Exmo. Alcalde de Villena, Concejala de Fiestas, Presidente de la Junta Central de Fiestas, Presidente de la Junta de la Virgen, Regidoras Mayor e Infantil, villeneros y villeneras: es un honor para mí compartir con vosotros este día tan especial. Quiero que sepáis que os llevo en mi corazón a todos los que me escucháis aquí en la plaza o en vuestras casas por radio o TV. Gracias por todo el cariño que me habéis demostrado. Quiero expresar mi agradecimiento más sincero a nuestro alcalde, por haberme hecho el honor de pregonar este año las fiestas de nuestra ciudad.
Villena, cuyos altos torreones
cuanto acredita antiguo sus blasones,
a sus triunfos pirámides erige;
valles la ilustran, páramos dirige;
sin que se pueda hallar con complemento
más virtud, más nobleza, más aliento.
Eso escribió Rodrigo Gabaldón hace tres siglos en su Comedia; porque Villena ha tenido muchos hijos ilustres, una larga y brillante historia y un riquísimo patrimonio monumental, que es el escenario de muchos de los actos festeros. Nuestro castillo es el más bonito de España, el más sólido y poderoso. Es una fortaleza mediterránea que preside la silueta de nuestra ciudad desde el siglo XII. La iglesia de Santiago es una joya del gótico con sus originales columnas torsas, únicas en la Historia del Arte; y la iglesia de Santa María es otra joya del gótico y del Renacimiento. Destacan las interesantísimas pinturas renacentistas del Santuario y el camarín de la Virgen, ese precioso ejemplo del Barroco. Y ahora os estoy hablando desde el Ayuntamiento, espléndido palacio renacentista en el que destaca su magnífica portada. El bombardeo de 1707 dañó la parte donde está este balcón desde el que os hablo, pero fue reconstruida cuatro años después en el original estilo oblicuo, que también caracteriza el palacio de los Mergelina. Por eso, me siento orgulloso de hablaros desde un lugar con tanto valor histórico y artístico que nos introduce en la alegría de nuestras fiestas.
Villena también tiene un rico patrimonio cultural, del que forma parte la música tradicional (la Jota y la Malagueña) y, como no, nuestra forma de hablar, que ha sido cultivada en la rica literatura local. A los villeneros y villeneras, se nos distingue enseguida cuando hablamos. Yo me siento muy orgulloso de decir la olor y la calor, en femenino; nublo, en vez de nublado; o palabras tan nuestras como yuz, bajoca, ñaco, charrar, melsa, chucho, espolsar, camal, pancha, solaje o perigallo.
Pero hay una manifestación de la cultura villenense que me ha gustado más todavía y a la que he dedicado la mayor parte de mi tiempo. 1978 fue un año difícil para mí en varios aspectos de mi vida. Pero ese año me decidí a salir en las fiestas de Villena. Me apunté a la comparsa de Estudiantes, mi madre me hizo el traje, desfilé por primera vez en la Entrada, y la magia apareció en mi vida aquella tarde. Nunca he olvidado la sensación que sentí al desfilar por la Corredera y la Calle Ancha, abarrotadas entonces de público; ni los demás actos en los que participé por primera vez; y, como no, mis primeras noches en La Troya, en ese lugar que desde entonces fue mágico para mí. En los años siguientes, los días de fiestas eran los únicos de felicidad, y también de magia. Era como soñar. Villena se transformaba, los festeros nos vestíamos de otra manera, hacíamos cosas distintas, las calles eran diferentes, se vivía de día y de noche, y éramos felices. Sentía que todos los festeros éramos iguales porque íbamos vestidos de festeros y porque, así, nos olvidábamos de los problemas del resto del año y de lo que cada uno éramos en la vida real. Todos éramos amigos y esa amistad era para siempre. Aquello era magia, que se acababa el día 10 cuando al despertarme, soñoliento, salía a la calle, que estaba desierta y había vuelto a tener el aspecto de siempre.
