Rechazo vecinal al marcado de líneas en el castillo de Villena
Los técnicos de la rehabilitación afirman que las rayas son un 'falso almohade' que se usó en su época para simular que eran sillares.
Publicado en... LASPROVINCIAS.ES 21.10.13 RAMÓN BERNABÉU
Nunca llueve a gusto de todos. Esto es lo que ha sucedido con los trabajos realizados en el castillo de la Atalaya de Villena. La controversia suele estar servida a la hora de acometer la rehabilitación de un monumento histórico, al existir más de una corriente de opinión acerca del modelo a seguir. En este caso, el proyecto de restauración de la fortaleza diseñado por los arquitectos Santiago Varela y Mario Beviá no acaba de convencer a muchos vecinos, ni siquiera a algunos entendidos en la materia.
La decisión de marcar con pintura blanca una serie de líneas en la misma fachada de la torre del homenaje ha generado cierto rechazo en algunos sectores de la población. Y es que, a simple vista y sin conocer los motivos de su trazado, las rayas producen un gran impacto para la estética de cualquier profano. La explicación academicista para justificar este conjunto de líneas se basa en la recuperación del denominado 'falso almohade'. Dicha técnica fue utilizada por los almohades durante su etapa de dominio de la fortaleza y consistía en remarcar una serie de líneas blancas sobre el encofrado con la intención de simular que la muralla estaba edificada con sillares. Sin embargo, pese al intento de legitimizar dicha actuación por parte de los expertos, muchos vecinos y algunos estudiosos de la historia local ya se han pronunciado en contra de esta decisión. Para pintar estas «monstruosas rayas se ha borrado todo resto de las auténticas que todavía se podían apreciar pintadas por las manos de los almohades, de las cuales ya no quedan ni rastro», advierte indignado, José Ángel Díaz. Este albañil de profesión se ha percatado, asimismo, de que para trazar las nuevas líneas se ha tapado parte de los agujeros originales donde iban ancladas las maderas del encofrado.
La decisión de marcar con pintura blanca una serie de líneas en la misma fachada de la torre del homenaje ha generado cierto rechazo en algunos sectores de la población. Y es que, a simple vista y sin conocer los motivos de su trazado, las rayas producen un gran impacto para la estética de cualquier profano. La explicación academicista para justificar este conjunto de líneas se basa en la recuperación del denominado 'falso almohade'. Dicha técnica fue utilizada por los almohades durante su etapa de dominio de la fortaleza y consistía en remarcar una serie de líneas blancas sobre el encofrado con la intención de simular que la muralla estaba edificada con sillares. Sin embargo, pese al intento de legitimizar dicha actuación por parte de los expertos, muchos vecinos y algunos estudiosos de la historia local ya se han pronunciado en contra de esta decisión. Para pintar estas «monstruosas rayas se ha borrado todo resto de las auténticas que todavía se podían apreciar pintadas por las manos de los almohades, de las cuales ya no quedan ni rastro», advierte indignado, José Ángel Díaz. Este albañil de profesión se ha percatado, asimismo, de que para trazar las nuevas líneas se ha tapado parte de los agujeros originales donde iban ancladas las maderas del encofrado.
Asesor histórico
«Lo que resistió durante cientos de años a guerras, invasiones francesas, fenómenos meteorológicos e incluso al abandono total, estos iluminados se lo han cargado en tan solo unos días», lamenta José Ángel. Esta apreciación desfavorable a la restauración es compartida por estudiosos del patrimonio local, entre los que destaca José Fernando Domene, asesor histórico de la Junta Central de Fiestas de Villena, así como de la UNDEF. Domene también ha expresado en algún foro público su total desacuerdo con esta «desafortunada» decisión, tomada unilateralmente por los responsables del proyecto de rehabilitación. Otra de las actuaciones que ha dejado secuelas es la instalación en la parte superior de la torre de una especie de marquesina de metacrilato, material absolutamente extemporáneo en relación a la época en la que se levantó la fortaleza. Tampoco convence plenamente a los vecinos, la excesiva pulcritud que exhibe la fachada del castillo tras la intervención. Y es que los muros han sido limpiados y pulidos a conciencia, eliminando las señales de humedad y erosión acumulada a lo largo de los siglos. Este lavado de cara supone, sin embargo, la desaparición de cualquier rastro del inevitable paso del tiempo que otorga valor a este monumento catalogado como Bien de Interés Cultural(BIC).
La restauración del castillo de Villena han costado alrededor de 970.000 euros. El Ministerio de Fomento ha sufragado la obra con 730.000 euros, a través del 1% destinado a proyectos culturales. Los trabajos realizados en la fortaleza durante los últimos meses incluyen la conservación y mantenimiento del conjunto fortificado, además de sacar a la luz restos arqueológicos escondidos en el patio de armas.
La intervención ha servido asimismo para consolidar muros desenterrados, correspondientes a piezas de habitación y una ermita. El proyecto también contemplaba la eliminación de rellenos superficiales con el objeto de poner al descubierto estructuras.
Fotografías archivo... VC
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