Antonio Navarro Santaté
Es éste uno de los hijos de Villena cuyos méritos sobrepasan la esfera local y son celebrados en muchos lugares de nuestro país. Nació Navarro Santafé en Villena, el 22 de diciembre de 1906, en la casa número 8 de la calle de Cervantes, y fue el séptimo hijo, entre nueve, del matrimonio formado por Miguel Navarro Perona y Virtudes Santafé Marcos. Siete años después de su nacimiento, sus padres, en una angustiosa situación económica, decidieron trasladarse a Madrid en busca de trabajo. Los hijos mayores emigraron poco después a la República Argentina con el padre, y la madre quedó en Madrid con los más pequeños.
Es éste uno de los hijos de Villena cuyos méritos sobrepasan la esfera local y son celebrados en muchos lugares de nuestro país. Nació Navarro Santafé en Villena, el 22 de diciembre de 1906, en la casa número 8 de la calle de Cervantes, y fue el séptimo hijo, entre nueve, del matrimonio formado por Miguel Navarro Perona y Virtudes Santafé Marcos. Siete años después de su nacimiento, sus padres, en una angustiosa situación económica, decidieron trasladarse a Madrid en busca de trabajo. Los hijos mayores emigraron poco después a la República Argentina con el padre, y la madre quedó en Madrid con los más pequeños.
Antonio inició en Madrid las tareas escolares, pero tuvo que abandonarlas para situarse como botones o mandadero en un establecimiento de la capital, y poco después en una fábrica de perfumería, donde alguien, al ver su excelente disposición para el dibujo, facilitó su entrada en la Escuela de Artes y Oficios madrileña. Trabajó más tarde en el estudio de un escultor y, a la vez que trabajaba, amplió sus conocimientos de dibujo y modelado en diversos centros de la capital.
Antes de la guerra civil de 1936, ya llevó obras escultóricas a unas exposiciones en Madrid. Pero la contienda dio al traste con sus prometedoras expectativas, y hubo de iniciar de nuevo, en 1939, su tarea artística. Uno de sus primeros trabajos fue la nueva talla de la Virgen de la Virgen de las Virtudes para su ciudad natal. En 1942 fue nombrado profesor de modelado en la Escuela de Cerámica de Madrid, y su vida posterior será, no sin sostener una dura lucha con el fin de abrirse camino en el mundo artístico, una sucesión de trabajos para diversos lugares de España, a la vez que una incansable actividad docente que ya no abandonaría hasta la reglamentaria jubilación.
Cuando ésta se produce, pone en práctica una idea largamente acariciada: la de situar un Museo en Villena con parte de su obra y recuerdos personales. Así lo hace, y comienza a trasladar esculturas de las que conserva en su estudio de Madrid a una casa propiedad de su esposa, Celia López, también villenense. El inmueble va tomando forma como Casa Museo, aunque no sería inaugurada oficialmente hasta muchos años después, en 1985.
Cuando ésta se produce, pone en práctica una idea largamente acariciada: la de situar un Museo en Villena con parte de su obra y recuerdos personales. Así lo hace, y comienza a trasladar esculturas de las que conserva en su estudio de Madrid a una casa propiedad de su esposa, Celia López, también villenense. El inmueble va tomando forma como Casa Museo, aunque no sería inaugurada oficialmente hasta muchos años después, en 1985.
La estancia en Villena de Navarro tras su jubilación, bien que en épocas determinadas, pues el escultor no abandona su residencia en Madrid, extiende en Villena un sentimiento de reconocimiento de los méritos y la nombradía de Navarro Santafé, que cristaliza en diversos aspectos. Varios de sus amigos hacen una propuesta al entonces alcalde de la Ciudad, Salvador Mullor, que consiste en la colocación de una lápida en la casa donde nació el escultor, dar su nombre a la calle donde está instalando su futuro Museo y designarlo Hijo Predilecto de la población, dados sus indudables merecimientos para ostentar tal título.
El alcalde hace suyas estas iniciativas y formula la propuesta oficial para el nombramiento el 7 de diciembre de 1982, en sesión ordinaria de la Corporación. Es aceptada unánimemente, acordándose iniciar el expediente que pueda llevar a la designación de Navarro con este honroso título de Hijo Predilecto. Para ello se nombra juez instructor a la concejal Rosalía Sanjuán Ayelo, y secretario, al que actúa entonces en el consistorio municipal, Manuel Poblaciones.