Pero yo, que siempre me he preguntado el porqué de las cosas, también me pregunté por qué las fiestas eran así, tan maravillosas, y por eso me interesé por su historia. Descubrí su antigüedad y su tradición, por qué son así y cómo han llegado a serlo a lo largo de los siglos; porque las fiestas de Villena son el resultado de 540 años de historia y conservan tradiciones centenarias, muchas de ellas peculiares de nuestra ciudad, desde que la Virgen de las Virtudes fue elegida Patrona de Villena en la Fuente del Chopo. Luego se añadieron las embajadas y la conversión y, para que se pudieran representar, aparecieron las comparsas: la de Cristianos, heredera directa de la soldadesca; la de Moros, que después sería de Moros Viejos; las de Romanos y Estudiantes, que ya se documentan en 1849. Los Moros Nuevos, Marruecos, Marineros y Tercios de Flandes fueron apareciendo en la segunda mitad del siglo XIX. En los años veinte lo hicieron los Andaluces, Labradores, Americanos y Realistas; los Piratas nada más acabar la Guerra y, en los años cincuenta, los Almogávares, Nazaríes y Bereberes. Los Marinos Corsarios y los Ballesteros completaron en los años sesenta las catorce comparsas que participan en las fiestas de Villena.
Catorce comparsas que son un modelo en la organización y en la forma de desfilar, rápida y en bloques mandados por un solo cabo, y única en la geografía festera. Catorce comparsas con más de diez mil festeros, que convierten las fiestas de Villena en las más participativas de todas las de moros y cristianos. Ser festero en Villena está al alcance de la mayoría de la población, porque nuestras fiestas no son elitistas ni están reservadas a los más pudientes. Catorce comparsas que hace una década tenían casi doce mil festeros, pero la maldita crisis económica ha impedido que muchos de ellos puedan seguir desfilando en los últimos años. Quiero expresar desde aquí mi solidaridad con ellos; y también con los villeneros y villeneras que este año no van a poder disfrutar de nuestras fiestas por cualquier motivo. Y quiero felicitar al Bando Marroquí y a los Ballesteros por celebrar este año sus aniversarios.
Dentro de las comparsas, las escuadras especiales van a ser muy esperadas esta tarde en la Entrada para ver la elegancia y el lujo de sus trajes. Los cabos harán sus evoluciones al ritmo de la música festera, que en Villena es peculiar y distinta de la de otras poblaciones. Los pasodobles, las marchas moras y las cristianas que nos gustan en Villena han contribuido a que nuestras fiestas sean las más alegres, dinámicas y emotivas de cuantas se celebran; y a que sigan siendo un sueño maravilloso e inolvidable que soñamos todos los años durante cinco días. Los personajes de la Comedia de Rodrigo Gabaldón decían sobre las fiestas de Villena de aquella época:
Por fuerza,
que una portentosa imagen
de las Virtudes esperan:
y a ver tan divina aurora,
¿quién no irá, dime, aunque fuera
al otro cabo del mundo?
Dices bien; pero ya suenan
las carrozas y los coches,
carruajes y galeras.
¡Vamos, Inés de mis ojos,
que hemos de tener gran fiesta!
¡Villeneros y villeneras, alegrémonos por tanto, “que hemos de tener gran fiesta”! ¡Preparad vuestros trajes; vestíos con ese ritual mágico que cumplís todos los años en vuestras casas en la sobremesa del día 5; y salid a la calle vestidos con los trajes de vuestras comparsas, para que brille al sol el raso de los pantalones y el terciopelo de las casacas y jubones; que veamos cómo os dirigís al comienzo del desfile con vuestras mochilas, lanzas, espadas, cucharas, ballestas, espingardas, guadañas y arcabuces! Estamos esperando veros desfilar con ese ritmo rápido y exultante de alegría que caracteriza las fiestas de Villena. ¡Que vuelva a sonar La Entrada a las 4 de la tarde, 94 años después de su estreno!
¡Compañeros de la Junta Central de Fiestas, Junta de la Virgen, directivas de todas las comparsas: organizad las fiestas con la sabiduría, el tesón y el interés que siempre ponéis en vuestro trabajo totalmente altruista!
¡Cargos festeros, rodadores de banderas: continuad una tradición de cuatro siglos de antigüedad, porque sois los sucesores de la antigua soldadesca que desde el siglo XVII acompañaba a nuestra patrona, la Virgen de las Virtudes, en las romerías y en la procesión! Los cargos desfiláis a pie y con el mismo traje que los demás festeros, y no encima de una carroza, porque seguís manteniendo esa tradición centenaria y, sobre todo, porque en Villena todos los festeros somos iguales.
