REMIGIO IBÁÑEZ HERNÁNDEZ
Era de movimiento ágil y fácil sonrisa. Dinámico, locuaz, atento, servicial y sobre todo, enormemente, humano. Emergía de él ese halo que corona a las gentes de bien.
1948 Amable y Remigio Ibáñez detrás de la barra del Bar Amable
Su presencia impregnaba el ambiente de serena armonía y entonces aparecía el amigo. El personaje emotivo, emisario de pura simpatía que desde cualquiera de los estamentos donde estuviera tenía, para el prójimo, el vocablo justo, la explicación clara y dispuesta siempre la empatía para hacerte sonreír.
1954 en el Bar Amable sirviendo a unos amigos entre los que están... Francisco Salguero, su padre y Antonio García.
Fue un “Quijote” moderno, deshacedor de entuertos y creador, sin pretenderlo, de una forma, especial, de “andar por la vida”.
1982 ExpoFiesta, Remigio dentro del stand de Cantueso Oro
Funcionario municipal, hábil escanciador de vinos, colaborador con el deporte, representante de licores y embutidos, ayudante en ceremonias del culto religioso, fue un ser polifacético que todo cuanto tocó quedó impregnado de lo que el más tenía ¡bondad!
Gran aficionado al fútbol tenía a su sobrino Vicente de portero.
Remigio Ibáñez Hernández era de una locuacidad asombrosa y cuando ayudaba a su familia en el “Bar Amable”, que era el nombre de su progenitor, se convertía en un deleite la estancia por el tipo de atención que dispensaba de manera innata y natural.
1950 Amablita, Remigio, María y Amable
No ha mucho se nos fue. Pero dejó en el recuerdo esa impronta personal, esa huella que dejan los grandes, que ni el paso del tiempo consigue borrar. El pueblo de Villena lo tendrá siempre en la memoria.
El fútbol, la fiesta, la política, la fe, las creencias y sobre todo la amistad tuvieron en él un constante y fiel participe colaborador incansable y alegre consejero.
1931 El niño Remigio Ibáñez Hernández
Moro Nuevo desde su más tierna infancia, los amigos lo despedimos a los compases de “Nacional Emblem” porque estamos seguros que desde su reposo nos aplaude. ¡Adiós Remigio!
Ernesto Pardo Pastor (2014)
Algunas fotografías para la historia...
1948 Bar Bodega Amable año de la Coronación
1952 Remigio en el medio con dos amigos
1948 Bar Bodega Amable año de la Coronación
1952 Remigio en el medio con dos amigos
Cueva de Sacromonte en una expedición de la Falange a Granada 1960
3 comentarios:
Sí, así era mi tio, o el Toto, como siempre le hemos llamado. Le quisimos mucho, y el nos quiso mucho. Cuando una persona así se va, siempre se las apaña para ocupar un lugar en tu corazón y en tu memoria, y de ahí sabes que no se irá nunca.
Macu
Lo conocí por ser, como yo, moro nuevo. Lo sentí mucho cuando me enteré de su muerte ya que como pone en el reportaje era una persona excepcional.
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