El alcalde hace suyas estas iniciativas y formula la propuesta oficial para el nombramiento el 7 de diciembre de 1982, en sesión ordinaria de la Corporación. Es aceptada unánimemente, acordándose iniciar el expediente que pueda llevar a la designación de Navarro con este honroso título de Hijo Predilecto. Para ello se nombra juez instructor a la concejal Rosalía Sanjuán Ayelo, y secretario, al que actúa entonces en el consistorio municipal, Manuel Poblaciones.
El 21 de abril de 1983 Rosalía Sanjuán da cuenta al Ayuntamiento de la finalización del expediente y de las gestiones realizadas. Aprovecha el manuscrito de una biografía inédita de Navarro Santafé, realizada por el también villenense Pedro Hernández Hurtado, para acompañarla al expediente, y en la que los ediles que han de decidir, encontrarán suficientes méritos del personaje en cuestión. Hagamos notar que, en la actualidad, ya iniciado el siglo XXI y fallecido el autor, la biografía permanece todavía inédita. En cuanto al expediente respecta, la relación de personas, asociaciones y entidades diversas que se adhieren al propósito es amplia, pues rebasa los cincuenta nombres. La encabeza el entonces alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, el Colegio madrileño de San Ildefonso, el Ayuntamiento de Jerez de la Frontera y la Real Academia de San Carlos.
La concejal responsable del expediente destaca que en un escrito que acompaña, suscrito por medio centenar de vecinos de la calle «Casicas de Hellín» se unen éstos a la sugerencia de denominar esta calle con el nombre de «Escultor Navarro Santafé», y termina la concejal proponiendo al Ayuntamiento del que forma parte, el nombramiento como Hijo Predilecto de Villena de Navarro Santafé.
Acordada la designación, tres días después, el 24 de abril de 1983, se reunía el Pleno Municipal en sesión extraordinaria con el único punto de conceder el título citado al escultor villenense. Formaban este Ayuntamiento los siguientes señores:
Alcalde, Salvador Mullor Menor. Concejales tenientes de alcalde, José Martínez Ortega, Juan López Martínez, Roberto Navajas García, Berger Abellán Navarro, José Hernández Tomás, Germán Selva Fernández, Isabel Moreno González y Antonio García Agredas. Eran también concejales Juan Martínez Pardo, Juan Catalán Martínez, Alonso Laserna Pérez, Cristóbal Collado Pérez, Rosalía Sanjuán Ayelo, José Fernández Santiago, Francisco Ríos Olcina, Sebastián Ibáñez Bravo, José Martínez Cañizares y María José García Herrero. Como secretario general figuraba Carlos López López.
Acordada la designación, tres días después, el 24 de abril de 1983, se reunía el Pleno Municipal en sesión extraordinaria con el único punto de conceder el título citado al escultor villenense. Formaban este Ayuntamiento los siguientes señores:
Alcalde, Salvador Mullor Menor. Concejales tenientes de alcalde, José Martínez Ortega, Juan López Martínez, Roberto Navajas García, Berger Abellán Navarro, José Hernández Tomás, Germán Selva Fernández, Isabel Moreno González y Antonio García Agredas. Eran también concejales Juan Martínez Pardo, Juan Catalán Martínez, Alonso Laserna Pérez, Cristóbal Collado Pérez, Rosalía Sanjuán Ayelo, José Fernández Santiago, Francisco Ríos Olcina, Sebastián Ibáñez Bravo, José Martínez Cañizares y María José García Herrero. Como secretario general figuraba Carlos López López.
La sesión fue corta: la concejal instructor leyó el expediente y dio cuenta de nuevas adhesiones recibidas tras su finalización. Intervino el alcalde, que se congratuló de la masiva asistencia de público al acto y tras unas palabras de elogio a Navarro Santafé, sometió la propuesta a votación, que se sabía unánimemente favorable. Tomó después la palabra el nuevo Hijo Predilecto, que pronunció unas emocionadas frases de agradecimiento.
