Desde una situación de extraordinario privilegio, desde donde se divisa una total panorámica de la ciudad, desde los alrededores del Castillo de La Atalaya, cuando el claroscuro del atardecer impregnaba el ambiente de históricas esencias y nostalgias un grupo de personas, al augurio de la Asociación de Vecinos del Rabal, dio vida al entorno celebrando un acto lleno de simpatía.
Cerca de mil personas se dieron cita en el majestuoso marco del Castillo de La Atalaya para celebrar, dicho en villenero legitimo una “cena de sobaquillo”. Hemos de aclarar que con esa excusa se reunió a los pies de la fortaleza, gente muy diversa que una vez terminados los saludos de ritual fueron relatando sus inquietudes, sobre todo las relativas a cuanto puede hacerse en el Casco Antiguo para su total rehabilitación, tanto en edificaciones como en el entorno, para convertirlo, como merece en un barrio orgullo de los villenenses.
A elegir "sobaquillo" o pizzas a domicilio.
En este segundo año de "La cena a la luz del Castillo", hemos notado la presencia de asociaciones, clubs y peñas de todo tipo... una buena escusa para reunirse.
Entre amenas conversaciones y promesas de colaboración desinteresada fue transcurriendo la velada de hermandad. Después, bien entrada la noche los asistentes a esta nada frugal “cena de sobaquillo”, fueron desfilando por las intrincadas calles del Rabal, hacia sus hogares y otros para continuar la fiesta en otros lugares.
Enhorabuena otra vez a los Rabaleros por su empeño en dar vida al barrio de todos los villeneros, con actos tan sencillos como este...
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