TÚ LO ERES TODO
Nos llena la materia en esta crucial hora
y asciende crepitante la pleamar invasora.
¿No queda ya esperanza? Me confundo y me pierdo
en el vértigo inútil de la vida. ¡Señora,
pero yo Te recuerdo!
Si somos arrastrados, ¿podrá ser un castigo
que a todos nos alcanza por nuestra culpa grave?
Ignoro mi derrota, no sé lo que persigo,
no sé si entre arrecifes se estrellará mi nave,
¡pero Tú estás conmigo!
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Tal vez en esa ola de lucros deleznables,
de ambición y soberbia, de absurdo desvarío,
cambie el ciento por uno y sufra el extravío
de amar con desmesura las cosas miserables,
¡pero yo en Ti confío!
¿Acierto en mi destino? ¿No estoy quizá engañado?
En este gran complejo, al correr desalado
tras la falsa ficción, pudiera encadenarme
al yugo de un suplicio fatal, insospechado,
¡pero quieres salvarme!
De insensatos y necios es vivir de este modo,
componiendo un cortejo de figuras sombrías:
esqueléticas almas, corazones de lodo,
que caminan a Juicio con las manos vacías,
¡pero Tú lo eres todo!
JERÓNIMO HERNÁNDEZ
Extraído de la Revista Villena de 1961
Cedido por... Avelina y Natalia García
Cedido por... Avelina y Natalia García
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