Tras el Pleno municipal, una comitiva encabezada por Navarro Santafé y los componentes del Ayuntamiento, seguida por numeroso público, se trasladó a la calle «Casicas de Hellín», donde se descubrió la lápida que suponía el cambio de denominación. La comitiva marchó a continuación a la calle Cervantes, y descubrió asimismo una nueva lápida que se había situado en la casa donde había nacido el homenajeado, para acabar finalmente en el monumento erigido a la memoria de Ruperto Chapí, obra de Navarro Santafé, en el que se había colocado una placa que daba fe del nombramiento.
Tras el Pleno municipal, una comitiva encabezada por Navarro Santafé y los componentes del Ayuntamiento, seguida por numeroso público, se trasladó a la calle «Casicas de Hellín», donde se descubrió la lápida que suponía el cambio de denominación. La comitiva marchó a continuación a la calle Cervantes, y descubrió asimismo una nueva lápida que se había situado en la casa donde había nacido el homenajeado, para acabar finalmente en el monumento erigido a la memoria de Ruperto Chapí, obra de Navarro Santafé, en el que se había colocado una placa que daba fe del nombramiento.
Por último, se celebró una comida en un restaurante local, ofrecida al escultor por un grupo de amigos.
Nos consta a los autores de este trabajo, asimismo amigos de Antonio, su profunda satisfacción por este nombramiento. Más aún porque el homenajeado consideraba que su Villena natal, a la que tanto amaba, y buenas pruebas había dado de ello desde diversas perspectivas, se había manifestado a lo largo de los años, con cierta indiferencia hacia él y respecto de su obra. Todo lo acaecido le había hecho cambiar de opinión radicalmente, y buena prueba del agradecimiento que sentía fue el artículo que publicó en la Revista Villena de aquel año, lleno de emoción y de afecto a su ciudad natal.
Lamentablemente, no fue muy duradera esta satisfacción. Enfermo con diversas alternativas desde mediados de agosto siguiente, moría poco después, la tarde del 16 de septiembre.
Navarro fue miembro de la Real Academia de San Carlos, de Valencia, y en su obra destaca la imaginería religiosa. También es famosa su condición de escultor animalista, con un profundo conocimiento de la anatomía de las figuras de sus toros y sus caballos, de todo lo cual existen numerosas evidencias presentes en su dilatado quehacer escultórico y en el Museo que creó y donó a su ciudad natal.
Nos consta a los autores de este trabajo, asimismo amigos de Antonio, su profunda satisfacción por este nombramiento. Más aún porque el homenajeado consideraba que su Villena natal, a la que tanto amaba, y buenas pruebas había dado de ello desde diversas perspectivas, se había manifestado a lo largo de los años, con cierta indiferencia hacia él y respecto de su obra. Todo lo acaecido le había hecho cambiar de opinión radicalmente, y buena prueba del agradecimiento que sentía fue el artículo que publicó en la Revista Villena de aquel año, lleno de emoción y de afecto a su ciudad natal.
Lamentablemente, no fue muy duradera esta satisfacción. Enfermo con diversas alternativas desde mediados de agosto siguiente, moría poco después, la tarde del 16 de septiembre.
Navarro fue miembro de la Real Academia de San Carlos, de Valencia, y en su obra destaca la imaginería religiosa. También es famosa su condición de escultor animalista, con un profundo conocimiento de la anatomía de las figuras de sus toros y sus caballos, de todo lo cual existen numerosas evidencias presentes en su dilatado quehacer escultórico y en el Museo que creó y donó a su ciudad natal.
Destaquemos de entre su obra, esparcida en muchas poblaciones españolas y en algunas del extranjero, la escultura del Oso y el Madroño situada en la madrileña Puerta del Sol, de la que existe una réplica en Atenas, el monumento al Caballo, en Jerez de la Frontera, y el monumento al Toro de Lidia, situado en Puerto de Santa María. Y en Villena, la imagen de la Virgen de las Virtudes, Patrona de la Ciudad, y el monumento erigido a Chapí que existe en el parque que lleva el nombre del ilustre músico.
Texto extraído del libro... De Villena y los villeneros.
Alfredo Rojas y Vicente Prats.
Alfredo Rojas y Vicente Prats.
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