¡Cabos de Villena: preparad vuestras gumias, plumas, navajas, hoces y espadas para desfilar delante de los bloques y las escuadras con toda la maestría de la que sois capaces; exhibid vuestro arte y demostrad que sois los mejores del mundo!
¡Escuadras especiales: lucid esta tarde vuestros trajes con la elegancia y el buen gusto que os caracteriza, e impresionadnos con vuestra forma de desfilar única, dinámica e incomparable! Todos nuestros sentidos vibrarán de emoción con el colorido de vuestros trajes y el ritmo de vuestro desfile. Color, diseño, movimiento y música formarán un conjunto indescriptible que nos emocionará en la noche del día 6 y que sólo se podrá resumir con una palabra: ¡Arte!
¡Arcabuceros: preparad los arcabuces, los guantes y la pólvora para disparar siguiendo un ritual de cuatro siglos de antigüedad que tiene su origen en el Barroco! ¡Y disparad también en las embajadas, cuando los embajadores acaben su parlamento! El humo de la pólvora inundará la explanada y el castillo será vuestro tras el sonido atronador de vuestros arcabuces. Sobrecogerá, como siempre, la imagen del castillo más bonito de España rodeado del humo de la pólvora que vais a disparar, como un símbolo de la alegría de nuestras fiestas.
Pero las embajadas no se podrían hacer sin los embajadores, que son sus verdaderos protagonistas: ¡Templad vuestras voces, suavizad vuestras gargantas y preparaos para conquistar el castillo con vuestro parlamento, vuestra firmeza y vuestro carácter! ¡Dad una lección de interpretación delante de los muros del castillo, que es el mejor escenario en el que se puede representar vuestro papel! El escenario impone, e imponen también vuestras voces, porque nos hacéis creer que vais a conquistar de verdad el castillo.
¡Villeneros y villeneras!: ¡Abarrotad la iglesia de Santiago el día 8 por la tarde, para escuchar a los embajadores que interpretarán uno de los textos más antiguos y emotivos de las fiestas de moros y cristianos! ¡Presenciad su interpretación al ritmo de esa música maravillosa que compuso Gaspar Ángel hace siete años y emocionaos, una vez más, con el texto y con la música! ¡Que vuestros ojos se humedezcan por la emoción y la intensidad del momento y del entorno, rodeados por las imponentes columnas torsas de ese escenario incomparable que es nuestra iglesia de Santiago! ¡Disfrutad del arte y de la cultura en el mismo espacio y al mismo tiempo; porque el arte y la cultura también forman parte de las fiestas de Villena! No en vano, han sido declaradas “fiestas de interés turístico nacional”.
¡Villeneros y villeneras!: ¡Vivid con intensidad los cinco días más alegres y emotivos del año, abrid vuestros sentidos a la fiesta, la tradición, el arte, la cultura, la belleza, la emoción y la alegría, y también a todas las vivencias inolvidables que podremos disfrutar del cinco al nueve de septiembre! ¡Empezad a oler la alhábega y la pólvora, y olvidad durante cinco días los problemas del resto del año! ¡Saboread la gachamiga, el ajo y las pelotas de relleno, los almuerzos y la buena cocina; y que la convivencia y la amistad sea lo que nos una a todos en estos días! Os deseo de todo corazón que las fiestas que empiezan hoy sean las mejores de vuestra vida, igual que van a serlo para mí, y que sintáis la misma felicidad que estoy sintiendo yo ahora.
¡Que empiecen ya las fiestas! ¡Que suene el pasodoble Villena festera y empiece el primer desfile, la Fiesta del Pasodoble, que este año cumple su centenario! ¡Entremos, con la música, en ese sueño maravilloso que son las fiestas de Villena! ¡Villeneros y visitantes, festeros y no festeros, los que me escucháis aquí en la plaza o en vuestras casas: ¡Ya ha llegado el día 5! ¡Felices fiestas a todos! ¡Felices fiestas!
1 comentario:
Un hermoso pregon de un villenero que conoce, ama y vive la Fiesta. Me siento orgulloso de ser su amigo.
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