, bocetos de escuadras especiales, multitud de chalecos, faldas de villenera, anagramas, etc... y participó en muchísimos jurados locales relacionados con concursos de pintura, como carteles de fiestas de moros y cristianos y portadas de revistas.
Seguidamente figura una pequeña muestra de su extensa obra y hemos querido destacar el mural que en 1993 la escuadra de Filibusteros regaló al santuario. El diseño fue obra de Joaquín, los textos de Alfredo Rojas y los azulejos se realizaron en Cerámica Maestre de Biar.
Hemos considerado muy oportuno reflejar la crónica que la comparsa de Moros Viejos le dedicó con motivo de la concesión que le otorgaron del Premio "El Tito" en el año 1984.
Finalizamos con el recuerdo del "Encuentro de alumnos de la Academia de Las Virtudes", que tuvo lugar en junio del año 2002.
Joaquín Sánchez Pardo figura en primera fila, el cuarto contando desde la izquierda junto al Rvdo. Don Antonio Vivó Andújar.
Joaquín Sánchez Huesca
Fotografías... Paco Domene Milán
Joaquín Sánchez Huesca
Fotografías... Paco Domene Milán
Desde Villena Cuéntame y con estas colaboraciones queremos dejar este pequeño homenaje para la historia a un amigo de muchos muchos villeneros... Joaquín, el practicante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario